Muerte o sadismo

Los se?ores obispos vuelven a avisar de que la Ley de Muerte Digna podr¨ªa "encubrir pr¨¢cticas eutan¨¢sicas". A menos que me garanticen de manera fiable que no voy a morir jam¨¢s y que el resto de mi vida va a ser una experiencia placentera, soy decidido partidario de decidir yo mismo cu¨¢ndo mi aventura terrenal debe tener fin, y defiendo ardientemente mi derecho a no tener que sufrir una agon¨ªa dolorosa e in¨²til. De la misma manera que luchar¨ªa, si fuese necesario, por el derecho a que cada uno, en funci¨®n de sus creencias religiosas, pueda decidir alargar todo lo que quiera y pueda sus momentos finales.

Cuando se apruebe la Ley de Muerte Digna, los se?ores obispos y sus seguidores podr¨¢n elegir de qu¨¦ forma quieren morir. Pero estoy seguro de que, si su fanatismo fuese el que marcase el criterio imperante en este asunto, ser¨ªa yo quien no podr¨ªa tomar una decisi¨®n que me evitase sufrimientos in¨²tiles.