Rentabilidad y educaci¨®n
Cuando se habla, y se habla mucho, de la rentabilidad y se propone lo "rentable" como el objetivo de una empresa o el criterio para evaluar su validez, se piensa siempre en rentabilidad econ¨®mica o comercial. Lo "aut¨¦nticamente rentable" se define por producir un beneficio m¨¢s o menos inmediato, que en ¨²ltimo t¨¦rmino puede evaluarse en dinero. Lo rentable redunda en "incrementar el producto bruto interno per c¨¢pita". No es que tan loable objetivo me parezca mal (sobre todo en momentos de crisis); pero tengo muchas dudas de que ese criterio econ¨®mico deba convertirse en un fin ¨²ltimo de la sociedad humana, o que sirva como criterio decisivo y pretexto v¨¢lido para recortar la educaci¨®n y la ense?anza en general. Sobre todo en las ense?anzas de m¨¢s alto nivel, como las universitarias, como algunos pol¨ªticos airean. Pero no voy a entrar aqu¨ª en una discusi¨®n a fondo de la cuesti¨®n, tan pol¨ªtica como ¨¦tica, que podr¨ªa derivar en una inagotable pol¨¦mica sobre medios y fines, valores humanos y presupuestos ideol¨®gicos. (La vida es breve y el asunto demasiado oscuro, como dir¨ªa Prot¨¢goras). Me limitar¨¦ a destacar la inteligencia con la que trata el tema Martha Nussbaum en su reciente Sin fines de lucro. Por qu¨¦ la democracia necesita de las humanidades.
Insisto: que no es ¨¦ste un problema que afecte s¨®lo a los planes de educaci¨®n y ense?anza del pa¨ªs y sus periferias, ni a una determinada maquinaci¨®n pol¨ªtica, sino a una tendencia cada vez m¨¢s universal a despreciar las ense?anzas human¨ªsticas y verlas como un gasto in¨²til. "La educaci¨®n para el crecimiento econ¨®mico se opondr¨¢ a la presencia de las artes y las humanidades como ingredientes de la formaci¨®n elemental mediante un ataque que, hoy en d¨ªa, se puede observar en todo el planeta", advierte Martha Nussbaum al analizar la situaci¨®n de la ense?anza en Estados Unidos y la India actual. (Eso vale tambi¨¦n para otros pa¨ªses). Y a?ade otra advertencia: "Producir crecimiento econ¨®mico no equivale a producir democracia, ni a generar una poblaci¨®n sana, comprometida y formada que disponga de oportunidades para una buena calidad de vida en todas las clases sociales".
Aunque sea sin duda un s¨ªntoma inquietante la mala salud democr¨¢tica que supone el aumento de una masa inculta y acr¨ªtica (algo que suele resultar muy rentable para ciertos Gobiernos que aprovechan esa deriva), me preocupa m¨¢s ese progresivo empobrecimiento cultural para la vida personal. Aplicada sin escr¨²pulos y con estatal contundencia, esa "educaci¨®n para el crecimiento econ¨®mico" que renuncia a la cultura no utilitaria degrada muy pronto la ense?anza p¨²blica cuando a todos los niveles educativos prioriza lo "rentable" y va eliminando lo de dudoso rendimiento inmediato, viendo la tradici¨®n cultural como un lujo. La renuncia a la cultura humanista significa un deterioro a la larga no s¨®lo para la democracia (cada vez menos reflexiva y m¨¢s gregaria y fan¨¢tica), sino para la formaci¨®n ¨ªntegra de los seres humanos, al descuidar aspectos de la educaci¨®n que hacen la vida m¨¢s cultivada y feliz. Es bueno, sin duda, aprender una profesi¨®n de manera exhaustiva y especializarse. Pero es triste limitar la educaci¨®n a las destrezas profesionales; la educaci¨®n es mucho m¨¢s que prepararse para el ¨¦xito econ¨®mico. (Y m¨¢s cuando ni siquiera garantiza ¨¦ste). Las ense?anzas de arte y de las humanidades (en el sentido m¨¢s amplio del t¨¦rmino) ayudan a entender y valorar no s¨®lo el contexto inmediato, sino que abren horizontes y brindan libertad y cr¨ªtica frente al opresivo entorno econ¨®mico y las presiones medi¨¢ticas.
Sobre esto hab¨ªa ya escrito Nussbaum en El cultivo de la humanidad hace unos a?os. All¨ª insist¨ªa en la importancia que tiene para la vida la "imaginaci¨®n narrativa" y el "autoexamen socr¨¢tico" para ser "ciudadanos del mundo". Y el papel educativo de la literatura, el arte y lo l¨²dico. Escrib¨ªa m¨¢s a fondo, pero con el mismo trasfondo, sobre educaci¨®n universitaria y ¨¦tica. Insist¨ªa en c¨®mo la educaci¨®n deber¨ªa cultivar al m¨¢ximo nuestra imaginaci¨®n e inteligencia personal sirvi¨¦ndose de la tradici¨®n y del presente. Deber¨ªamos releer esos consejos. Porque acaso la sociedad y convivencia democr¨¢tica mejorar¨ªan si quienes se ocupan de dictaminar y organizar la educaci¨®n se preocuparan, sin prejuicios, de lo que es m¨¢s humano y, a la larga, de verdad rentable.
Sin fines de lucro. Por qu¨¦ la democracia necesita de las humanidades. Martha C. Nussbaum. Traducci¨®n de Mar¨ªa Victoria Rodil. Katz. Madrid-Buenos Aires, 2010. 199 p¨¢ginas. 16,50 euros. El cultivo de la humanidad. Una defensa cl¨¢sica de la reforma en la educaci¨®n liberal. Martha C. Nussbaum. Traducci¨®n de Juana Pailaya. Paid¨®s. Barcelona, 2005. 338 p¨¢ginas. 24 euros. Carlos Garc¨ªa Gual (Palma de Mallorca, 1943) es autor, entre otros, libros, de Prometeo: mito y literatura y Encuentros heroicos. Seis escenas griegas (ambos en Fondo de Cultura Econ¨®mica).
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