El hombre que se atrevi¨® a ser feliz
Poes¨ªa. No se puede leer una sola vez un poema de W. H. Auden, porque el autor de Ciudad sin muros, Gracias, niebla y Otro tiempo siempre dice m¨¢s de lo que dice a primera vista: todos sus textos son te¨®ricos, ninguno es simplemente descriptivo, y tal vez por eso sea tan f¨¢cil saltar de sus versos a sus ensayos y sus art¨ªculos, que fueron tantos que en Reino Unido est¨¢ a punto de aparecer el cuarto tomo de su prosa completa, un volumen de alrededor de ochocientas p¨¢ginas, como los tres anteriores. Tomas, por ejemplo, uno de los poemas de esta antolog¨ªa preparada por Margarita Ardanaz, titulado 'El novelista', y lees: "Enfundado en su talento a modo de uniforme, / el rango de cada poeta es bien conocido; nos pueden asombrar como una tormenta, / o morir tan j¨®venes, o vivir solos durante a?os. // Pueden avanzar como h¨²sares, pero ¨¦l / debe luchar contra su ¨ªmpetu juvenil y aprender / c¨®mo ser sencillo y dif¨ªcil, c¨®mo ser / alguien tras el cual nadie piensa que merezca la pena volverse a mirar". Y ley¨¦ndolo comprendes su convicci¨®n de que toda ret¨®rica es grotesca, "todo poeta de nuestros tiempos que levante la voz sonar¨¢ falso" y todo poema que quiera ser moderno tiene que ser tambi¨¦n narrativo. Por fortuna, s¨®lo se hizo caso a s¨ª mismo en lo primero y, de hecho, los poemas que m¨¢s nos impresionan aqu¨ª son, una vez m¨¢s, los m¨¢s l¨ªricos, los que juntan iron¨ªa y melodrama, romanticismo y capacidad anal¨ªtica como s¨®lo ¨¦l sab¨ªa hacerlo. Auden mantuvo hasta el final su fe en la poes¨ªa y nunca sinti¨®, como el Rimbaud que dibuja en uno de los poemas de esta selecci¨®n, que "un verso es una enfermedad del o¨ªdo". Jam¨¢s dej¨® de hacerse preguntas, seguro de que "dudar ya es una forma de definirse", ni de mirar con un ojo la literatura y con el otro la realidad, por eso entre sus poemas m¨¢s emocionantes est¨¢n los dedicados a colegas que al igual que ¨¦l entregaron su vida a la escritura, como Housman, Edward Lear, Melville o Yeats, pero tambi¨¦n a personas comunes cuyos problemas le obligaban a volver a ser el poeta social que hab¨ªa sido en los a?os treinta, cuando vino a Espa?a para conducir una ambulancia a trav¨¦s de la Guerra Civil. Uno de sus poemas m¨¢s inquietantes se llama 'El ciudadano desconocido' y cuenta la historia de un hombre "contra el que no hab¨ªa queja alguna oficial", "que estaba asegurado", "trabaj¨® en una f¨¢brica y nunca fue despedido", "ten¨ªa una radio, un coche y una nevera", "cuando hab¨ªa paz ¨¦l estaba por la paz y cuando hab¨ªa guerra, ¨¦l iba" y en cuyo certificado de defunci¨®n los informadores despejan cualquier sospecha: "?Fue libre? ?Fue feliz? La cuesti¨®n es absurda: /si hubiese habido alg¨²n error, con seguridad nos habr¨ªamos enterado".
Poemas
W. H. Auden
Selecci¨®n y traducci¨®n
de Margarita Ardanaz
Visor. Madrid, 2011. 317 p¨¢ginas. 16 euros
En el mundo de la poes¨ªa, sin Auden no hay siglo XX, as¨ª que esta buena antolog¨ªa bien traducida, que incluye muchos poemas nunca publicados en espa?ol, es una gran oportunidad para recordarlo.
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