El helic¨®ptero de las 'manis'
El helic¨®ptero lo invent¨® un se?or de Murcia (como en las comedias de Mihura) pero como todav¨ªa no sab¨ªa bien lo que era lo llam¨® autogiro, que m¨¢s que de aeronave tiene nombre de operaci¨®n pol¨ªtica. El verano en Murcia, su calor hortofrut¨ªcula batiendo siglo tras siglo los r¨¦cords de temperatura, no pod¨ªa dar un hallazgo importante que no llevase incorporada la idea del ventilador. Los helic¨®pteros son para el verano y para los climas tropicales. El inventor del helic¨®ptero se llamaba Juan de la Cierva (igual que en un poema m¨ªstico) y era hijo de un multiministro de cuando Alfonso XIII y fue t¨ªo de un historiador franquista como los que han trabajado en el actual Diccionario biogr¨¢fico de la Real Academia de la Historia. El helic¨®ptero est¨¢ m¨¢s cerca del ascensor que del avi¨®n y por eso les gusta tanto a los pol¨ªticos.
El paseo de Mas en helic¨®ptero ha sido relacionado con el anuncio de Tulip¨¢n
D¨ªas atr¨¢s, el presidente de la Generalitat anunci¨® la llegada del verano con un paseo en helic¨®ptero por la Ciutadella y menuda la que se arm¨®. Hubo un mont¨®n de gente reunida en ese parque para celebrarlo y lanzarle vivas y muchas otras voces. Hace muy bien el presidente Artur Mas en dignificar este medio de transporte tan espa?ol y en rescatarlo de la inmerecida fama de violento a la que lo han relegado pel¨ªculas del tipo Apocalipsis now, Rambo y La chaqueta met¨¢lica. El helic¨®ptero de guerra asalvaja a quien va en ¨¦l; lo eleva por los aires, s¨ª, pero no por encima de su condici¨®n humana, eso es lo que se ve en toda esta filmograf¨ªa b¨¦lica. Pero tambi¨¦n hay que decir que, tal como lo utilizamos entre nosotros, el helic¨®ptero, quiz¨¢ por haberlo inventado un murciano, desdibuja y acharnega la figura. Es muy dif¨ªcil subir y bajar con garbo de un helic¨®ptero aunque se vista uno de traje bueno. Con esas ventanillas tan grandes y el asiento traqueteante, el pasajero de helic¨®ptero tiene algo de hombre encogido que va en autob¨²s a Pamplona para pasar los sanfermines con unos primos carnales.
Estos d¨ªas el personal ha relacionado con muy buen tino el mencionado paseo en helic¨®ptero de Artur Mas con otro helic¨®ptero que sal¨ªa en el anuncio del Tulip¨¢n. Hay que reconocer que, en tal aspecto, el presidente ha estado fin¨ªsimo y su gesto ha supuesto un gran acierto de comunicaci¨®n, porque de esta manera a la gente que est¨¢ diciendo que no hay pan para tanto chorizo ¨¦l ha sabido responderle que, en efecto, con tama?a crisis no es posible fabricar m¨¢s pan, pero s¨ª que se le puede poner al que a¨²n queda un poco de Tulip¨¢n para que el chorizo vaya pasando mejor.
S¨®lo se conoce en el Gobierno de la Generalitat una persona m¨¢s carism¨¢tica que el mism¨ªsimo presidente Mas. Se trata, claro, de su consejero de Interior, Felip Puig, que ha llevado el helic¨®ptero a¨²n m¨¢s lejos y lo ha convertido en el nuevo emblema de Barcelona. El helic¨®ptero de los Mossos d'Esquadra es hoy a la ciudad lo que el perrito Coby fue a los Juegos Ol¨ªmpicos. Un s¨ªmbolo y una mascota. All¨ª donde va la gente la sigue incansablemente el helic¨®ptero de igual manera que los perros sin amo andaban detr¨¢s de los chavales cuando sal¨ªan en pandilla por los solares. Con qu¨¦ muestras de alegr¨ªa las multitudes han jaleado estos d¨ªas al helic¨®ptero al verlo aparecer rezongando por el cielo. Con el helic¨®ptero, gracias al consejero Felip Puig, se ha recuperado la figura del fiel compa?ero de correr¨ªas de los chavales.
Sin embargo no todo es consenso dentro del seno de Converg¨¨ncia i Uni¨® respecto al uso del helic¨®ptero. Es en esta tolerancia con la disensi¨®n donde se palpa el hondo calado democr¨¢tico sobre el que se sustenta esa coalici¨®n. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, su juventud, todav¨ªa alocada, acaso inmadura, que se ha manifestado radicalmente partidaria del transporte terrestre. Hace unos d¨ªas, sin ir m¨¢s lejos, Gerard Figueras, presidente en persona de las Joventuts Nacionalistes de Catalunya y diputado en el Parlament, fue interceptado cuando conduc¨ªa sin carnet y a 165 kil¨®metros por hora por la autopista AP-7 rumbo a un acto en L'Atmella de Mar. Se comprende que un chaval de 28 a?os tenga prisa por llegar al acto. Pero en este deseo de conducir su autom¨®vil como si estuviera en un helic¨®ptero lo que principalmente se refleja es que no todo en Converg¨¨ncia es pol¨ªtica de altos vuelos sino que adem¨¢s hay una gran dosis de campechan¨ªa y que existe una estrecha proximidad con ese ciudadano normal y corriente que un d¨ªa puede cometer una infracci¨®n de tr¨¢fico y otro d¨ªa verse desahuciado por el Ayuntamiento o la caja de ahorros. Respecto a los desahucios, conviene volver a la emblem¨¢tica figura de Felip Puig, que ha puesto ahora a los Mossos d'Esquadra a denunciar a los vecinos que boicoteen los desalojos, sin tener en consideraci¨®n que, a su manera, est¨¢n defendiendo el derecho constitucional a la vivienda. Para la exquisita sensibilidad democr¨¢tica de nuestro consejero, un polic¨ªa, por encima del agente y amigo que protege a los d¨¦biles de los malhechores, es el justiciero sin freno que cuando no puede socorrer a los m¨¢s pobres s¨ª que puede denunciar a quienes les ayudan.
De esta manera (y de todas las maneras, pues cualquiera que haya visto las pel¨ªculas de los X-Men o haya le¨ªdo los tebeos lo sabe) el principal objetivo de la polic¨ªa no son los delincuentes sino los que le echan un cable a la gente en apuros cuando nadie m¨¢s la ayuda. En las anteriores semanas, las plazas de nuestras ciudades se han llenado de adolescentes pol¨ªticamente mutantes (y tambi¨¦n de adultos que lo llevaban en silencio). Son j¨®venes que han nacido con una alteraci¨®n democr¨¢tica en su ADN (algunos tienen mezcla de genes de Bakunin con otros de Jim Henson). Son mutantes que sufren una forma muy avanzada de democracia y a causa de esto les resulta imposible adaptarse a las viejas normas sociales, que ellos sienten como restrictivas y obsoletas. Desde el origen de los tiempos modernos se ha perseguido a los mutantes, se los ha acorralado, se los ha encerrado, se los ha difamado en los foros pol¨ªticos, se los ha denostado en los medios de comunicaci¨®n. Aunque mucha gente les aprecia, les defiende y les admira, siempre hay una parte de la poblaci¨®n que no les comprende y les tiene miedo. Se trata de un miedo absurdo que s¨®lo se calma con ruido de helic¨®pteros. El helic¨®ptero con sus aspas a toda pastilla es un reloj al que los viejos le dan cuerda para detener el tiempo.
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