La SGAE, cuestionada
Supongamos que llegamos de turismo a un pa¨ªs llamado Esgae, preguntamos por su sistema pol¨ªtico y nos contestan lo siguiente:
1. Solo tienen derecho a voto los ciudadanos cuya renta anual haya superado los 1.000 d¨®lares esgaenses. Eso representa el 8.5% de la poblaci¨®n censada.
2. El n¨²mero de votos de que dispone cada ciudadano es directamente proporcional a su renta. As¨ª, el que gana 1.000 d¨®lares tiene un voto, si son 10.000 d¨®lares tiene 10 votos y si son 100.000 tiene 100 votos. (Recordemos que los que ganan menos de 1.000 d¨®lares, simplemente, no pueden votar).
3. El presidente ejecutivo de la naci¨®n lleva en el cargo m¨¢s de 25 a?os y se dispone a permanecer cuatro a?os m¨¢s.
4. En las ¨²ltimas elecciones, el partido de la oposici¨®n ha conseguido el 43% de los votos, pero eso no le da derecho a ning¨²n diputado. Todos los diputados son del partido en el poder (del que lleva disfrutando, recordemos, m¨¢s de 25 a?os).
?Qu¨¦ pensar¨ªamos de ese sistema? Que cada uno se d¨¦ la respuesta.- Alberto Villa de la Torre. Madrid.
Cuando fui secretario de Estado para las Relaciones con Iberoam¨¦rica todos mis interlocutores latinoamericanos me pon¨ªan como ejemplo de instituciones espa?olas mod¨¦licas en su campo a la Guardia Civil, la ONCE y la SGAE. Esta ¨²ltima, bajo la direcci¨®n de Teddy Bautista, dignific¨® y remuner¨® a los autores y creadores como nunca antes se hab¨ªa hecho. Los socios de la SGAE as¨ª lo han reconocido eligiendo y reeligiendo a Teddy Bautista hasta ayer mismo.
Pero lleg¨® la era digital y con ella el subproducto de la pirater¨ªa en la Red, mediante la cual los que no crean se quedan, il¨ªcitamente, con lo producido por los que s¨ª tienen talento para la cultura. La SGAE denunci¨® esas pr¨¢cticas y por eso los piratas de la Red la han demonizado y calumniado.
Lo ocurrido en ese asalto policial a la americana, absolutamente desproporcionado, radiado y televisado de la sede central de la SGAE es el ¨²ltimo episodio de una inicua campa?a de acoso y derribo de una instituci¨®n necesaria y ejemplar.
Al final, estoy seguro, no habr¨¢ nada ilegal o il¨ªcito, pero el da?o estar¨¢ hecho. ?Hasta cu¨¢ndo?.- Luis Y¨¢?ez-Barnuevo. Sevilla.
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