Para una cultura m¨¢s asequible y amena
Una lectura de los suplementos culturales de nuestros diarios de mayor tirada revela el creciente predominio del llamado periodismo literario sobre la reflexi¨®n cr¨ªtica. Mientras en el periodo de la Transici¨®n democr¨¢tica escuch¨¢bamos voces rebeldes al conformismo impuesto por la Iglesia y la dictadura, parece que esas voces se hayan ido apagando y reine de nuevo el canon de lo social y comercialmente correcto. Rese?as inocuas que nada dicen del libro que supuestamente analizan, entrevistas extensas a autores en las que estos nos explican su obra (como si esta no hablara por s¨ª misma), an¨¦cdotas y m¨¢s an¨¦cdotas vividas o escuchadas por el vivaz periodista de turno. Una comprobaci¨®n se impone: lo importante es el autor y no la obra. Esta nos debe ser comentada en vez de ser le¨ªda.
Elija su suplemento literario favorito y verificar¨¢ una irresistible tendencia trivializadora
Cotejemos por ejemplo las rese?as y entrevistas impresas en este apasionante 2011 de la primavera ¨¢rabe y de su actual reflejo en la Pen¨ªnsula con las publicadas en los a?os cincuenta del pasado siglo y con las de la ¨¦poca de Triunfo y el nacimiento de EL PA?S. Las de ahora evocan m¨¢s las primeras que las ¨²ltimas. En virtud del conformismo dictado por los intereses empresariales o la inamovible y perenne instituci¨®n literaria -?con cu¨¢nta se autodenominan los acad¨¦micos inmortales!-, sabemos de antemano lo que vamos a leer o, por mejor decir, no leer, para evitarnos una lamentable p¨¦rdida de tiempo. Las alabanzas a los autores de ¨¦xito -los Gironellas o Pombo Angulos de hoy- o a los portados en andas por sus bien remunerados fieles reiteran sus ciclos de a?o en a?o. Ello no tendr¨ªa demasiada importancia si el ritual no implicara a su vez el cuidadoso encubrimiento de todo asomo creador. La foto importa m¨¢s que el texto. Elija el lector su suplemento favorito y verificar¨¢ la irresistible tendencia trivializadora impuesta por la moda: lo que cuenta es la pose del artista en su bien ordenada biblioteca, no la obra revulsiva o audaz.
Recuerdo que cuando hac¨ªa mis pinitos en el campo de la novela, el editor Juan Manuel Lara se hizo cargo de los dos o tres n¨²meros de un mensual literario dirigido por el entonces falangista Juan Gich Bech de Careda y, a fin de ampliar su difusi¨®n, tuvo la buena idea de poner en la cubierta la foto, entonces audaz, de una hermosa joven en ba?ador con la leyenda "La escritora Fulana de Tal en el jard¨ªn de su casa de California". Ignoro el impacto de la imagen en las ventas, pues el magac¨ªn cerr¨® poco despu¨¦s, pero el primer plano de autoras o autores biso?os o de segunda mano sigue acaparando el espacio que deber¨ªa corresponder en buena l¨®gica a la exposici¨®n y an¨¢lisis de sus propuestas literarias o art¨ªsticas.
?Si la energ¨ªa, tiempo y talento empleados en la promoci¨®n de los libros de algunas eminencias, tanto espa?olas como extranjeras, se invistiera en su propuesta creadora, el Parnaso deber¨ªa extender sus l¨ªmites para acoger a tanto genio!
Por mi parte, retomando la idea de Juan Manuel Lara, cuyo ¨²nico error fue el de adelantarse a su ¨¦poca, desear¨ªa impulsar una revista -me falta por desgracia un patrocinador de peso- abundantemente ilustrada con fotos y entrevistas a grandes figuras de la literatura mundial, gracias a la cual ya no ser¨ªa necesario tragarse los millares de p¨¢ginas que escribieron Balzac, Dostoievski o Tolst¨®i. El periodista estrella que sugiero se dejar¨ªa de m¨²sicas celestiales e ir¨ªa directamente al grano: "Se?or Lev Tolst¨®i, ?qu¨¦ emociones experimentaba usted al escribir de refil¨®n el suicidio de Anna Karenina? ?Por qu¨¦ escogi¨® la v¨ªa del tren en lugar del veneno? ?Lo hizo para desmarcarse de Flaubert y de Madame Bovary? ?Es cierto que trat¨® con crueldad mental a su esposa e hizo de ella un retrato despiadado en La sonata de Kreutzer?".
O brindar¨ªa al lector insaciable fotograf¨ªas y comentarios in¨¦ditos de Rimbaud del d¨ªa en que dispar¨® a Verlaine: "Me abrumaba con sus celos, conf¨ªa el angry young man". O acechar¨ªa a Leopoldo Alas a la salida de su domicilio para preguntarle a quemarropa: "?Piensa que su novel¨®n es lo m¨¢s pesado que se ha escrito desde el comienzo de la era cristiana, como sostiene uno de nuestros cr¨ªticos de mayor solera?". Para completar el sumario, incluir¨ªa un reportaje con retratos sepia de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y Zenobia Camprub¨ª en su retiro de R¨ªo Piedras o el supuesto amor marino de Luis Cernuda. Con tales ingredientes, el magac¨ªn en colorines conquistar¨ªa un p¨²blico m¨¢s amplio y diverso y podr¨ªa hojearse con provecho en las salas de espera de los m¨¦dicos y en las peluquer¨ªas.
Juan Goytisolo es escritor.
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