Pr¨®ximo curso
Hasta los magos torpes saben que distraer la mirada del testigo hacia el lugar que t¨² quieres es una de las claves para culminar el truco. Sucede lo mismo en los medios de comunicaci¨®n. Existe ah¨ª fuera una enorme fatiga ante la estrategia que un famoso chiste defini¨® como la elecci¨®n entre susto y muerte. Algo de eso tiene enfrentarse al quiosco y a los noticiarios. Anteayer Espa?a e Italia ca¨ªan en el abismo. Ayer los mercados nos daban una tregua. Hoy, vaya usted a saber. Sometidos a este constante susto o muerte, a la gente le entran ganas de decir lo que dec¨ªa un viejo paciente en un hospital que frecuent¨¦: "Av¨ªsenme cuando me haya muerto, que mientras tanto seguir¨¦ pensando en mis cosas".
El curso escolar se dise?a y organiza durante las vacaciones. Los institutos parecen bien tocados en estas fechas, pero est¨¢n vac¨ªos y casi sin voz. Los noticiarios se muestran m¨¢s preocupados por los sucesos en piscinas, los accidentes de ni?os en parques acu¨¢ticos y las recomendaciones de crema solar, m¨¢s rentables para la industria untuosa que la mejor recomendaci¨®n de todas: protegerse del sol exponi¨¦ndose muy moderadamente a ¨¦l. No hay sitio entre las informaciones para dar cuenta de lo que sucede en los institutos madrile?os, donde los recortes afectan a personal de complemento, a horas lectivas, a organizaci¨®n interna y, finalmente, a la calidad educativa de los ni?os. Estamos de vacaciones y a nadie le apetece hablar del curso que viene.
El agosto pasado, por ejemplo, fue una oportunidad perfecta para que la consejera educativa de la comunidad, Luc¨ªa Figar, en un congreso de la organizaci¨®n religiosa Comuni¨®n y Liberaci¨®n recibiera ovaciones bien generosas cuando explic¨® que la lucha contra el fracaso escolar en la regi¨®n pasaba por dar m¨¢s poder de decisi¨®n, dinero p¨²blico y suelo para construir colegios privados religiosos como los que se hab¨ªan concedido a la asociaci¨®n que la agasajaba. El verano da para mucho, para el trabajo de las termitas mientras el ocio te entretiene fuera de casa. Luego llegar¨¢ el curso y habr¨¢ que llenar los agujeros con un discurso bien distinto, porque todo sucedi¨®, una vez m¨¢s, mientras mir¨¢bamos para otro lado.
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