Argentina pierde el f¨²tbol

Esta vez la afici¨®n argentina, peri¨®dicos, televisiones e Internet parecen un¨¢nimes: la selecci¨®n ha quedado eliminada en cuartos de la Copa de Am¨¦rica porque ¨²nicamente con Messi no alcanza para ganar un campeonato. La culpa, proclaman todos, la ha tenido un equipo y no el mejor jugador del mundo. Por primera vez, Messi no sale de un fracaso con su selecci¨®n con miradas esc¨¦pticas o comentarios ¨¢cidos sobre su comportamiento, sino reconocido como el mejor en el campo.

Muchos empiezan a pensar que el hecho de que Messi sea tan bueno es lo que ha confundido y llevado a creer que el f¨²tbol argentino estaba todav¨ªa entre los mejores del mundo. La Copa Am¨¦rica ha abierto los ojos y resignado a muchos aficionados, explica el comentarista Ezequiel Fern¨¢ndez Moores.

La edici¨®n de la Copa Am¨¦rica est¨¢ siendo extra?a. El hecho de que los partidos se jueguen pr¨¢cticamente en ciudades del interior y no en Buenos Aires, como hab¨ªa ocurrido hasta ahora, ha disimulado su impacto en la opini¨®n p¨²blica, porque la capital ha parecido algo fr¨ªa y distante, como si la conmoci¨®n por el descenso del River Plate, ocurrido casi inmediatamente antes de empezar el campeonato, la hubiera dejado sin sangre en las venas.

Pero el f¨²tbol, en Argentina, siempre importa y en el interior del pa¨ªs la ilusi¨®n de los aficionados por la Copa estaba intacta, y la derrota ha provocado una formidable desilusi¨®n y frustraci¨®n. Todos, en Buenos Aires y en el resto del pa¨ªs, parecen llegar a la misma e inconcebible conclusi¨®n: el f¨²tbol en Argentina puede estar en decadencia, una idea que era rid¨ªcula hasta casi ayer y que, impulsada por los mejores comentaristas del pa¨ªs, comienza a calar en los aficionados. La eliminaci¨®n en la Copa Am¨¦rica, en su propia casa, parece convertirse en una prueba irrefutable.

El hecho de que haya producido frente a Uruguay tiene un efecto ambivalente en la hinchada. Por un lado, la peque?a rep¨²blica vecina es un rival hist¨®rico, pero, por otro, es un rival respetado y, casi, querido. De hecho, en estos momentos, la mayor¨ªa de los argentinos cruza los dedos para que sea Uruguay quien se alce con la Copa, sobre todo si la consiguiera frente a Brasil.

?Contribuir¨¢ este sonoro fracaso a que las cosas empiecen a cambiar? "Bueno, lo que cala cada vez m¨¢s es la idea de que no se trata de que jueguen los mejores sino quienes mejor juegan juntos, es decir, que el seleccionador tiene que encontrar un equipo m¨¢s balanceado si quiere clasificarse para el Mundial". No poder clasificarse para el de Brasil 2014 ser¨ªa la peor de las pesadillas de la afici¨®n argentina, como se pudo comprobar en las primeras declaraciones de los jugadores y del propio seleccionador al acabar el encuentro contra Uruguay. "Ahora hay que pensar en el Mundial", repitieron unos y otros. Las eliminatorias empiezan en tres semanas y nadie quiere ni plantearse que puedan sufrir una suerte adversa.

La inmediata ronda clasificatoria es lo que ha hecho, quiz¨¢s, que muy pocos comentaristas o aficionados est¨¦n pidiendo ya la dimisi¨®n o el cese de Sergio Batista, pese a que, unos y otros, le responsabilizan de un dise?o incorrecto del equipo. Lo que cualquier encuesta podr¨ªa demostrar, sin embargo, es que Batista no ha hecho olvidar, ni mucho menos, a Maradona y su actuaci¨®n en el Mundial de Sud¨¢frica. Es posible que quien m¨¢s rencor suscite en estos momentos sea el presidente de la federaci¨®n, el incombustible Julio Grondona, por haber aceptado la dimisi¨®n de El Pelusa. Pero, tal y como est¨¢n ahora las cosas, tampoco parecer¨ªa l¨®gico sustituir a Batista, sin darle tiempo a corregir errores. ?l lo tiene claro: "Tengo contrato y ni se me pasa por la cabeza dimitir".