Las debilidades de un presidente
Alberto Fabra, que ser¨¢ investido ma?ana, tiene poca experiencia parlamentaria y no controla ni el partido ni el Grupo Popular de las Cortes
La vida de Alberto Fabra cambiar¨¢ de forma radical ma?ana, martes, cuando sea investido en las Cortes Valencianas como nuevo presidente de la Generalitat, en sustituci¨®n del dimitido Francisco Camps. De entrada, el hasta ahora alcalde de Castell¨®n tendr¨¢ que viajar cada d¨ªa a Valencia -ya que ha mostrado su intenci¨®n de mantener su residencia en Castell¨®n- para atender a diario, tras su toma de posesi¨®n, que tendr¨¢ lugar el jueves, sus nuevas responsabilidades en el palacio de la calle de Caballeros. Pero esa ser¨¢ la menor de las dificultades que deber¨¢ afrontar Fabra en su nueva etapa pol¨ªtica.
Inmersa como muchas otras Administraciones en la grave crisis econ¨®mica -en el caso valenciano agravada por la enorme deuda p¨²blica, el elevado ¨ªndice de paro y la pr¨¢ctica paralizaci¨®n de la acci¨®n de gobierno desde que en febrero de 2009 saliera a la luz el caso G¨¹rtel- la Generalitat no es precisamente un caramelo. Fabra tendr¨¢ que lidiar con todo ello, con el problema a?adido de unas arcas p¨²blicas agotadas y la presi¨®n de unos proveedores que claman cada d¨ªa por los retrasos de los pagos. En el plano interno, el nuevo presidente hereda un Consell integrado por tecn¨®cratas y cargos intermedios del partido. Un Consell que, en principio, Fabra no tiene intenci¨®n de modificar. Lo normal es que de entrada se limite a colocar a su gente en los cargos de designaci¨®n directa del presidente -jefe de gabinete, responsable de prensa...-. Tambi¨¦n podr¨ªa cambiar de portavoz del Consell.
La corrupci¨®n es uno de los lastres para el nuevo jefe del Consell
La cuenta atr¨¢s de la bomba ha sido desactivada, pero la dinamita sigue ah¨ª
Una modificaci¨®n de mayor alcance del Gobierno valenciano para hacerlo m¨¢s suyo podr¨ªa llegar pasados unos meses, en especial tras las elecciones generales. En este sentido, Fabra cuenta con la ventaja de que no tiene compromiso directo con ninguno de los integrantes de su Gobierno. Pero deber¨¢ tomar decisiones mucho antes, en especial las necesarias para adelgazar la Administraci¨®n y para paliar en lo posible los efectos de la crisis econ¨®mica. Tambi¨¦n otras imprescindibles para marcar distancias con la etapa de Camps, caracterizada por su progresivo alejamiento de la calle. Y en este sentido, una de las m¨¢s significativas que ya ha anunciado Fabra es la de recibir a la asociaci¨®n de v¨ªctimas del accidente del metro de 2006 tras cinco a?os de olvido y ninguneo por parte de Camps.
Pero el nuevo presidente de la Generalitat se va a encontrar con otros problemas. Nombrado -con el apoyo expreso de G¨¦nova- nuevo presidente regional del PP en sustituci¨®n de Camps, Alberto Fabra tendr¨¢ que lidiar con un partido que no controla. Y las primeras se?ales al respecto no se han hecho esperar. El presidente provincial de Valencia y titular de la Diputaci¨®n, Alfonso Rus, ya ha tratado de marcarle el terreno. Tras mostrar su malestar por haberse enterado "por la radio" de la dimisi¨®n de Camps y de haber conocido "por la prensa" el nombramiento de Fabra, Rus ya ha lanzado varios mensajes al nuevo presidente regional del PP. Uno de ellos iba dirigido a restar protagonismo al sector cristiano del partido, personificado en la figura del presidente de las Cortes, Juan Cotino, destacado miembro del Opus Dei, que ha desempe?ado un papel clave en los cinco d¨ªas que mediaron entre la decisi¨®n del juez Jos¨¦ Flors de sentar en el banquillo a Camps por el caso de los trajes y la decisi¨®n del ya exjefe del Consell de abandonar finalmente el barco.
El tercer frente del nuevo presidente de la Generalitat est¨¢ en las Cortes Valencianas. Con escasa experiencia parlamentaria -es diputado desde 2007, pero apenas ha intervenido y tampoco se ha dejado ver mucho en los pasillos del hemiciclo- tendr¨¢ que lidiar con un Grupo Popular que no controla -lo hace el exconsejero Rafael Blasco, actual portavoz, que ve ante s¨ª un escenario ideal para su proverbial capacidad de resurgimiento-, en una C¨¢mara presidida por Cotino, que tampoco parece dispuesto a perder protagonismo.
Unas circunstancias que dificultar¨¢n el cumplimiento de los primeros anuncios que ha hecho Fabra tras su designaci¨®n. El m¨¢s significativo de ellos, el de facilitar por fin a los grupos de la oposici¨®n los contratos de la Generalitat con la trama G¨¹rtel. Y la oposici¨®n ya se ha apresurado a reclamarlos de nuevo, junto con los de Santiago Calatrava. La pregunta es si desde dentro le dejar¨¢n cumplir su compromiso de dar a conocer los contratos con la G¨¹rtel. No hay que olvidar que en las bancadas populares de las Cortes se sientan varios imputados en los casos relacionados con la trama de corrupci¨®n. Y que tambi¨¦n ocupa su esca?o, al menos de momento, el dimitido Francisco Camps, igualmente imputado. No parece probable que ninguno de ellos aplauda la decisi¨®n de Fabra de dar a conocer los detalles de la contrataci¨®n de la Generalitat con las empresas de la trama corrupta.
Y la corrupci¨®n ser¨¢ precisamente uno de los m¨¢s pesados lastres para el nuevo presidente. Porque la dimisi¨®n de Camps no ha despejado el camino al respecto, ni mucho menos: es una bomba de relojer¨ªa que Fabra y el PP tienen en su propia casa. La cuenta atr¨¢s quiz¨¢ haya sido desactivada, pero la dinamita sigue ah¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.