Estados Unidos ya ha perdido
Incluso si se llega a un acuerdo antes de la fecha se?alada por la suspensi¨®n de pagos, el 2 de agosto, la imagen de Estados Unidos como el gran patr¨®n de la econom¨ªa mundial ha sufrido ya un da?o que ser¨¢ dif¨ªcil de reparar.
Como dijo Barack Obama en su discurso de la noche del lunes, "los inversores en todo el mundo se preguntar¨¢n si merece seguir apostando por EE UU".
Los mercados y los Gobiernos extranjeros conf¨ªan en EE UU porque, aunque existan productos de inversi¨®n m¨¢s rentables, nadie supera en garant¨ªa de solvencia a quien es la mayor econom¨ªa del mundo y el poseedor de la moneda que sirve como divisa de referencia internacional. Un pa¨ªs, adem¨¢s, modelo de estabilidad pol¨ªtica y con un sistema s¨®lido y una sociedad fusionada y bien estructurada.
Esta crisis ha puesto en alerta a muchos sobre el peligro de disfuncionalidad del sistema norteamericano
Su condici¨®n de l¨ªder econ¨®mico est¨¢ siendo amenazada desde hace tiempo por China, quien, en colaboraci¨®n con Brasil y otras potencias emergentes, est¨¢ empezando a cuestionar tambi¨¦n el papel del d¨®lar. Nadie pone, sin embargo, en duda el valor pol¨ªtico de EE UU. Hasta ahora.
La conducci¨®n de esta crisis para la elevaci¨®n del techo de deuda, cargada de ideolog¨ªa y de intereses a corto plazo, ha puesto en alerta a muchos sobre el peligro de disfuncionalidad del sistema pol¨ªtico norteamericano. No importa que esto sea consecuencia de la llegada al Congreso del grupo m¨¢s conservador, aislacionista y aventurero que se recuerda en muchas d¨¦cadas. Todo el pa¨ªs sufre las consecuencias, empezando por el presidente Barack Obama, cuyo liderazgo se puede ver seriamente afectado.
La fortaleza del presidente de EE UU no es solo un elemento que cuenta electoralmente en casa. Es un factor capital en el desarrollo de las m¨²ltiples crisis en marcha: Siria, Pakist¨¢n, Libia, Ir¨¢n... Aunque la maquinaria sigue rodando, la Administraci¨®n norteamericana est¨¢ pol¨ªticamente alejada del mundo desde hace al menos 15 d¨ªas, y puede que regrese sensiblemente debilitada despu¨¦s de esta batalla dom¨¦stica.
Esta situaci¨®n puede tener consecuencias m¨¢s inmediatas y m¨¢s concretas. La principal, la de que, suceda lo que suceda, las agencias calificadoras, por primera vez en su historia, le bajen a la deuda norteamericana la m¨¢xima nota de triple A, lo que disparar¨ªa los intereses y agravar¨ªa a¨²n m¨¢s el problema del d¨¦ficit. Standard & Poor's y Moody's han advertido que existe un 50% de posibilidades de que lo hagan.
Poco consuelo queda de una crisis como esta. Si acaso, por mencionar alguno, el de que los inversores no tienen una amplia gama de alternativas para sustituir a EE UU. Tambi¨¦n, el hecho de que, quiz¨¢, como consecuencia de este trauma, el d¨¦ficit y la deuda se afronten seriamente en el futuro.
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