Al Maliki maniobra para que EE UU se quede en Irak
El primer ministro intenta reunir apoyos parlamentarios
El primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, est¨¢ buscando el modo de mantener tropas estadounidenses en su pa¨ªs m¨¢s all¨¢ del 31 de diciembre de este a?o. A finales de 2008, Estados Unidos lleg¨® a un acuerdo con Irak (Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas, SOFA en ingl¨¦s) para retirar a todos sus soldados en 2012. Siempre, claro est¨¢, que Bagdad no pidiera lo contrario. Esa puerta entreabierta a mantener una presencia que Washington desea y algunos iraqu¨ªes tambi¨¦n se ha convertido en el centro del debate pol¨ªtico a orillas del Tigris. Ante la imposibilidad de lograr un consenso antes de que concluyera este mes de julio, Al Maliki contempla pedir "instructores militares".
El argumento de quienes defienden una permanencia reducida de tropas estadounidenses, en la actualidad unos 46.000 soldados, se resume en que las fuerzas iraqu¨ªes no tienen capacidad de defender su pa¨ªs. Ayer, Al Maliki anunci¨® que Bagdad quiere comprar 36 aviones de combate F-16. Pero, actualmente, no existe fuerza a¨¦rea digna de ese nombre, tampoco Marina de guerra, el Ej¨¦rcito a¨²n no se ha reconstituido y los m¨²ltiples servicios de seguridad no est¨¢n coordinados y funcionan de forma an¨¢rquica.
Bagdad quiere comprar 36 aviones de combate F-16
Aunque en p¨²blico EE UU siempre ha dicho que se trataba de una decisi¨®n que deb¨ªan tomar los iraqu¨ªes, fuentes diplom¨¢ticas occidentales en Bagdad confirman que est¨¢ habiendo presiones. "Washington est¨¢ obsesionado con la futura influencia de Ir¨¢n en Irak y las consecuencias que tendr¨ªa su eventual control del petr¨®leo iraqu¨ª", explican pidiendo el anonimato.
El jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EE UU, el almirante Mike Mullen, ha reconocido de forma impl¨ªcita ambos extremos. A principios de mes confirm¨® que Washington y Bagdad estaban negociando un posible nuevo acuerdo de seguridad que mantendr¨ªa soldados estadounidenses en Irak m¨¢s all¨¢ de este a?o. Mullen se?al¨® que cualquier compromiso en ese sentido tendr¨ªa que abordar el apoyo de Ir¨¢n a las milicias chi¨ªes.
Es un eufemismo para referirse al movimiento que lidera el cl¨¦rigo M¨²qtada al Sadr, cuyo Ej¨¦rcito del Mahdi se mantiene en estado durmiente mientras sus pol¨ªticos participan en el Gobierno de Al Maliki. Los sadristas son los ¨²nicos que se oponen abiertamente a la permanencia de los soldados estadounidenses. De hecho, en los ¨²ltimos meses han reforzado su mensaje con manifestaciones y amenazas de volver a armar a sus milicianos.
Ese peligro ha llevado algunos analistas estadounidenses a defender que las tropas se queden para evitar un aumento de la violencia. Sin embargo, Richard Allen Smith, veterano de Afganist¨¢n y vicepresidente de VoteVets.org, opina que la raz¨®n por la que los grupos chi¨ªes est¨¢n aumentando sus ataques es para presionar a Al Maliki en contra de una extensi¨®n de la presencia de los soldados estadounidenses y colgarse la medalla de que han forzado su retirada.
Con ese populismo, los sadristas est¨¢n marcando el debate interno. Por mucho que Al Maliki desee mantener el respaldo que sin duda las tropas de EE UU proporcionan a su Gobierno, el juego pol¨ªtico limita su capacidad de decisi¨®n. Si Al Sadr retira a sus cuatro ministros, le deja en minor¨ªa. El Consejo Supremo Isl¨¢mico de Irak mantiene su habitual ambig¨¹edad. Y aunque Al Iraqiya es favorable a un acuerdo, su l¨ªder, Ayad Allawi, ha dejado claro que no va a rescatar a quien considera que le arrebat¨® las ¨²ltimas elecciones.
En esas condiciones ha sido imposible tanto la extensi¨®n del SOFA, que requiere aprobaci¨®n parlamentaria, como el refer¨¦ndum que se baraj¨® hace unos meses. Cualquiera de esas posibilidades deb¨ªa haberse concretado antes de hoy, el l¨ªmite t¨¦cnico que impone la log¨ªstica para que la retirada sea efectiva el 31 de diciembre. De ah¨ª que, durante las ¨²ltimas semanas, Al Maliki haya convocado a los grupos parlamentarios para tratar de consensuar la permanencia de entre 2.000 y 10.000 instructores militares, seg¨²n las fuentes, en un nuevo acuerdo marco estrat¨¦gico (SFA) con EE UU.
Tampoco resulta f¨¢cil. Adem¨¢s de negociar el n¨²mero exacto de esos instructores, tienen que pactar su inmunidad, un asunto de gran sensibilidad para los iraqu¨ªes. De entrada, los sadristas tambi¨¦n se oponen a esta alternativa, pero los observadores estiman que terminar¨¢n aceptando si obtienen las suficientes contrapartidas pol¨ªticas. "El Gobierno est¨¢ tan dividido que es improbable que alcancen una decisi¨®n antes de final de Ramad¨¢n
[el mes de ayuno que este a?o coincide con agosto]", concluye una analista en Bagdad.
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