Nafissatou Diallo traslada el campo de batalla contra DSK a la opini¨®n p¨²blica
La camarera recurre a los medios para recobrar el cr¨¦dito de su denuncia
Con su honradez en duda, la limpiadora que acusa al exdirector del FMI Dominique Strauss-Kahn de agresi¨®n sexual ha contraatacado esta semana con una campa?a en los medios. Nafissatou Diallo, de 32 a?os, ha concedido entrevistas, ha comparecido en conferencias de prensa, ha dicho que no busca dinero y que su vida es un calvario desde que denunci¨® al pol¨ªtico socialista franc¨¦s y aspirante a la candidatura presidencial. "Me llaman prostituta", dijo el jueves. "Esto no se lo deseo a nadie".
Ante esa campa?a, los fiscales, que hab¨ªan perdido confianza en ella y hab¨ªan solicitado la libertad condicional de Strauss-Kahn, aplazaron la fecha de la vista oral donde comparecer¨¢ el pol¨ªtico hasta el 24 de agosto.
Una traducci¨®n err¨®nea del fulani hab¨ªa echado por tierra su testimonio
Un tabloide de Murdoch public¨® que se dedicaba a la prostituci¨®n
Algunas pruebas que ten¨ªa la fiscal¨ªa, que destapaban mentiras de Diallo y que dieron argumentos a los abogados del pol¨ªtico, podr¨ªan debilitarse. Numerosas inc¨®gnitas penden todav¨ªa sobre este caso de inesperados giros.
Unas frases atribuidas a Diallo fueron la raz¨®n por la que esta pasara de ser vista como una v¨ªctima a ser una cazafortunas: "No te preocupes, ese hombre tiene mucho dinero, s¨¦ lo que me hago". Pasadas 28 horas de la presunta agresi¨®n sexual, Diallo mantuvo una conversaci¨®n con un conocido, Amara Tarawally, en la lengua fulani. Tarawally est¨¢ en prisi¨®n, a la espera de posible deportaci¨®n, despu¨¦s de haber sido condenado por narcotr¨¢fico.
El intercambio, entre otras razones, llev¨® a los fiscales a perder la confianza en la demandante. Ahora hay dudas de que esa conversaci¨®n tuviera lugar en esos t¨¦rminos exactos. Hay 13 millones de hablantes de fulani en el mundo, seg¨²n la universidad de Yale. No hay en Nueva York muchos int¨¦rpretes de ella. El mi¨¦rcoles, Diallo y sus abogados acudieron a las oficinas del fiscal de distrito de Manhattan a analizar la grabaci¨®n.
"Durante un mes se nos ha dicho que a la v¨ªctima se la hab¨ªa grabado diciendo aquellas frases", explic¨® tras la reuni¨®n con los fiscales el abogado Kenneth Thompson. "Hemos estado varias horas escuchando esa cinta, y la v¨ªctima nunca dijo las palabras 'tiene mucho dinero, s¨¦ lo que he de hacer'. Hab¨ªa all¨ª un int¨¦rprete de fulani, y escuch¨® con nosotros la cinta varias veces y comprobamos que mi cliente nunca dijo nada sobre dinero".
Diallo y sus abogados alegan que ¨¦sta no sab¨ªa qui¨¦n era el pol¨ªtico franc¨¦s cuando apareci¨® a sus espaldas, por sorpresa y desnudo en el momento en que ella se dispon¨ªa a limpiar la suite 2306 el 14 de mayo. Mantienen que su nombre le era totalmente desconocido cuando sus superiores se lo revelaron. Alega que solo se dio cuenta del poder que ten¨ªa ese hombre al d¨ªa siguiente, cuando los fiscales la llevaron a un hotel y tuvo tiempo de ver las noticias. Entre el momento de la supuesta agresi¨®n sexual y el instante en que Diallo supo que Strauss-Kahn dirig¨ªa el FMI, ¨¦sta solo hizo dos llamadas.
La primera fue a su hija, de 15 a?os, a quien le cont¨® lo sucedido. La segunda, a su amigo Blake Diallo, de Senegal, que es gerente de un restaurante de comida africana en Harlem. A ¨¦l le cont¨® que estaba en el hospital porque "un hombre" le hab¨ªa hecho "cosas muy malas". Al d¨ªa siguiente habl¨® en varias ocasiones con Tarawally, en prisi¨®n. Ambos se hab¨ªan conocido en Nueva York. ?l, que se ganaba la vida vendiendo falsificaciones y droga, alega que mantuvieron una relaci¨®n sentimental. Ella le hab¨ªa dado acceso a sus cuentas bancarias y ¨¦ste hab¨ªa movido por ellas dinero obtenido de forma ilegal. La polic¨ªa grab¨® las conversaciones.
Esa relaci¨®n llev¨® a los abogados de Strauss-Kahn a exigir que se desestimaran los cargos criminales. En su campa?a se les unieron algunos tabloides, como el New York Post, de Rupert Murdoch, que, citando fuentes an¨®nimas, public¨®: "La limpiadora de DSK es una puta". Asum¨ªa ese rotativo que Diallo cobraba por sexo en el Sofitel y que lo hab¨ªa seguido haciendo despu¨¦s de pasar a estar bajo protecci¨®n policial. Los abogados de ¨¦sta han demandado al tabloide. "A una v¨ªctima de violaci¨®n no se la llama puta porque s¨ª", dijo el abogado Thompson, que sostiene que esas cr¨®nicas son falsas.
Otro de los argumentos en manos de los abogados del pol¨ªtico franc¨¦s es que Diallo false¨® el relato de acontecimientos que la llevaron a pedir asilo en 2004. Exager¨® cuando cont¨® que ella y su difunto marido recibieron numerosas palizas por oponerse al r¨¦gimen guineano. Reconoci¨® que se invent¨® un episodio de violaci¨®n por un grupo de soldados que hab¨ªa narrado a los agentes en inmigraci¨®n. Diallo desconoc¨ªa el hecho de que la mutilaci¨®n genital que sufri¨® de ni?a ya le garantizaba el asilo en EE UU.
Su viaje a EE UU fue complicado. Hija de un im¨¢n, nunca recibi¨® educaci¨®n. No sabe leer ni escribir. Muertos su marido y una de sus dos hijas, lleg¨® a Nueva York en 2003, invitada por unos familiares, que quer¨ªan que les ayudara en las tareas del hogar. Trajo a su hija un a?o despu¨¦s, pidi¨® asilo y decidi¨® buscarse el sueldo por su propia cuenta. Primero en una peluquer¨ªa, luego en una bodega y, finalmente, limpiando. Seg¨²n sus propias expectativas, era un ¨¦xito.
Su familia, musulmana, se distanci¨® de ella porque no ve¨ªa con buenos ojos que no cumpliera con preceptos como cubrirse el cabello con un velo y que hubiera decidido trabajar y vivir sola. Aseguraban algunos familiares que aquello la expon¨ªa demasiado a los hombres, con los riesgos que entra?aba.
Dudas de la fiscal¨ªa
- Diallo declar¨® en 2004 a las autoridades de EE UU haber sido perseguida en Guinea por su oposici¨®n al r¨¦gimen. Tras la denuncia contra DSK, admiti¨® que eso no era cierto.
- Diallo ha cambiado su versi¨®n sobre los instantes posteriores a la presunta agresi¨®n, admitiendo que tras el incidente limpi¨® otra suite, en contra de lo que hab¨ªa afirmado anteriormente.
- La denunciante tambi¨¦n reconoci¨® haber dado informaci¨®n inexacta sobre otra presunta violaci¨®n sufrida en Guinea.
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