Se busca sof¨¢ gratis
La web Couchsurfing conecta a viajeros que buscan dormir sin pagar - Airbnb y Windu, nuevas redes sociales destinadas al alquiler tur¨ªstico
"Es como si el mundo viniera a visitarte a casa". To?o Morales, 44 a?os, dise?ador gr¨¢fico y bajista en dos grupos musicales, est¨¢ enganchado desde hace a?os a un cl¨¢sico de la Red: Couchsurfing.com. Esta web, creada en el 2004, conecta a viajeros de cualquier rinc¨®n con gente dispuesta a ofrecerles una cama o un sof¨¢ donde dormir gratis unos d¨ªas. ?l ya ha hospedado en su apartamento de Madrid a m¨¢s de 100 personas, desde japoneses a californianos, y hecho decenas de amigos. Ahora planea sus vacaciones, toca Viena o Portugal, no lo tiene claro, aunque s¨ª sabe d¨®nde se alojar¨¢: "En casa de un couchsurfer".
El auge de las redes sociales est¨¢ reviviendo webs de hospedaje nacidas antes del boom de Facebook y Twitter. Couchsurfing es el mejor ejemplo. No solo ha logrado mantenerse viva, sino que adem¨¢s renace cada verano.
Couchsurfing se basa en la idea del trueque. Vive de donaciones
Cuenta con casi tres millones de registros y funciona sin ¨¢nimo de lucro, a base de donaciones de sus miembros. Nada de publicidad ni granjas virtuales. Solo gente con ganas de viajar con lo puesto y hacer amigos. "Cuando viene alguien a mi casa les doy una vuelta en moto por la ciudad o nos vamos de bares. As¨ª es como se conoce un lugar y su gente. Lo de ir de hotel con folletos tur¨ªsticos lo veo muy fr¨ªo", dice Morales. Couchsurfing tiene su peque?a legi¨®n de incondicionales, pero una segunda generaci¨®n de webs de hospedaje viene pisando fuerte.
Airbnb es el ¨²ltimo fen¨®meno salido de Silicon Valley. Creada en 2008 por dos estudiantes de dise?o, permite alquilar a otros particulares habitaciones y apartamentos baratos casi en cualquier pa¨ªs. El propietario se saca un dinero extra, el viajero ahorra y, de paso, charla con alguien m¨¢s que el recepcionista de un hotel. "Mi novia y yo lo utilizamos para viajar a Roma, Estocolmo, Pisa, Par¨ªs, y la experiencia fue fant¨¢stica. Conoces gente local y te recomiendan cosas que no aparecen en las gu¨ªas", dice Victor Manso, brasile?o de 30 a?os afincado en Barcelona. En dos viajes compartieron piso con el due?o, en otros escogieron un apartamento completo.
Si una habitaci¨®n de hotel dif¨ªcilmente baja de los 100 euros la noche, en Airbnb las hay desde 40. Manso alquila parte de su piso en Barcelona a trav¨¦s de esta web. "Ufff, he perdido la cuenta de la gente que ha pasado por aqu¨ª, unos 30 en dos a?os. Y nunca hemos tenido problemas".
La mezcla del viejo modelo de Couchsurfing con la filosof¨ªa de la era Facebook est¨¢ resultando todo un ¨¦xito. Airbnb supera los 57 millones de miembros conectados v¨ªa Facebook, ha procesado m¨¢s de dos millones de alquileres y acaba de recibir una inversi¨®n de 112 millones de d¨®lares (77 millones de euros) que eleva su valoraci¨®n a los 900 millones de euros. Incluso el actor Ashton Kutcher se ha metido de inversor. Tambi¨¦n han tenido incidentes, como el de unos ladrones que alquilaron un apartamento para desvalijarlo. El caso, de momento aislado, corri¨® como la p¨®lvora por Internet.
Los clones de Airbnb no han tardado en aparecer. Las alemanas Wimdu y 9flats han sido las primeras. Wimdu, fundada hace solo cuatro meses en Berl¨ªn, anuncia ya 12.000 propiedades particulares en 50 pa¨ªses y acaba de recibir 62 millones de euros de financiaci¨®n. Start-ups surgidas con anterioridad como Tripping, m¨¢s parecida a Couchsurfing que a Airbnb, tambi¨¦n se benefician de nuevos fondos.
"Te sorprender¨ªa conocer la cantidad de gente diferente que utiliza estas p¨¢ginas. Yo he alojado a mochileros, pijos italianos y se?oras de 70 a?os", cuenta To?o Morales. Victor Manso est¨¢ en ambas, Couchsurfing y Airbnb, y coincide. En la primera quiz¨¢s abundan m¨¢s los j¨®venes entre 20 y 30 a?os en busca de aventura, pero Airbnb est¨¢ llegando a todos porque ofrece ambas posibilidades: socializar en el piso de un extra?o o alquilar a buen precio un apartamento.
"Couchsurfing se basa por completo en la idea del trueque: yo te invito hoy a mi piso y tu ma?ana me invitas al tuyo. Las nuevas webs van m¨¢s all¨¢. Al haber un pago de por medio es m¨¢s seguro y sus miembros, m¨¢s responsables", dice Manso. ?l est¨¢ convencido de que el futuro del turismo, de los viajes, pasa por ah¨ª, por redes de gente conectada en Internet y en la vida real. "Al viajero ya no le interesa pagar una pasta por dormir en un hotel de lujo. El turismo cultural, conocer la esencia local, es la tendencia", a?ade.
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