Testigos del pillaje
Mare Street, coraz¨®n comercial de Hackney, es hoy un frente abierto. Cientos de antidisturbios impiden el paso formando sucesivas cadenas. En un escenario surreal, docenas de curiosos toman fotos con sus m¨®viles, mientras al otro lado de la barrera policial grupos de j¨®venes queman autom¨®viles y contenedores.
De vez en cuando la polic¨ªa sale de su aparente estupor y carga con poca convicci¨®n contra los j¨®venes que, como si fuera un juego, corren siempre con varios metros de ventaja para detenerse un poco m¨¢s adelante. Entre carga y carga, los j¨®venes aprovechan el caos para romper la puerta de una tienda de licores y salir cargados con cajas de cerveza.
El n¨²mero de agentes parece mayor, pero se mantienen en la distancia en una estrategia consistente en acordonar las calles y empujar (sin tocarlos) a los j¨®venes a otras calles.
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