Procesados dos 'mossos' por destrozar los test¨ªculos a un detenido
La normativa solo permite usar el artefacto en motines y asaltos a casas
Un sargento y un agente de los Mossos d'Esquadra se sentar¨¢n en el banquillo de los acusados por destrozar los test¨ªculos a un detenido durante una intervenci¨®n policial. La juez ha concluido la investigaci¨®n sobre las lesiones sufridas por Jos¨¦ Antonio Coscol¨ªn Mellado y aprecia indicios de delito en la conducta de los dos polic¨ªas.
Los imputados, miembros del Grupo Especial de Intervenci¨®n de los Mossos -una unidad de ¨¦lite que act¨²a en operaciones de alto riesgo- est¨¢n acusados de violar las normas al usar, dentro de un coche, una granada de aturdimiento que estall¨® en la entrepierna de Coscol¨ªn y le hizo perder el test¨ªculo derecho y el 75% del izquierdo.
Los hechos ocurrieron el 4 de noviembre de 2008 en Castelldefels. Coscol¨ªn viajaba en coche junto a un hombre cuando la polic¨ªa les abord¨® por emplear, supuestamente, m¨¦todos brutales contra morosos.Ante la presunta peligrosidad de los sospechosos, los investigadores pidieron al GEI que se pusiera en marcha. En el operativo participaron los dos imputados: el sargento V¨ªctor E. G. y el agente Alberto M. C. En un primer momento, la unidad hab¨ªa previsto entrar en el domicilio del conductor del Porsche Cayenne, Daniel Esteve, para detenerle por extorsi¨®n. Pero el mando policial pens¨® que ser¨ªa demasiado arriesgado para la seguridad de los agentes y decidi¨® que la detenci¨®n se efectuara en la v¨ªa p¨²blica.
Un agente lanz¨® por la ventanilla el artefacto, que le explot¨® a la v¨ªctima
Al preparar el dispositivo, recoge el auto judicial, el sargento "decidi¨® incluir entre el material de intervenci¨®n (...) un artefacto o granada pese a que su uso est¨¢ previsto para situaciones tales como entradas a domicilio y motines penitenciarios". La titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 7 de Gav¨¤ concluye que el sargento "infringi¨® las normas de uso" previstas en la instrucci¨®n de armas aprobada en 2008, cuando el ecosocialista Joan Saura ocupaba la cartera de Interior con el Gobierno tripartito.
El informe pericial encargado por el juzgado avala esa tesis: la granada de aturdimiento, dice ese documento, no puede usarse contra personas porque puede producir heridas. Y menos a¨²n, en un espacio cerrado y peque?o como un veh¨ªculo. El aparato emite gran cantidad de ruido y luz, de forma que atonta al presunto delincuente y permite a los polic¨ªas inmovilizarle con seguridad. El problema es que, si se utiliza contra tejidos o personas, "puede causar incendio tras la explosi¨®n", sigue el informe pericial.
Esa explosi¨®n es la que dej¨® sin test¨ªculos y con una mano herida por las quemaduras a Coscol¨ªn, que tambi¨¦n arrastra desde entonces un "estado de ¨¢nimo depresivo", seg¨²n el auto. El afectado viajaba como copiloto cuando el conductor observ¨® el cord¨®n policial y detuvo el veh¨ªculo. El agente imputado se acerc¨® entonces y, seg¨²n el auto judicial, "lanz¨® por la ventanilla del copiloto el artefacto con la finalidad de que los ocupantes salieran del veh¨ªculo, infringiendo las normas de uso y las m¨ªnimas normas de proporcionalidad y prudencia en su utilizaci¨®n". La juez recuerda que, pese a la previsible violencia de los detenidos, estos "no ejecutaron ning¨²n acto de resistencia" y los agentes no sufrieron en ning¨²n momento "por su integridad".
El artefacto fue a parar al regazo de la v¨ªctima, que "se dispuso a retirarlo en el mismo momento en que deflagr¨®". La onda expansiva posterior y el calor que se desprendi¨® de la granada le produjeron las graves heridas en los test¨ªculos.
La juez concluye: "Existen indicios racionales" de que los dos polic¨ªas sean autores de un delito de lesiones. Las partes implicadas -la fiscal¨ªa y la acusaci¨®n particular, que ejerce la abogada Susana S¨¢nchez- tienen que presentar ahora su escrito de acusaci¨®n para solicitar la pena que debe imponerse a los polic¨ªas.
La letrada S¨¢nchez ya ha anunciado que solicitar¨¢ prisi¨®n para los mossos que se sentar¨¢n en el banquillo y pedir¨¢ que se les condene por un delito contra la integridad moral, uno de lesiones y otro de abuso de autoridad.
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