Los halcones se equivocan
El BCE debe ir pensando en un recorte de tipos de inter¨¦s
Algunas cifras desagradables van a obligar a los halcones del Banco Central Europeo a reflexionar. La inflaci¨®n de Francia ha descendido hasta el 2,1% y el crecimiento est¨¢ en cero. Esto cuestiona la teor¨ªa del BCE de que debe hacer caso omiso de la crisis en los Estados m¨¢s d¨¦biles de la eurozona y centrarse en controlar el crecimiento y la inflaci¨®n en su n¨²cleo. La idea se viene abajo cuando la propia Francia da muestras de debilidad, con un crecimiento estancado, la inflaci¨®n en descenso, y con su deuda soberana amenazada con una rebaja de calificaci¨®n.
Est¨¢ claro que la tarea del BCE siempre es dif¨ªcil. Debe fijar pol¨ªticas para econom¨ªas diversas, pero sus juicios deben tener en cuenta la fuerza y las perspectivas probables de la inflaci¨®n de la eurozona en su conjunto, no de los pa¨ªses individuales en crisis. La duda es si ha cometido un grave error de juicio y no deber¨ªa haber subido los tipos de inter¨¦s dos veces hasta su actual valor del 1,5%.
La inflaci¨®n media de la eurozona est¨¢ en el 2,5%, cifra que supera por los pelos el objetivo del banco central. La inflaci¨®n en Alemania, el eslab¨®n m¨¢s grande y fuerte de la problem¨¢ticamente diversa cadena de econom¨ªas del BCE, es del 2,6% seg¨²n el ¨ªndice armonizado de la Uni¨®n Europea, o del 2,4% seg¨²n la f¨®rmula propia de Alemania. Las cifras alemanas detalladas muestran que los precios de la energ¨ªa subieron un 10,6% durante el a?o pasado. Si los excluimos, la inflaci¨®n alemana se reduce al 1,5% solamente. La reciente ca¨ªda de los precios mundiales del petr¨®leo es otro factor que podr¨ªa hacer que la inflaci¨®n volviera a bajar r¨¢pidamente en la eurozona.
La principal influencia sobre la inflaci¨®n deber¨ªa ser el crecimiento general de la eurozona. En cuanto a este, los indicios son de una debilidad preocupante. La producci¨®n industrial solo subi¨® un 0,3% en el segundo trimestre. El crecimiento general del PIB durante ese periodo, que se conocer¨¢ el 16 de agosto, podr¨ªa reducirse a ese mismo ritmo lent¨ªsimo.
Pero el BCE, a diferencia del Banco de Inglaterra o la Reserva Federal de EE UU, ha tendido a no tener en cuenta las posibles influencias temporales como la vertiginosa subida de los precios de los productos b¨¢sicos, aun cuando hacen que el gasto de los consumidores disminuya en vez de aumentar y deber¨ªan, en ¨²ltima instancia, ser deflacionarios. En 2008, subi¨® los tipos justo antes de que el mundo sufriese un cataclismo y luego tuvo que rebajarlos dr¨¢sticamente de inmediato.
Las subidas de tipos de este a?o pueden haber sido perjudiciales. El crecimiento franc¨¦s da la impresi¨®n de haberse estancado. Y ahora Francia tiene que restringir el gasto fiscal dr¨¢sticamente, lo que hace deseable que se compensen los tipos de inter¨¦s bajos.
Es la pol¨ªtica fiscal la que necesita restricciones en la eurozona, y no la pol¨ªtica monetaria. Los halcones del BCE han vuelto a equivocarse con la crisis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.