La clase media gana fuerza en China
La movilizaci¨®n social obliga a las autoridades a cerrar una planta qu¨ªmica - La poblaci¨®n con m¨¢s ingresos y educaci¨®n lucha por un desarrollo sostenible
Alrededor de 12.000 personas se echaron a la calle el domingo pasado en Dalian -una pr¨®spera ciudad portuaria de China, en la provincia norte?a de Liaoning- para pedir que una planta qu¨ªmica que produce paraxileno (PX) fuera cambiada de lugar, ante el temor de que se produjeran fugas t¨®xicas. La protesta transcurri¨® en su mayor parte de forma pac¨ªfica, aunque se produjeron algunos enfrentamientos entre manifestantes y polic¨ªas. Las autoridades de Dalian anunciaron el mismo domingo que la instalaci¨®n ser¨ªa clausurada inmediatamente y llevada a otro lugar, aunque no dijeron cu¨¢ndo.
Que se produzcan movilizaciones en China no es algo nuevo. Las hay todas las semanas y cada vez tienen m¨¢s repercusi¨®n, gracias a Internet y en especial a los microblogs (servicios de mensajes cortos). Pero lo que ha sorprendido en esta ocasi¨®n es la rapidez con que el Gobierno municipal ha cedido a las demandas, a pesar de que la instalaci¨®n es fuente de jugosos ingresos, en forma de impuestos.
Crecen las protestas por la corrupci¨®n, la subida de precios y la brutalidad policial
La decisi¨®n pone de manifiesto el poder de la pujante clase media china, que goza de buena situaci¨®n econ¨®mica y educaci¨®n superior y hace uso frecuente de las redes sociales y los tel¨¦fonos m¨®viles para comunicarse y organizarse. Adem¨¢s, revela el creciente atrevimiento de la poblaci¨®n para pedir a las autoridades que act¨²en, en particular cuando se trata de problemas medioambientales, a pesar de que estas ceden en raras ocasiones.
Las protestas surgieron despu¨¦s de que las olas provocadas por la tormenta tropical Muifa rompieran un dique que protege la f¨¢brica Fujia y surgieran temores de que se produjera una fuga t¨®xica. Aunque las autoridades repararon r¨¢pidamente la obra e insistieron en que no se hab¨ªa escapado ning¨²n producto qu¨ªmico, la noticia corri¨® como la p¨®lvora y cundi¨® el p¨¢nico ante la posibilidad de que hubiera salido PX. Una serie de llamamientos en microblogs y otros servicios de mensajes instant¨¢neos urgieron a los residentes de Dalian a manifestarse el domingo.
El paraxileno -un producto qu¨ªmico utilizado en la fabricaci¨®n de poli¨¦ster para textiles y botellas de pl¨¢stico- puede causar irritaci¨®n en los ojos, nariz y garganta; una exposici¨®n prolongada puede afectar al sistema nervioso y provocar la muerte. A pesar del aparente ¨¦xito de la movilizaci¨®n, los censores han borrado las referencias al incidente en las redes sociales, una pr¨¢ctica que se ha convertido en com¨²n para evitar que se extiendan potenciales protestas.
Es raro que las autoridades cedan a las peticiones de manifestantes, pero no es la primera vez que ocurre. En 2007, las reivindicaciones de los vecinos de Xiamen (provincia costera de Fujian) lograron que fueran cancelados los planes para construir una planta tambi¨¦n de paraxileno. En 2009, el Ministerio de Medio Ambiente dijo que ser¨ªa levantada en una zona menos poblada en otra ciudad.
La concesi¨®n del Gobierno de Dalian se produce en medio de la ola de movilizaciones de descontento que se ha creado en diferentes provincias de China en los ¨²ltimos meses por motivos que van desde la brutalidad policial, a la corrupci¨®n, las subidas de los precios o el accidente de un tren de alta velocidad, en julio pasado, en el que murieron 40 personas.
La decisi¨®n puede no ser totalmente nueva. Seg¨²n el peri¨®dico Noticias de Negocios de China, las autoridades de Dalian ya hab¨ªan considerado la posibilidad de trasladar la planta, que es capaz de producir 700.000 toneladas al a?o de PX. Los planes fueron hechos p¨²blicos despu¨¦s de ser reparado el dique da?ado por la tormenta, pero las movilizaciones del domingo parecen haber actuado de catalizador.
El desarrollo chino durante las pasadas tres d¨¦cadas ha venido acompa?ado de un grave deterioro medioambiental, ya que la prioridad absoluta ha sido hasta hace poco el crecimiento econ¨®mico a cualquier coste. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, las autoridades han dado creciente importancia al desarrollo sostenible, y han comenzado a bascular el modelo econ¨®mico.
Al mismo tiempo, los mayores ingresos y mayor educaci¨®n han llevado a la poblaci¨®n a ser cada vez m¨¢s sensible a los problemas de contaminaci¨®n y a exigir mejor calidad de vida y mejores servicios p¨²blicos. Los esc¨¢ndalos por la poluci¨®n del agua y las fugas qu¨ªmicas han sido fuente creciente de protestas.
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