Lucha implacable contra los 'lateros'

Un mar de gente invade de madrugada la calle de Ast¨²ries, en el coraz¨®n de Gr¨¤cia, en Barcelona. En medio de la multitud, una joven china sostiene cuatro latas de cerveza. Las lleva unidas por la malla de pl¨¢stico con que las venden y las agarra hacia atr¨¢s por uno de los huecos vac¨ªos, como si fuera una bolsa. Mira tranquila de un lado a otro. La fiesta mayor invita a beber, aunque en este momento nadie compra. En un instante la rodean tres hombres y una mujer, agentes de la Guardia Urbana que van de paisano y hacen parte del dispositivo especial que vigila los festejos. La latera ha ca¨ªdo en manos del operativo de la Guardia Urbana, que arranc¨® el domingo, dedicado a impedir la venta ilegal de alcohol.

Una vendedora alegaba que las cervezas eran para "consumo propio"

La joven es conducida a la calle aleda?a de Badia, m¨¢s tranquila, y all¨ª le piden la documentaci¨®n. La chica, que balbucea que se dirige a una fiesta, no quiere desprenderse de las cervezas y nerviosa llama por el m¨®vil. La agente trata de tranquilizarla y le pide que le explique por qu¨¦ lleva las latas. "Consumo propio, consumo propio", asegura, como si estuviera defendi¨¦ndose ante un juez. A los pocos minutos llega un hombre, tambi¨¦n chino, que viene a socorrer a la joven. Mostrando las fotos de una c¨¢mara quieren probar que estaban disfrutando de los decorados. Despu¨¦s vocifera que todo el mundo est¨¢ bebiendo en la calle y que se ensa?an con ellos.

Los agentes, finalmente, deciden denunciar a la chica (180 euros de multa) y las latas terminan en una patrulla. "A los chinos es m¨¢s dif¨ªcil decomisarles el g¨¦nero que a otros que se dedican a la venta ambulante", explica un agente. Esta es una de las 39 denuncias que durante la noche del lunes al martes impuso la Guardia Urbana por venta de latas.

Desde el Ayuntamiento se asegura que este a?o se ha reducido la presencia de lateros en Gr¨¤cia. El a?o pasado, de promedio, se hac¨ªan 70 denuncias al d¨ªa, seg¨²n cifras oficiales. Si bien la presi¨®n ejercida por el lobby de la restauraci¨®n ha incidido en el ataque a la venta ambulante de comidas y bebidas, el operativo policial tambi¨¦n tiene otros fines. "Cuanto m¨¢s sobria est¨¦ la gente, m¨¢s f¨¢cil es desalojarla y garantizar el descanso de los vecinos", asegura un portavoz de la Guardia Urbana. A?o tras a?o el cierre de plazas y calles se hace con m¨¢s rapidez y tranquilidad, bajo un dispositivo conocido como el rodillo, dejando en el pasado las escenas de enfrentamientos. En la madrugada de ayer se desaloj¨® todo el barrio en 50 minutos exactos.

El operativo antilateros se refuerza cuando los bares cierran, para que la gente abandone las plazas o, al menos, est¨¦ m¨¢s serena. El n¨²mero de efectivos presentes en Gr¨¤cia fluct¨²a de acuerdo con las necesidades. Extraoficialmente se habla de unos 200 a la hora del cierre, entre mossos d'esquadra y guardias urbanos.

La labor principal la hacen los agentes que van de paisano recorriendo las calles. Uno de los golpes m¨¢s importantes de la noche fue contra un supermercado en la calle de Bail¨¦n. Seg¨²n la Guardia Urbana, en el local se preparaban las neveras para que los lateros salieran a vender. En la operaci¨®n se intervinieron 5.186 latas. En la calle, seg¨²n una portavoz del Ayuntamiento, unas 300.

A pesar de la tranquilidad de la noche, la decoraci¨®n de la calle de Tordera sufri¨® da?os por culpa de un grupo de v¨¢ndalos, repitiendo as¨ª una escena com¨²n en los ¨²ltimos a?os. El techo, inspirados en El submarino amarillo de Los Beatles, tuvo que ser reparado para evitar que cayera sobre los viandantes. Seg¨²n vecinos, algunos de los miembros de la comisi¨®n de la fiesta en la calle increparon ayer por la ma?ana a un grupo de j¨®venes ebrios que estaban colg¨¢ndose de la estructura. Ricard Estruch, presidente de la Fundaci¨®n Fiesta Mayor, deplor¨® los actos y asegur¨® que uno de los inc¨ªvicos ya ha sido identificado por las autoridades. "Las fiestas no son para venir a romper sentimientos y sensaciones", declar¨®.

Otra de las cosas que no cambi¨® de la fiesta fue el olor a orina de muchas calles. Aunque se impusieron 35 denuncias por hacer necesidades fisiol¨®gicas en la v¨ªa p¨²blica y se instalaron 80 ba?os port¨¢tiles, la gente que se orina en la calle siendo un problema.