?Pero hubo alguna vez?
Es dif¨ªcil sustraerse al reflejo rudimentario de pensar en la primera vez que hizo uno el amor. ?Para qui¨¦n no es esa una de las fechas m¨¢s importantes de su vida? Cierto que muchas veces, por lo menos en mis tiempos, est¨¢ tan rodeada de conatos frustrados, logros a medias y fantas¨ªas, que es dif¨ªcil decidir si en cierta fecha ya hab¨ªamos hecho el amor, o m¨¢s bien no pero casi. Pero hay m¨¢s: dice Pavese que no existe la primera vez. El hombre todo lo hace por segunda vez: si hace algo aparentemente nuevo, pronto descubre que est¨¢ repitiendo un arquetipo m¨ªtico, el gesto de un dios, ¨²nico posible autor de una verdadera primera vez. Idea no muy alejada de las que difund¨ªa por entonces Mircea Eliade sobre el pensamiento m¨ªtico. Yo mismo describ¨ª hace a?os (a prop¨®sito de la pel¨ªcula de Alain Resnais Je t'aime, je t'aime) "c¨®mo el amor no empieza nunca": uno empieza a estar enamorado el d¨ªa que uno se pregunta cu¨¢ndo empez¨® a estar enamorado.
A veces, sin embargo, nos parece claro: yo s¨¦ bien cu¨¢l fue la primera vez que fui a Acapulco. Tengo una fecha, un relato m¨¢s o menos estereotipado, algunos detalles m¨¢s o menos bien inventariados. Pero ?se trata de eso? Preguntarme por esa primera vez, ?no es preguntarme lo que realmente sucedi¨®? Y entonces, necesitar¨ªa para contestar los 12 tomos de En busca del tiempo perdido. Y aun as¨ª...
Es que aqu¨ª se trata del sentido. Ning¨²n acto de conciencia inventa el sentido, ni siquiera su propio sentido. Toda significaci¨®n se descifra sobre un fondo significativo, no es posible imaginar un instante en que nada significa nada seguido de un instante en que algo significa algo. Cuando mucho, podr¨ªamos imaginar todo un trecho de tiempo en que a la vez ya hay y todav¨ªa no hay significaci¨®n, un "umbral", como dicen los psic¨®logos, lo que Blanchot llamaba "de repente aunque poco a poco". No es posible imaginar ese "buen d¨ªa" en que el mono se hizo hombre. Si el hombre ya era hombre es que hac¨ªa rato que era hombre.
?Contradictorio todo esto? Para la l¨®gica s¨ª, para la ciencia exacta tambi¨¦n, pero no para nuestra comunicaci¨®n humana real. ?Soy necesariamente contradictorio si relato la "primera vez" que me sent¨ª adulto? ?bamos a jugar un emocionante partido de entrenamiento, nos hab¨ªan prestado la cancha de un colegio amigo, por primera vez en mucho tiempo ¨ªbamos a dar patadas sobre verdadera hierba verde y con redes en las porter¨ªas. ?Y amaneci¨® lloviendo! Iba a sentir la ira ciega de otras veces, la conocida rabieta infantil cuando se me romp¨ªa el juguete, cuando estaba en la piscina y no ten¨ªa traje de ba?o, cuando me sacaban de la fiesta. Y no; era como si hubiera decidido no hacer rabieta, como si eso se pudiera decidir. ?Y desde cu¨¢ndo pod¨ªa yo eso? Por supuesto, no encontr¨¦ la respuesta. ?De veras no se entiende que no supe desde cu¨¢ndo era ya adulto?
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