El Bernab¨¦u respalda a Mourinho

El Trofeo Bernab¨¦u sirve tradicionalmente como partido de exhibici¨®n de cosas nuevas. La hinchada se re¨²ne en Chamart¨ªn para honrar la memoria del patriarca y descubrir las novedades del equipo. La emisi¨®n televisiva de las giras promocionales, sin embargo, le han restado un poco de sentido al evento. Por lo dem¨¢s, no hubo nada ins¨®lito que destacar en el Madrid respecto a la temporada pasada, adem¨¢s de la ausencia del capit¨¢n, Iker Casillas, que se qued¨® en el banquillo en beneficio de Ad¨¢n.

La noche constat¨® lo sabido: que Coentr?o no es un interior sino un extremo, que Xabi sigue siendo insustituible en la plantilla, que sin ?zil al equipo le cuesta improvisar en los ¨²ltimos metros, y que Benzema atraviesa una etapa brillante. El Madrid conserva los trazos que le definieron en los ¨²ltimos campeonatos: la solidez en defensa, la generosidad de sus jugadores en el esfuerzo, y el apoyo de una afici¨®n que se aferra al m¨ªnimo detalle de clase, al gesto m¨¢s exiguo de entrega, para volcarse con pasi¨®n en apoyo a sus colores. La lealtad al entrenador, Jos¨¦ Mourinho, se enmarc¨® en esta predisposici¨®n afectiva del p¨²blico.

La reuni¨®n tuvo algo de plebiscito. Tras los incidentes de la Supercopa, en los que Mourinho se vio implicado meti¨¦ndole un dedo en el ojo al segundo entrenador del Barcelona, Tito Vilanova, y tras la subsecuente apertura de un expediente disciplinario que amenaza con suspender al entrenador durante varias semanas, el partido propici¨® las expresiones populares. La gente cubri¨® los laterales de Castellana y el fondo norte con unas 20 pancartas en defensa del entrenador. La m¨¢s notable, por tama?o y contenido, la firm¨® la pe?a La Cl¨¢sica: "Mou, tu dedo nos se?ala el camino". Hubo una ovaci¨®n a Mourinho cuando por la megafon¨ªa del estadio se anunci¨® su nombre y luego los representantes de Ultra Sur, unos cien socios del grupo m¨¢s fan¨¢tico, le dedic¨® algunos c¨¢nticos laudatorios. El resto del estadio asisti¨® m¨¢s o menos indiferente. Incluso hubo algunos pitos al juego del equipo.

El juego del Madrid no infundi¨® fervor en la concurrencia. Al contrario que otros invitados anteriores, proclives a facilitar las cosas al anfitri¨®n, el Galatasaray acudi¨® a la cita con firmeza. Se despleg¨® con atrevimiento y opuso resistencia desde el principio. Los turcos aprovecharon las concesiones que les hizo el Madrid en el centro del campo, en donde las jugadas, al principio, carecieron de precisi¨®n. A las p¨¦rdidas respondieron Kazim, Inan y Eboue con incursiones decididas a la espalda de los defensas. En una de esas jugadas, Eboue desbord¨® a Ramos y centr¨®. Era el segundo centro que atravesaba el ¨¢rea madridista esperando que alguien lo empujara adentro. Esta vez, apareci¨® Inan. Toque y gol.

Xabi Alonso sostuvo al Madrid. El empate lleg¨® a la salida de una falta lateral que cabece¨® Ramos con su habitual energ¨ªa. En la segunda parte Mourinho sustituy¨® a Higua¨ªn, Varane, Pepe y Callej¨®n por Carvalho, Albiol, Cristiano, Benzema, y ?zil. Otra vez fue Xabi el que abri¨® la puerta del gol con un pase a Benzema, tenso, con el exterior, filtrado entre la defensa. Benzema defini¨® el mano a mano con clase.