Toni Hill: el retorno de la novela negra mediterr¨¢nea
El escritor catal¨¢n vende 25.000 copias de su primera obra
Su nombre parece un seud¨®nimo, pero no. Entre los antepasados de Toni Hill (Barcelona, 1966) se hallaba un soldado ingl¨¦s que se qued¨® a vivir en Catalu?a. Su primera novela, El verano de los juguetes muertos (DeBolsillo), negra o policiaca, a ¨¦l tanto le da, se est¨¢ convirtiendo en una de las sorpresas del verano, con m¨¢s de 25.000 ejemplares vendidos en apenas dos meses. Antes de publicarla en Espa?a, sus editores la promocionaron en la feria de Tur¨ªn y vendieron los derechos a siete pa¨ªses; ahora son ya 11. Hill lo atribuye a que "Barcelona est¨¢ de moda".
Barcelona es desde luego el paisaje de esta novela, de la zona alta, Pedralbes al Raval, el Eixample, el Gayxample, Poblenou o el Passeig Mar¨ªtim. Por eso eligi¨® como protagonista a H¨¦ctor Salgado, argentino, inspector de los Mossos d'Esquadra, a quien env¨ªan de vacaciones para acallar las cr¨ªticas por haber dado una paliza casi de muerte a un sospechoso. "Quer¨ªa que vieran la ciudad con otros ojos. En cuanto a sus momentos de ira, est¨¢ harto de lo pol¨ªticamente correcto".
Los derechos de publicaci¨®n del libro se han vendido a 11 pa¨ªses
"Lo he escrito en contra de la moda de fr¨ªo y crimen de los n¨®rdicos"
Barcelona es el ¨²nico lugar donde se ambienta la trama
'El verano de los juguetes muertos' tendr¨¢ una continuaci¨®n
La editorial dice que es un best seller y Hill afirma que tiene "potencial comercial". "Quer¨ªa escribir una novela que entretuviera". Lo ha conseguido. Pasan tantas cosas y hay tantos personajes, todos ellos con una biograf¨ªa muy trabajada ("Tengo todas sus vidas en la cabeza. Quer¨ªa que fueran cre¨ªbles"), que consigue atrapar al lector.
Hay una doble trama, una de fondo, la prostituci¨®n de chicas africanas, y otra que se centra en tres familias bien, de la zona alta de Barcelona: los Castells, los Rovira y los Mart¨ª, todos "demasiado educados, demasiado correctos y preocupados por las apariencias". No se pierdan la figura del cura F¨¦lix Castells, que hace 13 a?os tap¨® un caso de abusos sexuales a Iris, una ni?a de 10, porque no hubo violaci¨®n. "Las ra¨ªces del pasado llegan hasta el presente. En esa ¨¦poca la Iglesia hac¨ªa esas cosas y as¨ª les va".
Las relaciones entre padres e hijos es uno de los argumentos de esta historia. Marc Castells, de 19 a?os, se tira o le tiran de la ventana durante la verbena de San Juan; Aleix, su mejor amigo, consume coca¨ªna y acaba convirti¨¦ndose en un peque?o camello; Gina, de 18, enamorada de Marc, aparece muerta en la ba?era con las venas cortadas. ?Se las ha cortado o se las han cortado? "Los tres tienen en com¨²n que no valoran las consecuencias de sus actos. Lo inmediato es lo primero, como Facebook, lo cuelgas y si luego no te parece bien lo quitas". "No piensan que pueden hacer da?o a alguien". Una de las cosas buenas es que no hay buenos buenos ni malos malos.
Toni Hill, traductor (de David Sedaris, Jonathan Safran Foer y Peter May, entre otros), hace informes de lectura y trabajos editoriales. Sus referentes son los escritores anglosajones, en especial, Dennis Lehane. "Mystic river trasciende el g¨¦nero. Hay en ella un entramado de personajes y relaciones espl¨¦ndido".
Tambi¨¦n El verano de los juguetes muertos es una novela muy intensa en la que las vidas de unos y otros personajes se cruzan constantemente. La climatolog¨ªa tiene mucho peso. Hill nos hace vivir uno de esos veranos de calor h¨²medo de Barcelona. "Lo he escrito en contra de la moda de los n¨®rdicos. Parece que no pueda haber cr¨ªmenes si no hay fr¨ªo, nieve y ventiscas y huellas de sangre en la nieve". Hill reivindica la novela negra mediterr¨¢nea.
"En esta primera novela he creado una trama muy complicada, no quer¨ªa que el lector anticipara la sorpresa o que esta no fuera cre¨ªble". Lo ha conseguido. Sorpresa final garantizada. El verano de los juguetes muertos se cierra con un enigma. Tendr¨¢ continuaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.