Rebozados en 120.000 kilos de tomate
Un grito de euforia estallaba ayer en Bu?ol a las 11.00 en punto de la ma?ana al escucharse el chupinazo con el que daba comienzo la Tomatina. Era un momento esperado desde las 8.00 por los miles de visitantes -45.000 seg¨²n los primeros c¨¢lculos -que abarrotaban las calles de la localidad valenciana. A los cl¨¢sicos brit¨¢nicos, australianos, chinos o japoneses, se sumaron ayer los indios, novedad de este a?o tras la aparici¨®n de la Tomatina en una pel¨ªcula de Bollywood.
120.000 kilos de tomates -15.000 m¨¢s que el pasado a?o- procedentes de la localidad castellonense de Xilxes flotaban en los cinco camiones que atravesaron el centro de Bu?ol saliendo desde la calle San Luis y la avenida del Cid hasta llegar a la altura del Ayuntamiento, donde se concentraba la mayor parte de los festeros.
En torno a las 10.00 de la ma?ana se inici¨® la guerra previa. Los participantes se arrancaban unos a otros las camisetas para despu¨¦s lanz¨¢rselas mojadas, una pr¨¢ctica prohibida y por la que algunos participantes fueron expulsados por la Guardia Civil. Un dispositivo de 200 agentes velaba por la seguridad de los festejos, con la ayuda de un helic¨®ptero y varias ambulancias que tuvieron que atender a 26 personas por lipotimias y contusiones. Uun balance muy positivo, ante las aglomeraciones que se producen en la Tomatina.
En el Ayuntamiento, algunos veteranos se resist¨ªan a bajar. "Cuando era joven s¨ª que me met¨ªa ah¨ª abajo, pero ahora ya...", comentaba un vecino de Valencia con d¨¦cadas de experiencia en la Tomatina. Ahora, asegura, los extranjeros son quienes m¨¢s participan en la fiesta, mientras los bu?olenses han decidido hacer su particular agosto, nunca mejor dicho, a costa de la Tomatina. Los vecinos venden bebida y comida a los turistas, aunque tambi¨¦n contribuyen a quitar el tomate de las calles -50 se sumaron a las brigadas de limpieza -y de los festeros, con mangueras y cubos de agua.
A las 12.00 del mediod¨ªa otro chupinazo anunciaba la llegada de los camiones a su destino final, pero la Tomatina no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar. Era el momento de lanzarse a un suelo rebosante de l¨ªquido, de ba?arse en la sopa de tomate, de entregarse a la euforia de la fiesta. No hubo ninguna novedad en este 2011. La fiesta apenas ha cambiado con los a?os, aseguran los veteranos. La Tomatina no es m¨¢s que lo que promete. Lo bueno es que no decepciona a nadie.
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