"Los portugueses saben que los sacrificios son el billete de salida de la crisis"
El pol¨ªtico de centro-derecha lleva algo m¨¢s de dos meses en el cargo y ya ha tenido que poner en marcha dr¨¢sticas medidas de ajuste para intentar rescatar a Portugal de la quiebra y recuperar la confianza internacional en el pa¨ªs
El primer ministro portugu¨¦s, Pedro Passos Coelho (Coimbra, 1964), ha elegido tres capitales europeas -Madrid, Berl¨ªn y Par¨ªs, por este orden-, para su primer viaje como jefe de Gobierno fuera de la ¨®rbita de las cumbres de la Uni¨®n Europea. Todo un mensaje para la vecina Espa?a, con la que la relaci¨®n bilateral pasa por un distanciamiento notorio. La grave crisis econ¨®mica del pa¨ªs, que tuvo que pedir ayuda externa, acab¨® con seis a?os de dominio socialista y encaram¨® al poder a un pol¨ªtico joven, con escasa experiencia en el ejercicio de cargos p¨²blicos. El l¨ªder del conservador Partido Social Dem¨®crata (PSD) encabeza desde el 21 de junio un Gobierno de coalici¨®n de centro-derecha con el Centro Democr¨¢tico Social (CDS), con el que ha firmado un pacto de sangre para cumplir a rajatabla el programa de austeridad que impusieron los prestamistas internacionales (75.000 millones de euros), y lograr que Portugal recupere la confianza de mercados e inversores.
"En los pr¨®ximos a?os no podremos invertir en el tren de alta velocidad"
"Tenemos uno de los ¨ªndices m¨¢s altos de desigualdad por ingresos"
"Los sindicatos han mantenido el di¨¢logo, pese a la pol¨ªtica de ajustes"
"En nuestro pa¨ªs hay un gran consenso para la aplicaci¨®n del plan"
Pregunta. ?Qu¨¦ mensaje transmite su viaje a Madrid como primera escala de su primer periplo al exterior?
Respuesta. Tenemos una gran proximidad con Espa?a y as¨ª se lo he transmitido al presidente Zapatero. Nuestro nivel de integraci¨®n econ¨®mica est¨¢ muy acentuado. Portugal representa para Espa?a un mercado que equivale dos veces a todo el de Am¨¦rica Latina, y que es tan relevante como el mercado de todo el continente americano, Norte y Sur. Adem¨¢s, los procesos de integraci¨®n europeos confirieron una visi¨®n muy pr¨®xima sobre la profundizaci¨®n pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea. Fuera de este ¨¢mbito, ha habido una amplia consonancia de posiciones entre los dos Estados. He querido dar una se?al inequ¨ªvoca de que mantendremos esta convergencia entre Espa?a y Portugal. La visita a Madrid y a Berl¨ªn tiene dos objetivos propios: explicar c¨®mo estamos aplicando el programa de asistencia financiera, con medidas de consolidaci¨®n fiscal y de reducci¨®n de nuestra deuda p¨²blica, y tambi¨¦n de transformaci¨®n de nuestra econom¨ªa, con reformas estructurales y una mayor apertura de la econom¨ªa al exterior. En segundo lugar, queremos intercambiar informaciones sobre los mecanismos de respuesta europeos a la crisis financiera. Hoy, con el Gobierno espa?ol y ma?ana, con los de Alemania y Francia, sobre la aplicaci¨®n de la resoluci¨®n adoptada en la cumbre europea del 21 de julio.
P. Esta visita a Espa?a se produce en un contexto de distanciamiento entre ambos pa¨ªses, que no han celebrado ninguna cumbre bilateral desde la de Zamora, en 2009.
R. Las cumbres entre los pa¨ªses han sido un ¨¦xito y el mecanismo m¨¢s relevante de ajuste pol¨ªtico y convergencia econ¨®mica y social entre Espa?a y Portugal de los ¨²ltimos 20 a?os. En los ¨²ltimos dos a?os y medio no hemos podido realizar ninguna cumbre debido a que los dos pa¨ªses han vivido un periodo dominado por la crisis de las deudas soberanas de Europa. Adem¨¢s tuvimos elecciones en Portugal, y Espa?a celebrar¨¢ las suyas pr¨®ximamente. Conf¨ªo en que pronto retomaremos el ritmo de las cumbres bilaterales. Tenemos que volver a la normalidad entre los dos Gobiernos y los dos pa¨ªses.
P. ?Han hablado sobre el proyecto de tren de alta velocidad entre Madrid y Lisboa?
R. He hablado del asunto, como ya lo hicieron anteriormente el ministro portugu¨¦s de Econom¨ªa con su hom¨®logo espa?ol. Nuestras dificultades econ¨®micas impiden que este proyecto pueda avanzar como estaba programado. Estamos en plena reevaluaci¨®n de todas las grandes inversiones, como el tren de alta velocidad entre Lisboa y Madrid. Pero hemos reafirmado conjuntamente la prioridad que los dos Gobiernos otorgamos a la red ferroviaria de mercanc¨ªas. Hoy los dos pa¨ªses pagamos un alto coste por la diferencia del ancho de v¨ªa entre Europa y la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Para Portugal es fundamental tener un corredor central en ancho europeo que ligue, desde los puertos de Sines y Algeciras, la pen¨ªnsula con el resto de Europa. Para el crecimiento econ¨®mico, esto es m¨¢s prioritario que el transporte de pasajeros.
P. La suspensi¨®n del proyecto de alta velocidad entre Madrid y Lisboa es, pues, definitiva.
R. La ¨²nica cosa definitiva es la muerte. La verdad es que en los pr¨®ximos a?os Portugal no estar¨¢ en condiciones de retomar la inversi¨®n en alta velocidad. Pero estamos dispuestos a estudiar con Espa?a y la Comisi¨®n Europea una f¨®rmula alternativa para no perder muchos de los fondos comunitarios que estaban destinados al proyecto.
P. Los portugueses empezar¨¢n pronto a sentir los efectos de las medidas de austeridad, como el aumento de los transportes y el recorte de la paga de Navidad. ?Teme una ola de protestas y conflictos sociales como en Grecia?
R. Creo que no. En Portugal hay un gran consenso sobre la necesidad de tener ¨¦xito en la aplicaci¨®n de este programa. M¨¢s del 80% de los diputados en el Parlamento suscribieron el memorando de entendimiento con la Uni¨®n Europea y el FMI. La mayor¨ªa de las reformas tienen un amplio apoyo pol¨ªtico. Los portugueses saben que tendr¨¢n que hacer sacrificios, pero que eso representa su billete de salida de esta crisis. Es su esperanza, como qued¨® reflejado en las elecciones de junio, que mostraron una voluntad de cambio. Por esta raz¨®n no hay se?ales de protestas violentas. La gente sabe que la ¨²nica forma de conseguir financiaci¨®n es garantizar la aplicaci¨®n de estas medidas. Lo demuestra el hecho de que los sindicatos han mantenido abierta la puerta del di¨¢logo.
P. ?Qu¨¦ har¨¢ su Gobierno para reducir la tremenda asimetr¨ªa fiscal en Portugal, donde los rendimientos sobre el trabajo tributan el doble que los rendimientos sobre el capital?
R. La asimetr¨ªa fiscal es patente en toda la Uni¨®n Europea. Un espacio econ¨®mico m¨¢s amplio como la UE debe permitir una convergencia para evitar tantas fugas de capitales. Sabemos que es un equilibrio dif¨ªcil, porque si se adoptaran medidas fiscales mucho m¨¢s agresivas, los capitales huir¨ªan hacia otros pa¨ªses. Otra cuesti¨®n es la asimetr¨ªa en la distribuci¨®n del ingreso, y aqu¨ª s¨ª Portugal tiene uno de los ¨ªndices m¨¢s altos de desigualdad. Tenemos que aplicar pol¨ªticas que permitan una redistribuci¨®n del ingreso m¨¢s equitativa.
P. ?Est¨¢ dispuesto a proponer un impuesto que grave las grandes fortunas?
R. No, porque lo que necesitamos es atraer fortunas, inversi¨®n y capital externo. Si hubi¨¦ramos decidido aumentar la presi¨®n fiscal sobre el capital y las fortunas, tendr¨ªamos un problema de financiaci¨®n de la econom¨ªa m¨¢s grave del que tenemos. No podemos encarar de manera penalizadora a aquellos que tienen m¨¢s capacidad de crear riqueza. Dar¨ªamos una se?al equivocada.
P. Algunas agencias calificadoras como Fitch creen que Portugal cumplir¨¢ sus compromisos, pero no descartan rebajar de nuevo la nota de su deuda -hoy BBB-, que est¨¢ a un paso del nivel basura.
R. Tenemos que inspirar confianza a los inversores con transparencia, apertura, credibilidad y confianza. Estos son los t¨¦rminos clave que nos permitir¨¢n salir de la crisis. Necesitamos ayuda y todav¨ªa no estamos bien, por lo que nuestra calificaci¨®n sigue siendo evaluada. El mecanismo de las agencias es conocido y el Gobierno portugu¨¦s no enarbola ninguna bandera en su contra.
P. Esta tarde se reunir¨¢ con Mariano Rajoy, favorito en las elecciones de noviembre. ?Prev¨¦ cambios en la relaci¨®n bilateral con dos Gobiernos conservadores despu¨¦s de seis a?os de Ejecutivos socialistas?
R. Cualquiera que sea el resultado electoral, la relaci¨®n ser¨¢ buena. Hemos tenido experiencias de todos los colores pol¨ªticos.
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