El ultraconservador Perry emerge como favorito entre los republicanos
El gobernador de Tejas, alineado con el Tea Party, adelanta al moderado Romney
A la espera de la decisi¨®n final de Sarah Palin, la carrera del Partido Republicano por la candidatura a la presidencia se ha convertido en un duelo entre Rick Perry y Mitt Romney, con el Tea Party como el juez principal que decidir¨¢ cu¨¢l de los aspirantes posee las credenciales adecuadas para portar la antorcha conservadora en unas elecciones que hoy se presentan m¨¢s abiertas que nunca. Dado que la batalla se libra actualmente en el campo de la extrema derecha, Perry, gobernador de Tejas, parte con ventaja.
Perry, un conservador sin concesiones tanto en lo moral como en lo econ¨®mico, se ha situado como el favorito entre los republicanos en una encuesta, esta misma semana, de The Washington Post y la cadena ABC, con un 27% de respaldo, cinco puntos por encima de Romney y muy lejos de la tercera en liza, la congresista Michele Bachmann. Ellos tres eran las principales estrellas del debate previsto anoche en California entre los ocho candidatos de la oposici¨®n.
Aunque queden a¨²n cinco meses hasta el comienzo de las primarias y m¨¢s de un a?o hasta las elecciones de noviembre, el Partido Republicano se siente s¨²bitamente urgido por mostrarle al pa¨ªs el rostro de un candidato presidencial cre¨ªble ante el desmoronamiento de la figura de Barack Obama.
Hace pocos meses, el presidente era muy dif¨ªcil de batir y nadie parec¨ªa estar dispuesto en la oposici¨®n a quemarse en una batalla que se antojaba perdida de antemano. Hoy las cosas han cambiado. El presidente apenas supera el 40% de popularidad y, con una econom¨ªa sin perspectivas de mejora, su reelecci¨®n se ve perfectamente evitable. Es, precisamente, la falta de candidatos s¨®lidos en las filas republicanas lo que todav¨ªa sigue haciendo m¨¢s factible una nueva victoria de Obama, y ese es, por tanto, el mayor desaf¨ªo que todav¨ªa tiene pendiente la oposici¨®n.
No es un desaf¨ªo que se pueda resolver en el debate de anoche ni de forma inmediata. El Partido Republicano est¨¢ librando una guerra ideol¨®gica interna de la que todav¨ªa es dif¨ªcil predecir en qu¨¦ condiciones va a salir. El pulso mantenido este verano sobre la elevaci¨®n del techo de deuda da?¨® la imagen de la oposici¨®n a¨²n m¨¢s que la de Obama. El presidente aparece ante la opini¨®n p¨²blica como un l¨ªder dubitativo e inseguro, pero los republicanos son vistos como extremistas e inflexibles. Las mismas encuestas que recogen la ca¨ªda de Obama, certifican tambi¨¦n que la popularidad del partido rival apenas supera el 20%, un verdadero r¨¦cord de desprestigio.
En esas condiciones, surge Perry como un hombre relativamente conocido y que re¨²ne unas ciertas condiciones de viabilidad como candidato y aceptabilidad del Tea Party. Bachmann es mucho m¨¢s querida por el Tea Party, pero resulta inimaginable como una seria aspirante a la Casa Blanca. Romney es presidenciable, por biograf¨ªa y credibilidad, pero resulta demasiado tibio para el paladar del Tea Party. Y es un paladar muy exigente. George W. Bush, por raro que parezca, ser¨ªa inaceptable en el actual panorama republicano, no por incompetente sino por moderado.
Perry ha cortejado al Tea Party desde hace tiempo y no ha tenido escr¨²pulos en criticar las traiciones de Bush al verdadero conservadurismo -una de ellas fue el plan de rescate a los bancos en 2008- para demostrar que comulga plenamente con los principios impuestos por la extrema derecha.
Pero Perry es un pol¨ªtico que no ha sido probado en el exigente campo de la pol¨ªtica nacional y no se ha sometido a¨²n a la despiadada investigaci¨®n que comporta una carrera presidencial. Ya se le han descubierto, por ejemplo, ciertos devaneos izquierdistas en su juventud que le llevaron a colaborar con la candidatura presidencial de Al Gore. Sus posibilidades de progresar son tantas como las de hundirse.
Ante cualquier eventualidad, ah¨ª queda todav¨ªa en la reserva Sarah Palin, que el pasado fin de semana en Iowa junt¨® tres veces m¨¢s gente que Romney. No ha iniciado gestiones para ser candidato ni parece que lo har¨¢ hasta que los contendientes actuales se desgasten en un par de debates m¨¢s.
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