La izquierda recupera el poder en Dinamarca una d¨¦cada despu¨¦s

Los socialdem¨®cratas ganaron ayer las elecciones legislativas en Dinamarca. La l¨ªder del bloque de centro-izquierda, Helle Thorning-Schmidt, relevar¨¢ al frente del Gobierno dan¨¦s al liberal Lars Lokke Rasmussen, seg¨²n apuntaban anoche los resultados electorales con el 81% de los votos escrutados. Terminan as¨ª 10 a?os de sucesivos Gobiernos de centro-derecha apoyados por el populista Partido Popular Dan¨¦s (DF), que dejar¨¢ de ser el partido de extrema derecha m¨¢s influyente de Europa. A sus 44 a?os, Thorning-Schmidt ser¨¢ la primera mujer que dirige un Gobierno en Dinamarca.

La ca¨ªda del DF se produce dos meses despu¨¦s de que el ultraderechista Anders Breivik perpetrara la matanza de Utoya (Noruega) a finales de julio. La oposici¨®n, formada por una alianza de cuatro partidos de izquierda, obten¨ªa un 50,5% de los apoyos y 89 de los 179 esca?os en el Parlamento de Copenhague. La coalici¨®n puede garantizarse la mayor¨ªa absoluta con el apoyo de alguno de los cuatro diputados que corresponden a las Islas Feroe y a Groenlandia.

Thorning-Schmidt ser¨¢ la primera mujer que presida un Gobierno dan¨¦s

La crisis y el paro, y no la inmigraci¨®n, han marcado la campa?a electoral

La derecha, incluido el DF, obtiene el 48,7% y 86 asientos parlamentarios. Los populistas retroceden por primera vez en d¨¦cadas, con un resultado del 12,3% y 22 esca?os. En el actual hemiciclo cuentan con 25 representantes.

Pese a la victoria, los resultados provisionales dan a los socialdem¨®cratas la peor cosecha de votos en mucho tiempo. El 25% de los daneses ha dado su apoyo al partido de Thorning-Schmidt. Sin embargo, los otros tres partidos de su alianza (Los Verdes, los social-liberales y los socialistas) compensan las p¨¦rdidas para desbancar a Rasmussen.

Con Rasmussen desaparece tambi¨¦n la decisiva influencia en la pol¨ªtica danesa de los populistas del DF. Pese a que no ha formado parte de los sucesivos Gobiernos en minor¨ªa del centro-derecha liderados por los liberales (Venstre) desde 2001, la derecha populista del DF ha sabido imponer sus criterios a cambio del necesario apoyo parlamentario. Dinamarca ha adoptado por eso una de las pol¨ªticas de inmigraci¨®n m¨¢s restrictivas de Europa. Despu¨¦s de tres elecciones legislativas dominadas por el debate de la inmigraci¨®n, la campa?a de 2011 se ha centrado en la crisis y en el aumento del paro.

La crisis del euro no afecta directamente a Dinamarca, que ha conservado la corona como divisa. Dinamarca, miembro de la Uni¨®n Europea, asumir¨¢ su presidencia rotatoria a partir de enero. Una de las decisiones forzadas por el DF ha sido este verano la reanudaci¨®n de los controles fronterizos entre Dinamarca y Alemania. El revuelo y las protestas fueron considerables. No obstante, los asuntos comunitarios no han jugado un papel a tener en cuenta en el debate electoral de 2011.

Los socialdem¨®cratas de Dinamarca se plantearon en el pasado la entrada en la Uni¨®n Monetaria, pero dadas las circunstancias han descartado ahora tajantemente la posibilidad. Helle Thorning-Schmidt declar¨® en campa?a que desea convocar sendos referendos para decidir sobre el posible refuerzo de la cooperaci¨®n danesa con la Uni¨®n Europea en materia de justicia y defensa. Adem¨¢s, se prev¨¦ que se descarten definitivamente los planes del actual Gobierno para la construcci¨®n de puestos de control fronterizo permanente en la l¨ªnea que separa a Dinamarca de Alemania.

Dinamarca tiene un d¨¦ficit p¨²blico del 4,6% del producto interior bruto (PIB), as¨ª como un paro juvenil del 10%. Son cifras astron¨®micas para un pa¨ªs escandinavo. Adem¨¢s, el mercado inmobiliario ha sufrido un serio retroceso. La socialdemocracia aspira a combatir la crisis con inversiones p¨²blicas y reformas en el mercado laboral. Seg¨²n las encuestas realizadas durante la corta campa?a electoral, tres cuartas partes de los daneses consideran que el problema m¨¢s grave de su pa¨ªs es la situaci¨®n econ¨®mica. El partido xen¨®fobo DF, que ha centrado su mensaje pol¨ªtico en el miedo al Islam y a la inmigraci¨®n, no ha ofrecido respuesta alguna a estas preocupaciones.