Encarcelada por reconfortar a los sirios
El r¨¦gimen de El Asad apresa a Rafah Nached, primera mujer psiquiatra del pa¨ªs, por organizar cursos para ayudar a superar el miedo ante la violencia
"Est¨¢n controlando y est¨¢n nerviosos". "Tienen listas con nombres". "Se han llevado mi pasaporte". Esas fueron las ¨²ltimas palabras que Faysal Abdallah, catedr¨¢tico de Historia Antigua de la Universidad de Damasco, escuch¨® pronunciar a su esposa, la psiquiatra Rafah Nached, de 66 a?os, a trav¨¦s del m¨®vil. El tel¨¦fono sigui¨® abierto unos segundos y el profesor oy¨® a¨²n a un agente decir: "Se?ora, quite eso".
Nached, la primera mujer psiquiatra de Siria, donde ejerce desde hace 26 a?os, se dispon¨ªa a embarcar en un vuelo de Air France rumbo a Par¨ªs para asistir al parto de su hija, que reside en Francia. No subi¨® al avi¨®n. Cuarenta y cinco minutos despu¨¦s de esa conversaci¨®n bruscamente cortada, su marido acongojado llegaba al aeropuerto para buscarla. No la encontr¨®.
Cient¨ªficos franceses se han movilizado para exigir la liberaci¨®n
El profesor Abdallah ha colgado en las redes sociales el relato de esa noche angustiosa del s¨¢bado 10 de septiembre que pas¨® llamando a las puertas de esa mara?a de servicios de seguridad que regulan la vida en Siria. Pregunt¨® en la polic¨ªa, la aduana, la seguridad general, la seguridad a¨¦rea, obteniendo casi siempre, en tono amable, la misma respuesta: "Tu mujer no pas¨® por aqu¨ª". Al final dedujo que hab¨ªa ca¨ªdo en manos de la seguridad a¨¦rea.
"?Por qu¨¦ nos ha tocado a nosotros?", es la pregunta que atormenta a la familia de la doctora Nached, la fundadora de la Escuela de Psicoan¨¢lisis de Damasco, una mujer que no se met¨ªa en pol¨ªtica, que no se ech¨® a la calle para manifestarse contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad como han hecho cientos de miles de sirios desde marzo. La represi¨®n de las protestas por el Ej¨¦rcito se ha cobrado la vida de 2.600 civiles, seg¨²n la ONU.
Solo cabe una explicaci¨®n. En una residencia de los jesuitas en Damasco, Nached organiz¨®, a partir de la primavera, junto con el padre Rami Elias, tambi¨¦n psicoanalista, unos cursillos gratuitos de fin de semana para ayudar a los sirios a exorcizar el miedo que les atenaza desde hace seis meses. "Lo parad¨®jico de esta situaci¨®n es que todo el mundo tiene miedo en Siria", declar¨® Nached en agosto a un periodista de la agencia France Presse, uno de los pocos medios de comunicaci¨®n extranjeros autorizados a trabajar en Damasco, que se acerc¨® a asistir a sus cursillos. "?Por qu¨¦ utiliza el r¨¦gimen la violencia y la represi¨®n?", se preguntaba. "Porque tiene miedo de perder el poder". "Y los que se manifiestan, ?cree usted que no tienen miedo?", a?ad¨ªa. "Tienen mucho miedo, pero pese a ello salen a la calle".
Al periodista le llam¨® la atenci¨®n el desasosiego que manifest¨® en el cursillo un damasceno de la minor¨ªa alau¨ª, que ostenta el poder en Siria, temeroso de una posible venganza de otras confesiones religiosas. Los dem¨¢s asistentes intentaron sosegarle. Siria es una sociedad multiconfesional en la que los musulmanes sun¨ªes son mayoritarios, pero hay tambi¨¦n fuertes minor¨ªas alau¨ª, cristiana, kurda, drusa, etc¨¦tera.
Ese cursillo le ha valido a la doctora Nached ser inculpada, el mi¨¦rcoles pasado, "de actividades susceptibles de provocar la desestabilizaci¨®n del Estado". Por fin dej¨® de estar desaparecida y su marido la localiz¨® en la c¨¢rcel de mujeres de Damasco. Fue incluso autorizado, ese mismo d¨ªa, a visitarla. La encontr¨® animada, pese a que padece una dolencia cardiaca y no hab¨ªa podido tomarse la medicaci¨®n.
Nached estudi¨® en la Universidad de Par¨ªs-Diderot y es en Francia donde se ha producido la mayor movilizaci¨®n de la comunidad cient¨ªfica para exigir su puesta en libertad, aunque las peticiones circulan por toda Europa. Las encabeza Jacques-Alain Miller, un afamado psiquiatra franc¨¦s, al que se le ha ido la mano en las redes sociales. Miller se dirige abiertamente, entre otros, a un exministro de Exteriores franc¨¦s, con s¨®lidas amistades en Siria. Le pregunta c¨®mo va su relaci¨®n con la hija de un poderoso general sirio y le pide que intervenga para excarcelar a Nached. "Puesto que la ha seducido, que sirva al menos para algo", concluye.
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