"La sociedad sabe que no somos unos vagos"

Alejandro Carbajo est¨¢ sentado en el sal¨®n de actos como si fuera a dar una conferencia. Pero el patio de butacas est¨¢ vac¨ªo. Detr¨¢s del sill¨®n, una hilera de recortes de peri¨®dico con las protestas de los profesores. A un lado, colchones inflables. El falso conferenciante reparte viandas por la mesa. Es leon¨¦s, maestro de Educaci¨®n F¨ªsica de Primaria de 31 a?os y sindicalista. Por unos d¨ªas es un encerrado y, por un rato, anfitri¨®n de un almuerzo con la comida que les van dejando las visitas: pepinillos, patatas, tomates de una huerta que huelen de maravilla... Un grupo de representantes sindicales tom¨® el pasado 1 de septiembre una oficina de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Comunidad de Madrid al norte de la capital, en la calle de Vitruvio. Se turnan en un encierro intermitente. El mi¨¦rcoles, d¨ªa de la cita, Carbajo estaba con otros dos compa?eros de CC OO. Le relevaron el fin de semana.

El maestro es uno de los encerrados contra los recortes educativos en Madrid

El encierro es un foco de las protesta docentes contra los recortes educativos en Madrid. Seg¨²n c¨¢lculos de los sindicatos, dejan fuera a 3.000 docentes interinos de Secundaria y afectan a la calidad de ense?anza. La Comunidad, que no ha dado cifra oficial, niega que se pierdan tantos y que la calidad se vea mermada.

Carbajo no parece ni un maestro ni un liberado sindical al uso. Encaja m¨¢s en el perfil de un indignado del 15-M, un movimiento en el que tambi¨¦n participa. Estos d¨ªas anda emocionado. "La gente se va uniendo como en una marea verde". El t¨¦rmino hace referencia al color de las camisetas que usan durante las concentraciones. Lo acu?aron los organizadores en las redes sociales. Herramientas como Twitter o Facebook les resultan muy ¨²tiles. Al inicio del encierro, varias profesoras llevaron a Vitruvio una carta enviada por la presidenta regional Esperanza Aguirre a los docentes para explicar los cambios. Al texto le faltaban tildes. "Una de las profesoras la trajo corregida en rojo y pensamos: ?Madre m¨ªa!", explica el anfitri¨®n, que come muy despacito un s¨¢ndwich de jam¨®n y queso. "Subimos una foto a Twitter". La carta sali¨® en todas partes. "Imagina, una mujer que ha sido ministra de Educaci¨®n...". La Comunidad explic¨® que debi¨® ser un fallo al mecanografiar una copia, porque la misiva archivada en el registro estaba bien escrita.

A Carbajo le molestaron las declaraciones de Aguirre en las que dijo que solo trabajan 20 horas (la presidenta se retract¨® despu¨¦s). "Nos quer¨ªa hacer pasar por vagos, pero la sociedad sabe que no es as¨ª. No protestamos por trabajar m¨¢s, sino por una mejor educaci¨®n p¨²blica".

El maestro lleg¨® hace cuatro a?os a Madrid. Pas¨® dos a?os en las aulas y lleva otros dos como liberado. "No ten¨ªa contacto con los sindicatos, me lo ofrecieron y vi que tambi¨¦n se puede luchar desde fuera", justifica. Asume que tienen mala imagen. Primero echa la culpa a los medios ("se lanzan mensajes simplistas sobre nosotros") y luego admite fallos ("somos personas, no m¨¢quinas, a veces nuestra informaci¨®n no llega a la gente"). No se atreve a pronosticar c¨®mo acabar¨¢n las protestas, pero est¨¢ contento con el arranque. "La batalla que no se da es la ¨²nica que seguro que se pierde".