La desgitanizaci¨®n del flamenco
Los gitanos llevan cinco siglos asentados en Espa?a, y perseguidos desde su llegada (Pragm¨¢tica de Medina del Campo, de 1492) hasta las ¨²ltimas leyes de vagos y maleantes del franquismo. Un pueblo n¨®mada que se hizo sedentario en la Andaluc¨ªa atl¨¢ntica, ubic¨¢ndose en una estrecha franja de terreno que corre paralela a la margen izquierda del r¨ªo Guadalquivir, entre Sevilla y C¨¢diz. En ese peque?o territorio naci¨® uno de los g¨¦neros musicales m¨¢s rico de nuestro universo: el flamenco. Hablamos de las gitaner¨ªas de Triana (destruida en 1957), Alcal¨¢, Utrera, Lebrija, Mor¨®n, Jerez, Arcos, Los Puertos y C¨¢diz. Hablamos de un g¨¦nero musical compuesto en un ritmo alterno de 12 tiempos, que combina compases binarios y ternarios: ton¨¢s, martinetes, livianas, seguiriyas, corridos, soleares, canti?as y buler¨ªas. Y hablamos de la larga n¨®mina de los creadores gitanos del flamenco, desde El Fillo a Camar¨®n, pasando por Tom¨¢s El Nitri, Manuel Cagancho, T¨ªo Jos¨¦ de Paula, Enrique El Mellizo, Ram¨®n Montoya, Manuel Torre, La Ni?a de los Peines, Fernanda de Utrera, Juan Talega, Antonio Mairena...
Los artistas gitanos han iniciado su particular 15-M, indignados contra la Administraci¨®n cultural andaluza que los viene marginando desde que se arrog¨®, en el Estatuto de Autonom¨ªa, "la competencia exclusiva en materia de conocimiento del flamenco como elemento singular del patrimonio cultural andaluz" (art¨ªculo 68, punto n¨²mero 1). Y no se trata solo de reivindicaciones laborales o econ¨®micas, como han interpretado algunos medios de informaci¨®n. El problema es de m¨¢s calado: la confusi¨®n entre el flamenco y el folclore andaluz que viene propiciando la Consejer¨ªa de Cultura. En el formulario presentado ante la Unesco por las comunidades de Andaluc¨ªa, Extremadura y Murcia se define el flamenco como "expresi¨®n popular", es decir, que el pueblo llano canta y baila por buler¨ªas o soleares. En la p¨¢gina tres del formulario ya se atreven a enumerar las "formas musicales del flamenco" entre las que incluyen las sevillanas, los fandangos, los verdiales, etc¨¦tera, modalidades todas del folclore andaluz, en ritmo bailable de 3¡Á4, que nada tienen que ver con la compleja m¨¦trica del flamenco. Aqu¨ª radica la indignaci¨®n de los artistas gitanos: que el estamento pol¨ªtico haya decidido que todo el folclore andaluz sea considerado flamenco.
Para que no quepan dudas sobre sus competencias, la Junta de Andaluc¨ªa, se dirige a la Unesco en los siguientes t¨¦rminos: "En estos momentos se encuentran en fase de tramitaci¨®n para su inscripci¨®n, por parte de la Consejer¨ªa de Cultura, diferentes manifestaciones flamencas como la escuela sevillana de baile, la escuela bolera, los verdiales, los trovos...". ?Mande!
El problema de los gitanos indignados podr¨ªa agravarse el pr¨®ximo noviembre con motivo de la celebraci¨®n del I Congreso Internacional de Flamenco, organizado por la Consejer¨ªa de Cultura. (Extra?o caso, ya que el I Congreso Internacional de Flamenco lo organiz¨® la Unesco, en Madrid, los d¨ªas 18, 19 y 20 de junio de 1969). Y digo que la situaci¨®n puede empeorar porque el Comit¨¦ Cient¨ªfico del congreso est¨¢ formado por 81 miembros y, naturalmente, no hay un solo gitano. Al menos en los congresos de flamenco organizados por la Unesco se sentaron, junto a Fernando Qui?ones y Caballero Bonald, tres "cayos reales gitanos": Antonio Mairena, Juan Talega y Melchor de Marchena.
La consideraci¨®n del flamenco, por parte de la Unesco, como bien inmaterial de la humanidad, junto a la Patum de Berga, el silbo gomero, los castellets, la cetrer¨ªa o la dieta mediterr¨¢nea, solo manifiesta su peligro de extinci¨®n. Lo que es lamentable en los momentos actuales es que el flamenco no exista como "g¨¦nero musical" en los servidores y portales de Internet. Seguimos figurando como "latin music" o "world music". Y es en Internet donde se va a desarrollar todo el futuro econ¨®mico y comercial del arte flamenco. Y es ah¨ª donde los profesionales del flamenco (artistas, cr¨ªticos, investigadores, productores, etc¨¦tera) tienen que definir, de una vez por todas, lo que es y lo que no es flamenco. Por otra parte, pueden coexistir, como ocurre con el blues o el rock, diversas denominaciones dentro del genero musical. Por poner un ejemplo: flamenco (para las formas cl¨¢sicas antes aludidas); flamenco-folk (para el folclore andaluz que se ha aflamencado) latin flamenco (para los estilos americanos, como la rumba); flamenco-fus¨ªon (para todas la experiencias recientes con el jazz, blues o rock...). Solo hay que ponerse a trabajar.
Ricardo Pach¨®n es productor de discos de flamenco, entre ellos de Camar¨®n de la Isla, Veneno y Pata Negra.
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