Lecciones del Fondo
La estancada econom¨ªa espa?ola necesita reformas laborales y fiscales para crear empleo
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado dos mensajes claros que implican con distinta intensidad a la econom¨ªa espa?ola. Sugiere que Europa necesita una nueva ronda de recapitalizaci¨®n bancaria, y a este reclamo acudi¨® el comisario de Mercado Interior, Michael Barnier, pidiendo m¨¢s capital para 16 bancos de la zona euro, siete de ellos espa?oles. El Banco de Espa?a ha negado que las entidades espa?olas necesiten m¨¢s capital. Parece m¨¢s prudente creer al gobernador Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. En la coyuntura actual, Bruselas deber¨ªa preocuparse sobre todo de los bancos italianos y alemanes.
Pero el segundo mensaje s¨ª golpea de lleno a Espa?a. La previsi¨®n de desaceleraci¨®n econ¨®mica mundial es poco tranquilizadora. Para la econom¨ªa espa?ola prev¨¦ una tasa de crecimiento del 1,1% en 2012, lo cual significa que no habr¨¢ recuperaci¨®n el a?o pr¨®ximo. La sociedad espa?ola tendr¨¢ que soportar al menos durante otro ejercicio una tasa de paro superior al 20%. La visi¨®n relativista ("otros est¨¢n peor, ni siquiera crecen") es equivocada. Porque lo que asfixia las opciones de crecimiento espa?ol son las restricciones crediticias, se supone que en camino de correcci¨®n, y la descomunal tasa de paro, que obliga a sobreesfuerzos en el ajuste econ¨®mico y cercena cualquier posibilidad de reactivaci¨®n de la demanda.
Estas deber¨ªan ser razones suficientes para que el Gobierno que se forme despu¨¦s de las elecciones tenga que ocuparse prioritariamente de reducir el paro, hasta el punto de hacer de ello una causa nacional. Para ello, el nuevo Gobierno tendr¨¢ que ajustar tres piezas relacionadas entre s¨ª y en ellas no puede cometer errores. La primera es una revisi¨®n en profundidad de la reforma laboral aprobada en esta ¨²ltima legislatura; ya est¨¢ demostrado que la actual es un fiasco.
La segunda pieza decisiva es una reforma fiscal. Se tratar¨ªa con ella de permitir el funcionamiento de la tercera pieza, que no puede ser otra que la articulaci¨®n de las pol¨ªticas de est¨ªmulo de la demanda que sea posible financiar en las condiciones actuales (es decir, aceptando el compromiso de reducci¨®n del d¨¦ficit). Se entiende pues que esa reforma fiscal no puede pretender una rebaja de impuestos, sino lo contrario. Y se entiende tambi¨¦n que los est¨ªmulos no pueden ser los triviales mecanismos de desgravaciones fiscales, nada menos que en el impuesto de Sociedades, que anuncia el candidato del PP.
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