El viaje mortal de la eurozona
Es posible estar aterrorizado y aburrido al mismo tiempo? As¨ª es como me siento respecto a las negociaciones que est¨¢n teniendo lugar ahora sobre la forma de responder a la crisis econ¨®mica de Europa, y sospecho que otros observadores comparten este sentimiento.
Por una parte, la situaci¨®n de Europa es realmente, realmente, alarmante: con pa¨ªses que representan un tercio de la econom¨ªa de la zona euro sometidos ahora a un ataque especulativo, la existencia misma de la moneda ¨²nica se ve amenazada; y un fracaso del euro podr¨ªa causar un da?o enorme al mundo.
Por otro lado, los responsables pol¨ªticos europeos parecen dispuestos a ofrecer m¨¢s de lo mismo. Probablemente encontrar¨¢n un modo de proporcionar m¨¢s cr¨¦dito a los pa¨ªses en apuros, que puede que escapen al desastre inminente, o no. Pero no parecen nada dispuestos a admitir un hecho crucial; concretamente, que sin pol¨ªticas fiscales y monetarias m¨¢s expansivas en las econom¨ªas m¨¢s fuertes de Europa, todos sus intentos de rescate fracasar¨¢n.
Las ¨¦lites pol¨ªticas de la UE no cuestionan el dogma de la moneda fuerte y la austeridad
Esta es la historia hasta la fecha: la introducci¨®n del euro en 1999 provoc¨® un enorme incremento de los pr¨¦stamos a las econom¨ªas perif¨¦ricas de Europa, porque los inversores cre¨ªan (err¨®neamente) que la moneda compartida hac¨ªa que la deuda griega o espa?ola fuese igual de segura que la alemana. Contrariamente a lo que se suele o¨ªr, este incremento de los pr¨¦stamos no sirvi¨® en su mayor¨ªa para financiar los derroches en el gasto gubernamental; de hecho, Espa?a e Irlanda registraban super¨¢vits presupuestarios justo antes de la crisis y ten¨ªan un grado de endeudamiento bajo. En vez de eso, las entradas de dinero sirvieron principalmente para alimentar un crecimiento enorme del gasto privado, especialmente en vivienda.
Pero cuando el boom de los pr¨¦stamos termin¨® de golpe, la consecuencia fue una crisis econ¨®mica y fiscal. Las recesiones salvajes provocaron un descenso de la recaudaci¨®n fiscal, lo que esquil¨® los presupuestos, llev¨¢ndolos a n¨²meros rojos; mientras tanto, el coste de los rescates bancarios condujo a un aumento repentino de la deuda p¨²blica. Y una de las consecuencias fue el derrumbamiento de la confianza de los inversores en los bonos de los pa¨ªses perif¨¦ricos.
?Y ahora, qu¨¦? La respuesta de Europa ha sido exigir una estricta austeridad fiscal, especialmente unos recortes dr¨¢sticos en el gasto p¨²blico, por parte de unos deudores con problemas, ofreciendo, por otro lado, una financiaci¨®n provisional hasta que se recupere la confianza de los inversores privados. ?Puede funcionar esta estrategia?
No para Grecia, que realmente cometi¨® derroches fiscales durante los a?os de vacas gordas y debe m¨¢s de lo que es factible que pueda devolver. Probablemente no para Irlanda y Portugal, que por motivos diferentes tienen tambi¨¦n unas pesadas cargas de deuda. Pero con un entorno externo favorable -concretamente, una econom¨ªa europea en general fuerte, con una inflaci¨®n moderada- es posible que Espa?a, que incluso ahora tiene una deuda relativamente baja, e Italia, que tiene un alto nivel de deuda, pero unos d¨¦ficits sorprendentemente bajos, puedan salir adelante.
Desgraciadamente, los responsables pol¨ªticos europeos parecen decididos a negar a esos deudores el entorno que necesitan.
M¨ªrenlo de esta forma: la demanda privada en los pa¨ªses deudores se ha desplomado con el final del boom financiado por la deuda. Mientras tanto, el gasto del sector p¨²blico tambi¨¦n se est¨¢ reduciendo dr¨¢sticamente a causa de los programas de austeridad. As¨ª que, ?de d¨®nde se supone que van a llegar el empleo y el crecimiento? La respuesta tiene que estar en las exportaciones, principalmente a otros pa¨ªses europeos.
Pero las exportaciones no pueden crecer mucho si los pa¨ªses acreedores tambi¨¦n ponen en pr¨¢ctica pol¨ªticas de austeridad, lo cual es bastante posible que lleve a Europa en su conjunto a una nueva recesi¨®n.
Adem¨¢s, los pa¨ªses deudores tienen que rebajar los precios y los costes respecto a los pa¨ªses acreedores como Alemania, lo cual no ser¨ªa demasiado dif¨ªcil si Alemania tuviese una inflaci¨®n del 3% o del 4%, lo que permitir¨ªa a los deudores ganar terreno simplemente teniendo una inflaci¨®n baja o nula. Pero el Banco Central Europeo tiene un sesgo deflacionista; cometi¨® un terrible error subiendo los tipos de inter¨¦s en 2008 justo cuando la crisis financiera cobraba fuerza y ha demostrado que no ha aprendido nada al repetir ese error este a?o.
En consecuencia, el mercado prev¨¦ ahora una inflaci¨®n muy baja en Alemania -alrededor del 1% durante los pr¨®ximos cinco a?os-, lo que conlleva una deflaci¨®n considerable en los pa¨ªses deudores. Esto agravar¨¢ sus crisis y aumentar¨¢ la carga real de sus deudas, pr¨¢cticamente garantizando el fracaso de todos los esfuerzos de rescate.
Y no veo el m¨¢s m¨ªnimo indicio de que las ¨¦lites pol¨ªticas europeas est¨¦n dispuestas a replantearse su dogma de la moneda fuerte y la austeridad.
Puede que una parte del problema sea que esas ¨¦lites pol¨ªticas tienen una memoria hist¨®rica selectiva. Les encanta hablar de la inflaci¨®n alemana de principios de los a?os veinte (una historia que resulta que no tiene nada que ver con nuestra situaci¨®n actual). Pero casi nunca hablan de un ejemplo mucho m¨¢s pertinente: las pol¨ªticas de Heinrich Bruening, el canciller de Alemania entre 1930 y 1932, cuya insistencia en equilibrar los presupuestos y mantener el patr¨®n oro hizo que la Gran Depresi¨®n fuese a¨²n peor en Alemania que en el resto de Europa (y sent¨® las bases de lo que ustedes ya saben).
Bueno, yo no espero que algo tan terrible ocurra en la Europa del siglo XXI. Pero hay una distancia muy grande entre lo que el euro necesita para sobrevivir y lo que los dirigentes europeos est¨¢n dispuestos a hacer o, incluso, a considerar. Y dada esa distancia, es dif¨ªcil encontrar motivos para el optimismo.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en Princeton y fue premio Nobel en 2008. ? 2011 The New York Times News Service. Traducci¨®n de News Clips.
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