El nuevo duque consorte
?Qu¨¦ duda cabe que la imagen de la boda es la de la duquesa arranc¨¢ndose por sevillanas en la puerta de su palacio, descalza y con su nuevo marido acompa?¨¢ndola con palmas! Eso es ser Cayetana Fitz-James, que por m¨¢s que agregue apellidos y matrimonios, nunca pierde la identidad de Duquesa de Duquesas. La dama hiperb¨®lica en todo: en edad, en matrimonios por la Iglesia, en desaf¨ªos de toda naturaleza, conquistando audiencias de toda clase y hasta generando trending topics con su ¨²ltima boda. Aunque en esto de los trending topics, la madrina del novio, Carmen Tello, la mejor amiga de la novia, se llev¨® la palma, quiz¨¢s porque su traje largo de rojo valentino y guantes blancos recordaban a la Audrey Hepburn de Desayuno con diamantes, solo que en vez de regresar de un fiest¨®n en Manhattan, lo hac¨ªa para un cotizad¨ªsimo almuerzo bajo el inclemente sol sevillano.
Una de las razones para explicar el furor creado en torno a esta boda puede ser que es una de las pocas noticias felices en tiempos de oscuridad y pesimismo. Al tiempo que la duquesa esposaba un nuevo duque (de la seguridad social y no de la ficci¨®n televisiva), la violencia recrudec¨ªa en una Grecia sin futuro. O se destapaba en Galicia el esc¨¢ndalo de las indemnizaciones millonarias a ejecutivos de una caja con fondos p¨²blicos. La boda de la duquesa eclipsaba todo esto: ella bailando delante de los sevillanos y empe?ada en arrojar su ramo de novia a cualquier doncella, de cualquier edad y procedencia.
A su lado, el nuevo duque, el primero de los esposos de la duquesa que proviene de algo tan normal como la burocracia. El primer marido era tan arist¨®crata como ella. El segundo un excura, para suavizar la transici¨®n de la Casa de Alba hacia la democracia. El tercero, un ya exfuncionario, en tiempos de dineros p¨²blicos descarriados, recortes a tutipl¨¦n y elecciones adelantadas. Por eso Alfonso D¨ªez, nuevo duque de Alba consorte, es una luz al final del camino, la esperanza de que en toda pesadilla hay alguien que te sacude para despertarte y reincorporarte a un mundo feliz. Ese en el que puedes pasar de funcionario a duque consorte, de ser un maduro en tu sexta d¨¦cada a convertirte en un apuesto enamorado de toda una duquesa que ha visto pasar la II Guerra Mundial, el magnicidio de Kennedy, el destape, los oscars a Almod¨®var, Trueba y Garci. Y tambi¨¦n la Expo y las Olimpiadas. Todo eso lo ha visto la duquesa y lo dem¨¢s lo har¨¢ del brazo de don Alfonso, cada vez m¨¢s guapo, cada vez m¨¢s con ese aspecto de haber nacido para ser el ¨²ltimo gran duque consorte en nuestros tiempos de desconcierto.
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