Cambiar las ruedas tirado en el sof¨¢
Hoy a las 22 horas abre sus puertas virtuales el primer centro comercial gallego 'on line' en el que cabr¨¢ de todo: desde ropa y comida hasta llantas y calderas
"Esta frase es m¨ªa y me gusta: Internet dar¨¢ el poder al pueblo", dice convencido de las virtudes de la Red, al fin roto el hielo tras un trecho largo de conversaci¨®n telef¨®nica, Jaime Berredo. En su jornada laboral trabaja de comercial, y en sus horas libres y fines de semana se vuelca en el que, de momento, es el gran proyecto de su vida. Jaime Berredo, lalinense y vecino de As Pontes, tuvo una visi¨®n hace nueve meses y como buen profesional de lo suyo supo venderles la idea a tres amigos que aceptaron embarcarse con ¨¦l en un negocio que a¨²n no da un duro. Ahora todos tienen fe en el ¨¦xito del proyecto: el primer centro comercial silencioso, imposible de tocar y pisar, sin papeleras, ni aseos ni vigilantes de seguridad que va a abrir en Galicia.
"Porque no vivamos en Silicon Valley no tenemos por qu¨¦ no intentarlo"
"Se pueden buscar todos los jerseis amarillos a la venta en la ciudad"
Le han puesto el nombre de Flashwer (flashwer.com), una fusi¨®n de t¨¦rminos nada aut¨®ctonos que alude a la inmediatez (flash) y al lugar (wer, por where) cibern¨¦tico en el que uno se da de bruces con esta velocidad de la luz; y sin vino espa?ol ni autoridades lo van a inaugurar esta noche a las diez. A partir de esa hora, los comerciantes, hosteleros y propietarios de talleres y negocios que ofrezcan cualquier tipo de servicios "al consumidor final" podr¨¢n empezar a registrarse, crear sus propias p¨¢ginas web en el portal y lanzar ofertas agresivas, que dejen temblando a la competencia, sin que esta estrategia promocional les cueste nada. Flashwer, que se anuncia como una iniciativa para "reactivar" el peque?o comercio gallego, tan castigado por la crisis, es, por ahora, un servicio gratuito.
Con el tiempo, el plan de estos cuatro j¨®venes (de entre 26 y 33 a?os), es seguir de la misma manera, sin cobrar alquiler por los locales de su centro comercial, pero los titulares de los negocios tendr¨¢n que pagar por "posicionar" sus ofertas. As¨ª tendr¨¢n su anuncio bien a la vista, en los mejores mostradores de la tienda. "Pero los que no paguen, si su oferta es interesante, tambi¨¦n estar¨¢n arriba", promete Berredo.
Los socios en Flashwer se llaman Marga Rivera (dise?adora del proyecto, administrativa de profesi¨®n y residente en As Pontes), Roberto L¨®pez (dise?ador gr¨¢fico y vecino de Lal¨ªn), y Daniel Loureiro (inform¨¢tico, tambi¨¦n de la ribera del Deza pero residente en Compostela). Seg¨²n el "peque?o estudio de mercado" que hicieron, calculan que antes de que pase medio a?o podr¨¢n saber si Berredo estaba en lo cierto o marraba de lleno cuando los enred¨® en la empresa.
Pero si han dedicado "tanto esfuerzo" es porque imaginan que "el negocio que en 10 a?os no est¨¦ en Internet no existir¨¢". Y sospechan que los m¨¢s de 4.000 contactos con tiendas, alojamientos y restaurantes que han hecho cuajar¨¢n en forma de escaparates virtuales dentro de su centro comercial sin muros de hormig¨®n. Luego, "seguro" que dar¨¢n el salto a toda Espa?a, y despu¨¦s quiz¨¢s m¨¢s all¨¢ sin necesidad de recalificar terrenos.
"Es que, que conozcamos, no existe nada igual en el mundo. La idea es nueva, sin parang¨®n", presume el jefe del equipo, "y si funciona en Galicia, si logramos superar la brecha digital que hay entre el comercio tradicional y el on line aqu¨ª, qu¨¦ no va a pasar en Madrid o Barcelona. Es algo que hablo muchas veces conmigo mismo". Berredo recuerda que "el comercio digital representa ya el 4% del PIB" y que "el negocio aumenta a un ritmo de 1.000 millones de euros al a?o". La mitad de las tiendas espa?olas ya recurren a "otras infraestructuras como blogs, Facebook y Twitter para promocionarse, porque no tienen la herramienta adecuada".
Flashwer es, seg¨²n su creador, que ¨²ltimamente apuraba las reuniones con c¨¢maras y asociaciones de comercio, ese apero imprescindible. Y el apartado del que est¨¢ m¨¢s orgulloso "es el tabl¨®n de anuncios", donde cualquier usuario podr¨¢ preguntar, por ejemplo, "por la mejor oferta de ruedas en la provincia" o "por todos los jerseis amarillos que est¨¢n a la venta en su ciudad". Tambi¨¦n puede "colgar la foto de unos zapatos" que vio en una revista, para no ir busc¨¢ndolos de tienda en tienda, u "opinar sobre una casa de turismo rural". Luego, a la vista de la demanda, los vendedores podr¨¢n competir con sus ofertas. Y el cliente, regatear.
Aunque el peque?o comercio no sea Zara, "tambi¨¦n puede ser competitivo en Internet", y "aunque no vivamos en Silicon Valley, no hay por qu¨¦ no intentarlo", comenta optimista el gerente de Flashwer. "Tambi¨¦n Facebook, e-bay o Twitter fueron ideas de chicos. Y funcionaron".
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