Misterio gozoso y doloroso
Antonio Nazar¨¦, un fino torero sevillano de Dos Hermanas -mucha afici¨®n, torer¨ªa en el sentimiento, gracia en las mu?ecas y pocas corridas (la de ayer fue la tercera en esta temporada que finaliza)- puede ser el protagonista del misterio gozoso de la tarde. Dec¨ªa hace unos d¨ªas en un portal taurino que "estar a buen nivel toreando muy poco no es f¨¢cil". Y tiene toda la raz¨®n, pero ayer estuvo muy bien. Es cierto que le toc¨® el toro m¨¢s noble de la sosa corrida del Marqu¨¦s de Domecq, pero hab¨ªa que estar a la altura de la calidad de ese oponente, y lo estuvo. Un misterio es que un torero solo toree de sal¨®n y en la soledad del sue?o, y cuando llega a la Maestranza sea capaz de dibujar en la realidad eso que dicen todos que llevan dentro y que este Nazar¨¦ demostr¨® que es mucho y bueno.
DOMECQ / CORT?S, MORA, NAZAR?
Toros del Marqu¨¦s de Domecq, desiguales de presentaci¨®n, blandos, mansos y descastados; destacaron por su nobleza tercero y cuarto.
Salvador Cort¨¦s: pinchazo y media baja (silencio); estocada (oreja).
David Mora: estocada baja (vuelta); pinchazo y estocada (ovaci¨®n).
Antonio Nazar¨¦: estocada contraria y un descabello (oreja); estocada (ovaci¨®n).
Plaza de la Maestranza. 12 de octubre. ?ltimo festejo de la temporada. Menos de media entrada.
Recibi¨® a ese primer toro suyo con unas magn¨ªficas ver¨®nicas, torer¨ªsimas, suaves, templadas, que remat¨® con una larga garbosa y lenta. Ah¨ª queda eso... No hubo tercio de varas, ni en este ni en ninguno de los seis, y el animal dej¨® claro que no le sobraban las fuerzas, y tambi¨¦n que derrochaba nobleza y calidad en la embestida, una papeleta para el novato torero, una oportunidad que pod¨ªa ser su tumba. Pero, no.
Nazar¨¦ se mostr¨® relajado y tranquilo, como quien domina la situaci¨®n despu¨¦s de muchas tardes de toros, y lo embarc¨® en la muleta y lo tore¨® largo, a media altura, con la mano derecha, en muletazos pre?ados de torer¨ªa. Pero la exquisitez lleg¨® con la zurda, en tres tandas de naturales hondos, emotivos y magn¨ªficamente abrochados con el de pecho. Fue la suya una lecci¨®n de clase y hondura. Finaliz¨® con unos ayudados por bajo cargados de inspiraci¨®n y mat¨® de una estocada contraria que ralentiz¨® la muerte del animal. Una oreja merecida lleg¨® a sus manos.
No pudo redondear la tarde en el sexto porque, al igual que la mayor¨ªa de sus hermanos, se qued¨® parado, cabece¨® a la defensiva, y no permiti¨® el toreo a pesar de la firmeza y el valor demostrado por Nazar¨¦.
Pero ah¨ª qued¨® el misterio gozoso: un torero que solo torea de sal¨®n bajo el puente de Triana, cruz¨® el r¨ªo, se plant¨® en la Maestranza y deleit¨® a la concurrencia. Seguro que en la pr¨®xima Feria de Abril lo colocan en un cartel de corrida dura para que se estrelle. Se admiten apuestas...
Y queda el misterio doloroso. Y no uno, sino varios. El primero, la plaza semivac¨ªa en una fecha taurina por tradici¨®n sevillana. El segundo, un p¨²blico bullanguero y festivalero que pide orejas como si esta plaza fuera una port¨¢til; y el tercero, que el toreo no se mueve ante la pobre situaci¨®n de la fiesta. Las plazas se despueblan porque lo que ocurre en el ruedo carece de emoci¨®n, y los taurinos contin¨²an a lo suyo.
Los toros del Marqu¨¦s de Domecq hace a?os que no embisten, pero no son peores que la inmensa mayor¨ªa de lo que se cr¨ªa en los campos de este pa¨ªs. Se ha perdido el tercio de varas porque la invalidez de los toros lo hace innecesario; se ha perdido la casta y se ha entronizado el tedio y la desolaci¨®n. Pero nadie alza su voz contra toreros, ganaderos, empresarios y taurinos sin graduaci¨®n. A este paso, pronto llegar¨¢n las l¨¢grimas y el rechinar de dientes.
Todo comenz¨® ayer con uno de esos toros descastados, el primero de Cort¨¦s, quien se mostr¨® afanoso con un animal desclasado y con genio. Nobleza desarroll¨® el cuarto, y el diestro lo mulete¨® con facilidad en una faena larga, con altibajos, superficial y con escasa hondura. Ya no se trata solo de exhibir t¨¦cnica y poder¨ªo; el toreo de hoy exige sentimiento y personalidad. Lo cierto es que le concedieron una oreja que no mereci¨®, pero el p¨²blico la pidi¨® y el prestigio de la plaza sevillana baj¨® un pelda?o m¨¢s.
Ese mismo p¨²blico protest¨® a la presidenta porque no atendi¨® la petici¨®n minoritaria para que concediera un trofeo a David Mora, que estuvo solvente y seguro con el descastado segundo, al que lance¨® bien a la ver¨®nica y ante el que derroch¨® voluntad. Tampoco pudo lucirse en el quinto, otro animal de la misma cala?a ante el que se justific¨®. La verdad es que Mora est¨¢ en racha y en alza, y eso se le nota en sus andares por la plaza. Pero no hubo toros, y cuando no los hay, se ausentan hasta los misterios.
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