Bromuro de precampa?a
Ustedes me disculpar¨¢n la analog¨ªa, pero albergo la creciente convicci¨®n de que precampa?as y campa?as electorales son al prestigio y al atractivo de la pol¨ªtica lo que el bromuro a la excitaci¨®n sexual masculina. Es decir, que el paroxismo declarativo y gestual de las semanas o meses previos a una cita con las urnas tiene, sobre las ganas de votar de los ciudadanos y su inter¨¦s por las ofertas de los partidos, un efecto claramente anafrodis¨ªaco, disuasorio, inhibidor.
Me apresuro a aclarar que no estoy pensando en la natural discrepancia ideol¨®gica que cada uno pueda tener con las tesis de tal o cual formaci¨®n pol¨ªtica, o de uno de sus portavoces. A m¨ª, que Izquierda Unida aborde la batalla del 20-N ensalzando como modelos la Cuba castrista y la Venezuela chavista me parece un pat¨¦tico s¨ªntoma de orfandad doctrinal. Y que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar denunciase en la convenci¨®n de M¨¢laga las "cesiones a ETA" o la presencia de "los terroristas aposentados en nuestras instituciones democr¨¢ticas" se me antoja una expresi¨®n entre biliar y totalitaria. Pero esas cosas no desmotivan pol¨ªticamente; al contrario, m¨¢s bien estimulan la confrontaci¨®n de ideas y, en definitiva, la participaci¨®n.
?Qu¨¦ c¨¢lculo de coste-beneficio ha podido inducir a Duran a dar un puntapi¨¦ en semejante avispero?
No, lo que resulta de veras desmovilizador, lo que acabar¨ªa con la libido hasta de un s¨¢tiro de la pol¨ªtica, son las salidas de pata de banco, los exabruptos, las ofensas al m¨¢s elemental sentido com¨²n. Verbigracia, ese jard¨ªn en que se ha metido el cabeza de lista de Converg¨¨ncia i Uni¨®, Josep Antoni Duran Lleida, a prop¨®sito del PER y de las horas que los jornaleros del sur se pasan en los bares de sus respectivos pueblos. En un dirigente pol¨ªtico tan curtido y cerebral, con su fama de no dar puntada sin hilo, ?qu¨¦ c¨¢lculo de coste-beneficio ha podido inducir a Duran a dar un puntapi¨¦ en semejante avispero? ?Qu¨¦ extra?a pulsi¨®n le empuj¨® a erigirse en la autocaricatura del burgu¨¦s catal¨¢n ego¨ªsta y sin entra?as al que tanto gustan de atizar en el gui?ol del populismo meridionalista, tambi¨¦n conocido como "teatrillo de la solidaridad interterritorial"? ?C¨®mo pudo el democristiano brindarle al inmarcesible Alfonso Guerra (34 a?os, camino de 38, en el Congreso de los Diputados) tal ocasi¨®n de practicar la lucha de clases verbal?
Otro episodio demoledor para la seriedad de la pol¨ªtica e insultante para la inteligencia de los ciudadanos ha sido la comparecencia de la ministra de Defensa y cartel electoral del PSC, Carme Chac¨®n, a las puertas de un hospital p¨²blico catal¨¢n para mostrarse "preocupada y alarmada" ante el "desmantelamiento" de nuestro sistema sanitario por el "capricho" derechista del Ejecutivo de Artur Mas. ?Ignora la se?ora Chac¨®n que es el Gobierno espa?ol del que ella forma parte el que exige de la Generalitat una reducci¨®n dr¨¢stica del d¨¦ficit p¨²blico, tan dr¨¢stica que, de aplicarse, conllevar¨ªa este a?o un recorte presupuestario no del 10%, sino del 20%, devastador para los servicios p¨²blicos? Si ella no lo ignora, ?cree entonces que quienes lo ignoramos somos los electores, pobres tontos desinformados a merced de la demagogia m¨¢s burda?
Bien es cierto que, en clave menor, otro ejemplo de esta pandemia preelectoral lo dio recientemente el diputado de Esquerra Republicana Oriol Amor¨®s al denunciar como escandaloso que la empresa p¨²blica Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) hubiera presupuestado casi 150.000 euros para lotes navide?os de su personal. Sumando este 3.000 empleados (a los que, pese a no ser funcionarios, ya se les rebaj¨® el sueldo un 5% el a?o pasado), no parece que un lote de menos de 50 euros por cabeza constituyese un alarde de lujo y derroche; ni tampoco que destinar el dinero ahorrado -como propone Esquerra- a la contrataci¨®n de personal educativo o sanitario vaya a compensar siquiera los despidos que se producir¨¢n en el sector de los lotes y regalos de Navidad. Pero ?qui¨¦n renuncia a un titular, por peque?o que sea?
S¨ª, la crisis es terrible. Pero la frivolidad pol¨ªtica, la gesticulaci¨®n vac¨ªa, la puja demag¨®gica, son desoladoras.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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