Frank Kameny, antorcha de los derechos gais
Activista durante m¨¢s de 50 a?os, luch¨® por abolir muchas de las leyes que penalizaban al colectivo homosexual
El Gobierno norteamericano tard¨® en pedirle perd¨®n, pero finalmente lo hizo, hace dos a?os. En 1957, el servicio cartogr¨¢fico del Ej¨¦rcito le hab¨ªa despedido por ser gay. Frank Kameny (Nueva York, 1925) no se achant¨®. Decidi¨® proclamar su homosexualidad y llevarla a todas las instancias posibles, incluidos el Capitolio y el Tribunal Supremo. No lo hizo pidiendo perd¨®n. Kameny estaba orgulloso de su sexualidad, y no permiti¨® que nadie le dijera que era antinatural o una decisi¨®n propia. Hab¨ªa nacido con ella. Y por ello cre¨® un lema que cambiar¨ªa el pa¨ªs a lo largo de medio siglo: "Ser gay es bueno".
Kameny muri¨® el 11 de octubre en Washington, en un a?o en el que el colectivo gay comenzaba a protagonizar los cap¨ªtulos m¨¢s importantes de su historia: a los homosexuales se les deja servir abiertamente en el Ej¨¦rcito; seis Estados y la capital federal reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo; varios congresistas y concejales de Washington son abiertamente gais. Se trata de un panorama inimaginable hace 50 a?os. Cuando Kameny fue despedido, las relaciones sexuales entre dos hombres eran, simplemente, ilegales.
Fue expulsado del Ej¨¦rcito en 1957; el Gobierno no le pidi¨® perd¨®n hasta 2009
De la homosexualidad no se hablaba en p¨²blico. Era, por aquel entonces, un pecado nefando. En 1961, Kameny logr¨® llevar su caso al Supremo, la m¨¢xima instancia judicial de la naci¨®n. Pidi¨® una compensaci¨®n por "graves da?os a la dignidad humana". Se la denegaron, pero en este pa¨ªs ya se hab¨ªa abierto una l¨ªnea de debate que acabar¨ªa siendo predominante: los derechos de los gais deb¨ªan exigirse como se hab¨ªan exigido los de las mujeres y los afroamericanos, dentro del marco de las libertades civiles.
Una de las grandes luchas de Kameny, como activista, fue que la Asociaci¨®n Americana de Psiquiatr¨ªa dejara de definir oficialmente la homosexualidad como un "trastorno mental". Lo logr¨® en 1973. Lleg¨® a irrumpir en una conferencia de esa asociaci¨®n para secuestrar el micr¨®fono y gritar: "Nosotros no somos el problema. El problema sois vosotros". La siguiente lucha fue la de revocar la ley que prohib¨ªa la sodom¨ªa en Washington. Tambi¨¦n lo logr¨®, en 1995. Luego llegaron otras batallas: la del matrimonio, la de la adopci¨®n, la del Ej¨¦rcito.
"Era un pionero, alguien extremadamente honesto, inteligente, sin miedo a expresarse, a defender los derechos de los homosexuales mucho antes de que el resto de la gente se atreviera a hablar abiertamente de ellos. Frank fue uno de los primeros en hablar claramente del asunto, empleando su gran inteligencia", explica a EL PA?S Carl Schmid, expresidente de la agrupaci¨®n de gais republicanos de Washington, que conoci¨® a Kameny durante m¨¢s de 20 a?os. "Recuerdo un d¨ªa en que daba un discurso para revocar la ley que penaba la sodom¨ªa. Nos dio la bienvenida diciendo: 'queridos compatriotas sodomitas'. As¨ª era Frank, tan inteligente como ingenioso".
Las leyes que se aprueban o revocan en Washington deben pasar por el Capitolio, por ser un distrito federal. Eso hizo que la labor de Kameny como activista local fuera doblemente importante y tuviera influencia nacional: sobre ¨¦l se han posado los ojos de legisladores de todo el pa¨ªs. ?l mismo se present¨® a las elecciones a la C¨¢mara de Representantes hace 40 a?os, uno de los primeros homosexuales en hacerlo sin ocultar su orientaci¨®n.
Para un activista norteamericano, pocos reconocimientos pueden ser mayores que el de estar al lado del presidente al firmar una ley por la que ha luchado. Barack Obama lo hizo en 2009, al aprobar la concesi¨®n de beneficios gubernamentales a funcionarios homosexuales y sus parejas. Kameny visit¨® la Casa Blanca, pos¨® junto al presidente y recibi¨® de su mano el bol¨ªgrafo con el que ratific¨® la norma. Aquel mismo a?o, el Gobierno le envi¨® una nota oficial en la que le ped¨ªa perd¨®n por el trato recibido en 1957.
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