Part¨ªculas elementales
Cuando hab¨ªamos abandonado ya toda esperanza de que esta generaci¨®n de pol¨ªticos que gobierna el mundo en los inicios del S. XXI pudiera encontrar soluci¨®n a alguno de los enormes problemas econ¨®micos y sociales derivados de la crisis financiero-inmobiliaria de 2008; y una vez constatada su absoluta incapacidad para encauzar de manera sensata el comportamiento amoral, descarado e imp¨²dico de eso que se ha dado en llamar "el mundo financiero", ahora nos enteramos de que unos cient¨ªficos del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) parecen haber demostrado que los neutrinos viajan m¨¢s r¨¢pido que la luz (concretamente, 60 nanosegundos m¨¢s r¨¢pido). Algo que de confirmarse, podr¨ªa elevar, a¨²n m¨¢s si cabe, el nivel de confusi¨®n en que nos hallamos.
Y sin embargo, a m¨ª este descubrimiento me parece de lo m¨¢s clarificador. No solo porque pondr¨ªa de manifiesto que hasta nuestra propia concepci¨®n de la Naturaleza estaba equivocada (cosa que ya se intu¨ªa desde hace alg¨²n tiempo), sino tambi¨¦n porque nos proporcionar¨ªa nuevas e interesantes perspectivas para abordar los problemas econ¨®micos y pol¨ªticos de nuestro tiempo.
Sabemos, por ejemplo, que los neutrinos son unas part¨ªculas sin masa y sin carga, hasta el punto de que resulta muy dif¨ªcil saber si est¨¢n ah¨ª, o no, lo que ya es una primera similitud con los pol¨ªticos actuales. Pero esto no ser¨ªa m¨¢s que una an¨¦cdota sin importancia si lo compar¨¢semos con el hecho de que, a velocidades tan vertiginosas, las posibilidades de viajar al pasado aumentan de manera notable.
Imaginemos entonces, por un momento, que nos subi¨¦ramos (es un decir) en una de estas part¨ªculas elementales y nos plant¨¢ramos en junio de 2007, unos meses antes del inicio de la debacle que nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª (sabiendo lo que ahora sabemos, naturalmente). Es obvio que atrapar¨ªamos in fraganti a Fannie Mae y Freddie Mac vendiendo hipotecas basura por los barrios pobres de Detroit, a Lehman Brothers haciendo paquetitos de subprimes, a los bancos centrales imprimiendo billetes sin descanso, a las agencias de calificaci¨®n repartiendo certificados triple A al por mayor, al FMI publicando previsiones de crecimiento al alza ?para los pr¨®ximos diez a?os!, a eminentes expertos econ¨®micos proclamando el fin de los ciclos econ¨®micos, a las cajas de ahorro espa?olas engordando su cartera inmobiliaria hasta niveles insostenibles, a los ¨®rganos reguladores (Reserva Federal, SEC, Banco de Espa?a, etc.) tocando la lira, como Ner¨®n a las puertas de Roma, y a los Ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas aprobando promociones urban¨ªsticas en sesiones de ma?ana, tarde y noche, con una diligencia que para s¨ª hubieran querido los nuevos emprendedores.
Es una mera fantas¨ªa, lo s¨¦. Pero si de lo que se trata es de encontrar soluciones a la crisis, todo apunta a que debemos estar m¨¢s atentos a lo que ocurra en el CERN de Ginebra, por muy inciertos que sean ahora sus resultados, que a los acuerdos que se vayan a tomar en la pr¨®xima reuni¨®n del G-20 en Cannes.
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