Intensos Gala y Dal¨ª
Lleg¨® finalmente al Liceo Yo, Dal¨ª, la ¨®pera del compositor Xavier Benguerel sobre libreto de Jaime Salom estrenada en junio pasado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
A trav¨¦s de 13 escenas repartidas en cuatro actos la ¨®pera recorre la vida del pintor y de Gala, su esposa, desde su primer encuentro en Par¨ªs en 1929 hasta la muerte de Dal¨ª en 1989. La circunstancia biogr¨¢fica, sin embargo, es lo de menos en esta obra. Lo que aqu¨ª importa no es la verdad hist¨®rica, lo que fue o no fue o si hubo o no hubo una Gala y un Dal¨ª como los que se nos presentan, lo que se cuenta aqu¨ª es la verdad dram¨¢tica, la verdad de los personajes y en este sentido Yo, Dal¨ª cuenta con dos personajes teatrales muy potentes, intensos, complejos y llenos de matices, con una Gala que, convertida en una especie de reencarnaci¨®n de Lady Macbeth, es dram¨¢ticamente m¨¢s importante que el propio Dal¨ª.
YO, DAL?
Xavier Benguerel sobre libreto de Jaime Salom. Miquel Ortega, direcci¨®n musical. Xavier Albert¨ª, direcci¨®n esc¨¦nica. Coproducci¨®n del Liceo, Zarzuela y Operadhoy. Barcelona, 19 de octubre.
Sostenida por un h¨¢bil libreto de Jaime Salom, un texto predominantemente en castellano, con algunas escenas en catal¨¢n y en ingl¨¦s y frases en franc¨¦s, la obra arranca lentamente, la presentaci¨®n de los personajes y los contextos se hace larga, pero en la segunda parte -con los protagonistas convertidos en unos viejos pat¨¦ticos, esclavos, cada uno por su lado, de sus retorcidas sexualidades, con el pintor convertido en un esperp¨¦ntico fantoche que falsifica su propia obra instigado por su ambiciosa esposa- ofrece situaciones dram¨¢ticas de gran intensidad.
Musicalmente, Yo, Dal¨ª presenta una orquestaci¨®n muy interesante, t¨ªmbricamente sofisticada, r¨ªtmicamente compleja, sin acumulaciones instrumentales que ahoguen el canto y con un tratamiento de la orquesta a menudo camer¨ªstico. El principal problema musical de la obra, un problema grave trat¨¢ndose de una ¨®pera, est¨¢ en el canto. Escrito casi siempre en una zona muy central que no fuerza la voz de los int¨¦rpretes, la l¨ªnea del canto, muy dif¨ªcil y exigente, solo muy parcialmente es capaz de hacerse eco, de reflejar las emociones que agitan a los personajes.
Yo, Dal¨ª, que fue presentada en el Liceo por el mismo equipo de artistas que estren¨® la obra en Madrid, recibi¨® una interpretaci¨®n de primera categor¨ªa con Joan Mart¨ªn-Royo y Marisa Martins absolutamente metidos en los personajes de Dal¨ª y Gala tanto en lo musical como en lo esc¨¦nico. Lo mismo vale para Antoni Comas en el doble personaje de Paul Eluard y Superstar, el primer marido y el amante de Gala, respectivamente.
Miquel Ortega se desempe?¨® muy bien ante una partitura compleja y que presenta mucho trabajo para el director. El coro y la orquesta del Liceo tambi¨¦n asumieron a muy buen nivel sus partes.
La eficaz direcci¨®n esc¨¦nica de Xavier Albert¨ª result¨® clave, supo leer la obra, se centr¨® en lo fundamental y present¨® las situaciones de una manera sugerente, inteligible, inteligente y visualmente intensa.
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