Entre los rusos
Enmarcado por sendas obras de Prok¨®fiev y Mussorgski, el Concierto n¨²m. 1 de Mendelssohn constituy¨® un acertado contrapunto para las cicl¨®peas partituras de los rusos. El pianista escanci¨® en su justa medida tanto el virtuosismo como la contenci¨®n cl¨¢sica, y logr¨® -por ejemplo, en el ¨²ltimo movimiento- un sonido perlado que se adecuaba perfectamente a la obra. Yaron Traub, por su parte, ajust¨® con precisi¨®n orquesta y solista, logr¨¢ndose entre todos un fraseo rico y expresivo.
No todo hab¨ªa funcionado tan bien, antes, con la Suite escita de Prok¨®fiev. Se aborda en ella un pasado salvaje y primitivo por medio de un enorme aparato orquestal. La batuta se enfrenta aqu¨ª al problema de la clarificaci¨®n de texturas y colores, teniendo que mantener, sin embargo, el esp¨ªritu b¨¢rbaro y violento presente en la partitura. Equilibrar ambos aspectos es complicado. Tambi¨¦n lo es dotar a la lectura de la energ¨ªa suficiente, energ¨ªa que no siempre es sin¨®nimo de volumen, sino de tensi¨®n interna. La percusi¨®n, hegem¨®nica de alguna manera en la obra, estuvo a la altura de ese reto. Otras secciones de la orquesta, sin embargo, lo afrontaron con menos arrojo. M¨¢s que b¨¢rbara y salvaje, la lectura result¨® turbia y aburrida. Eso s¨ª: las indicaciones de fortissimo se cumplieron rigurosamente.
ENTRE DOS RUSOS
Orquesta de Valencia
Yaron Traub, director. Saleem Abboud Ashkar, piano.
Obras de Prok¨®fiev, Mendelssohn y Musorgski.
Palau de la M¨²sica. Valencia, 22 de Octubre de 2011.
Era la primera vez que la Orquesta de Valencia tocaba esta p¨¢gina de Prok¨®fiev. Quiz¨¢ se deba a eso alguno de los fallos. Fallos que no se observaron en la segunda parte de la velada, con los Cuadros de una exposici¨®n (Mussorgski). Se presentaron, tambi¨¦n por primera vez, con la poco frecuente orquestaci¨®n de Gorchakov (1905-1976) -casi siempre se utiliza la de Ravel-, pero el conjunto valenciano conoce suficientemente la obra como para poder plasmarla con sentido: atenci¨®n a las voces graves, Promenades contrastadas, descripciones elegantes conjugadas con los acentos populares, idiomatismo en cuanto a lo ruso, lo jud¨ªo, etc. La orquestaci¨®n utilizada pareci¨® buscar m¨¢s la sencillez que la sutileza, lo descriptivo m¨¢s que lo introspectivo, lo claro frente a lo complejo. En cualquier caso, Mussorgski (que la escribi¨® para piano) sali¨® vivo de este en¨¦simo arreglo. Vivo porque se preserv¨® la magia del original, y vivo, asimismo, porque los int¨¦rpretes supieron transmitir lo que ¨¦l hab¨ªa escrito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.