Ramos aclara el camino
Con el andaluz de central, el Madrid inicia mejor el juego, presiona m¨¢s arriba y tiene m¨¢s posesi¨®n
Dice un viejo adagio que lo que bien empieza bien acaba. Desde que Sergio Ramos y Xabi Alonso organizan la salida del bal¨®n, el juego del Madrid se ha enriquecido lo mismo para contragolpear que para atacar defensas cerradas. La transformaci¨®n es tan profunda que va camino de modificar el patr¨®n futbol¨ªstico del equipo. El partido de La Rosaleda (0-4) fue una demostraci¨®n de lo que es capaz este Madrid si prosigue en la senda de limpiar la salida del bal¨®n.
A lo largo del curso pasado, principalmente tras el empate en Riazor (0-0), en el vestuario surgieron voces discordantes sobre la forma de afrontar los partidos. Casillas y Ramos mostraron su disconformidad con un plan que se repet¨ªa. Mourinho ped¨ªa a sus jugadores no presionar muy arriba para evitar crear espacios a la espalda de los centrales y solo aumentar el nivel de riesgo en la medida en que el tiempo se agotara con un marcador desfavorable. Esta t¨¢ctica desemboc¨® en situaciones problem¨¢ticas en las que el Madrid necesit¨® goles y se qued¨® sin tiempo. La p¨¦rdida de puntos en campos como los de Osasuna, Almer¨ªa o Deportivo preocuparon a algunos jugadores.
A Sergio siempre le atrajo la idea de abandonar el puesto de lateral
La crisis de El Sardinero, con el consecuente acercamiento entre Mourinho y los sectores m¨¢s independientes de la plantilla desde hace un mes, gener¨® un clima de di¨¢logo que ayud¨® a mejorar algunos mecanismos. El entrenador tuvo la habilidad suficiente para ceder prerrogativas. Dot¨® a Casillas, Ramos, Alonso y Arbeloa de un poder de decisi¨®n que hasta el momento no ten¨ªan. La lesi¨®n de Carvalho abund¨® en el cambio de modelo. Sin Carvalho en el eje de la defensa, Pepe pas¨® a convertirse en el subalterno de Ramos. Y Ramos, en el jefe. El primer socio de Alonso a la hora de gestionar el inicio de las acciones.
Ning¨²n caso como el de Ramos explica mejor la relaci¨®n entre la posici¨®n en el campo y la jerarqu¨ªa. Al defensa espa?ol, que es el segundo capit¨¢n, siempre le atrajo la idea de abandonar el lateral derecho para instalarse en el medio de la defensa. Se lo pide su instinto de gobernador y su deseo de manejar los partidos. Su vocaci¨®n de pasador ha hecho que, con ¨¦l en el medio, el Madrid gane un carril de salida en el eje, alternativa y desahogo para Alonso en momentos de dificultad. La actividad de Ramos como pasador, con 67 centros buenos, supera a la de Carvalho, con una media de 39 por partido, o a la de Pepe, que en M¨¢laga dio 47. La estad¨ªstica revela un funcionamiento: en M¨¢laga, los principales destinatarios de Ramos fueron Marcelo (22), Alonso (14), Cristiano (7), Casillas (5) y Pepe (4). Este ¨²ltimo reconoci¨® la autoridad de su compa?ero del modo m¨¢s claro posible: d¨¢ndole la pelota. Los principales destinatarios de Pepe fueron Ramos (11), Alonso (6) y Arbeloa (5).
La pareja Ramos-Pepe, adem¨¢s, re¨²ne a dos velocistas, dos virtuosos del corte. Esto permite avanzar m¨¢s metros en el achique y lograr posesiones m¨¢s continuadas. Contra el Betis, el M¨¢laga y el Lyon, el Madrid hizo una presi¨®n tan alta que permiti¨® coordinar mejor los movimientos colectivos y aumentar las posesiones. Frente al discurso que tanto defendi¨® Mourinho la temporada pasada, relativo a las ventajas de no tener la pelota y jugar al contragolpe, el nuevo esquema permite alternativas m¨¢s emocionantes. En M¨¢laga el Madrid meti¨® cuatro goles por cuarto partido consecutivo despu¨¦s de aumentar exponencialmente las posesiones. Dio 614 pases buenos. En su tarde de m¨¢s toque la temporada pasada, en Santander, el Madrid dio 570 pases buenos.
Mourinho admiti¨® el viernes que su equipo necesitaba concentrarse en el ataque est¨¢tico: "Hemos trabajado el ataque organizado en la gira americana y en China en cada entrenamiento. En muchos entrenamientos solo trabajamos movimientos ofensivos y ocupaci¨®n de espacios porque los tenemos que hacer y tenemos necesidad de mejorar en este aspecto".
En el campo del Levante y en El Sardinero las cosas no fueron bien. Pero la nueva confecci¨®n defensiva ha permitido a Mou rentabilizar mejor los movimientos de sus atacantes.
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