Sabor de barrio
Sergi Belbel ha tenido la buena idea de revisitar en el TNC Una vella, coneguda olor (Un viejo y conocido olor), de Josep Maria Benet i Jornet, cuando est¨¢n a punto de cumplirse cinco d¨¦cadas de su estreno. Con esa obra debut¨®, a los 22 a?os, uno de los dramaturgos m¨¢s hondos y prol¨ªficos de nuestro teatro, con una trayectoria tan diversa como dilatada, que contabiliza a d¨ªa de hoy nada menos que 47 estrenos. Aquel muchacho precoc¨ªsimo, apasionado por la literatura y la escena, ya hab¨ªa escrito seis piezas en castellano (entre 1958 y 1963, a raz¨®n de una por a?o), que no vieron la luz. Encuentra su propia voz en catal¨¢n (lo que no era precisamente el camino m¨¢s f¨¢cil) y as¨ª comienza a hablar de lo que conoce, de lo que ha visto y escuchado a su alrededor.
En el panorama teatral barcelon¨¦s de la ¨¦poca, donde salvo rar¨ªsimas excepciones primaba el drama pomposo y el vodevil barato, Benet supo mostrar con clara autenticidad la vida cotidiana en un barrio de clase trabajadora, en la l¨ªnea abierta (en castellano) por aquel tranv¨ªa solitario que fue su tocayo Rodr¨ªguez M¨¦ndez. Un viejo y conocido olor obtiene el Premio Josep Maria de Sagarra en su primera convocatoria, y el 30 de septiembre de 1964 se estrena en el Romea, en el VII Ciclo de Teatro Latino. Se dan unas pocas funciones (seg¨²n el modelo teatro de c¨¢mara y ensayo de entonces), pero la comedia se repone al a?o siguiente. Es tambi¨¦n la primera vez que se hace o¨ªr la voz de una generaci¨®n de autores que proced¨ªan del mismo barrio, El Raval barcelon¨¦s; la generaci¨®n, a?o m¨¢s, a?o menos, de mis hermanos mayores: yo crec¨ª en San Gil, a cuatro pasos de donde viv¨ªan Benet, y Terenci y Ana Mar¨ªa Moix, y Maruja Torres, y Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, y Un viejo y conocido olor me devuelve las voces, los colores y, s¨ª, el aroma perdido pero intens¨ªsimo del mundo de mis abuelos.
Es una pieza en tres actos pero con hechuras (apenas hora y media) de relato corto; un relato coral, muy bien dibujado, dialogado con viveza (y un punto de ret¨®rica biso?a) y, sobre todo, con un tono y unos protagonistas ciertamente infrecuentes. Durante un par de d¨ªas del t¨®rrido verano de 1963, mientras la radio retransmite los preparativos de la boda de don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa, conoceremos los imposibles anhelos de Mar¨ªa (Sara Esp¨ªgul), la sorprendente antihero¨ªna de la funci¨®n, una adolescente virgen y borde, rom¨¢ntica y furiosa, asfixiada por lo que considera una vida mediocre y sin aspiraciones, desarmantemente ingenua: cree en las promesas de Joan y cree, lo que es peor, que cambiando de barrio y de vecinos cambiar¨¢ su futuro. Joan (Pau Roca), el presunto gal¨¢n, es un oficinista fracasado y c¨ªnico, libertino y trepa, en v¨ªsperas de braguetazo.
Demasiado influido por la lectura del Tenorio, quiere desvirgar a la casi novicia en los escasos d¨ªas que le quedan en la finca: quiz¨¢s sea esa premura temporal el aspecto m¨¢s artificioso de la trama. Adem¨¢s del certero establecimiento de la atm¨®sfera y el paisaje, lo que m¨¢s me seduce de Un viejo y conocido olor es su modulaci¨®n del tono y su equilibrio en el juicio, dos cosas inusuales en alguien tan joven. Benet acota su marco; elige contar ese peque?o episodio que no llega a tragedia porque la vida ha de seguir, y lo hace mostrando las luces y las sombras de los personajes. Retrata un universo matriarcal, de mujeres fuertes, curtidas en la lucha por la vida, pero que auspician el machismo de sus hijos; retrata su vitalidad pero tambi¨¦n su conformismo, y detecta y denuncia siempre las cegueras, las falsas esperanzas. Cuenta una historia de frustraciones y enga?os sin cargar las tintas ni forzar la nota melodram¨¢tica. De Buero, su santo patr¨®n entonces, no se queda con la amargura de Historia de una escalera sino con la mirada agridulce y un punto sainetesca de Hoy es fiesta. La vida sigue, s¨ª, y Benet narr¨® el devenir de sus criaturas en una suerte de trilog¨ªa completada por Baralla entre olors (1979) y Olors (1998): hubiera sido una buena idea hacer un remontaje de las tres, pero imagino que saldr¨ªa car¨ªsimo, y por otra parte, Mario Gas ya puso en escena la ¨²ltima en el TNC a dos a?os de su escritura.
Sergi Belbel ha dirigido la funci¨®n con mano firme y un adecuado reparto. Estupendo el trabajo de la casi debutante Sara Esp¨ªgul, una Mar¨ªa muy matizada, elegante y con fuerza. Pau Roca, igualmente, da muy bien los entreveros del oscuro personaje de Joan. Merc¨¨ Ar¨¤nega, cada vez m¨¢s rotunda y magn¨¦tica, realiza una sobresaliente composici¨®n de Merc¨¨, la madre de la protagonista, l¨²cida, desencantada y pragm¨¢tica: parece que el rol estuviera escrito para ella. Maife Gil es la se?ora Dolors, la madre de Joan, que no duda en consentir, con pasmosa naturalidad, las tropel¨ªas de su reto?o. Imma Colomer coloca, con su gran talento c¨®mico, las r¨¦plicas de Eul¨¤lia, la vecina cotilla, siempre al tanto de todo. Quimet Pla es el viejo Quimet, esc¨¦ptico y bondadoso. Pep Ambr¨®s sirve adecuadamente el corto papel de Manel, el hermano de Mar¨ªa. Hay, a mi juicio, dos peque?os excesos que requieren ajuste: la it¨¢lica gesticulaci¨®n de Fina Rius como Neus, la vecina golpeada, en off, por su marido, y la tendencia al estereotipo de Gemma Mart¨ªnez interpretando a Teresa, amiga y rival de Mar¨ªa: cierto que se trata del personaje m¨¢s arquet¨ªpico (la nueva rica que s¨®lo piensa en parties y modelitos) y menos defendible (actoralmente hablando) de la funci¨®n, pero corre el peligro de esfumarse al ser "comentado" en clave par¨®dica. Glaenzel y Cristi¨¤ han recreado casi a la perfecci¨®n un patio de vecindad con su ropa tendida, sus macetas de geranios, sus baldosas de terrizo y sus galer¨ªas abiertas, sobre las que penden unas persianas exageradamente sucias, que no casan con la pulcritud casi compulsiva de los inquilinos, siempre en trance de estar limpiando algo. Al cierre, otra recomendaci¨®n: corran a ver Un fr¨¢gil equilibrio, un Albee que no se montaba aqu¨ª, dir¨ªa, desde 1969. Excelent¨ªsima puesta en escena de Mario Gas en el Lliure, con una descomunal Rosa Novell al frente de un notable reparto. (Continuar¨¢).
Un viejo y conocido olor, de Josep Maria Benet i Jornet. Direcci¨®n: Sergi Belbel. Teatre Nacional de Catalunya. Barcelona. Hasta el 27 de noviembre. www.tnc.cat
![Sara Esp¨ªgul, en <i>Un viejo y conocido olor,</i> de Benet i Jornet.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TRSOWGUHGYLRRSTSSLT2QSBODI.jpg?auth=37751ebe35561d33097d953536ad0d334eace9d0e079794ada30750957064505&width=414)
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