El PP supedita su programa de rebajas fiscales a la situaci¨®n que se encuentre
Rajoy ha evitado poner datos y es ambiguo con los recortes que piensa hacer
Basta hablar con los dirigentes m¨¢s implicados en la elaboraci¨®n del programa electoral del PP para darse cuenta de que la clave de este texto est¨¢ en realidad en lo que no se cuenta. Despu¨¦s de darle algunas vueltas, los populares han decidido dejar fuera del programa casi todas las cifras relevantes. En especial, una: la cantidad que tendr¨¢ que recortar el Gobierno para alcanzar el objetivo del 4,4% del d¨¦ficit al final de 2012. Mariano Rajoy garantiz¨® ayer, de nuevo, que cumplir¨¢ ese 4,4% al que Espa?a se comprometi¨® con la Uni¨®n Europea en 2010. Y el recorte seguir¨¢ en 2013, cuando el objetivo es bajar hasta el 3% de d¨¦ficit.
En privado -en p¨²blico no ha habido ni un solo an¨¢lisis del programa, solo un discurso de Rajoy que ley¨® los puntos ya conocidos sin admitir preguntas, algo ya habitual- varios dirigentes del PP explican lo que est¨¢ pasando. Rajoy est¨¢ cada vez m¨¢s inquieto. Los datos econ¨®micos que se van conociendo no son positivos. Ayer mismo lleg¨® el anuncio de que Espa?a no creci¨® en el tercer trimestre. La recaudaci¨®n sigue cayendo.
El PP recuerda que en 1996 aplaz¨® las promesas por la herencia recibida
La c¨²pula popular est¨¢ convencida de que el d¨¦ficit estar¨¢ entre el 7% y el 8%
La c¨²pula del PP est¨¢ cada vez m¨¢s convencida de que el d¨¦ficit de 2011 puede quedar muy lejos del 6% comprometido. Hablan de que estar¨¢ entre el 7% y el 8%. Eso quiere decir que el recorte tendr¨¢ que ser enorme para alcanzar el 4,4%. Se habla de m¨¢s de 30.000 millones, una cifra que triplica el recorte de 2010 que hundi¨® pol¨ªticamente a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Y en esas circunstancias, Rajoy ha preferido un programa lo m¨¢s ambiguo posible en lo que se refiere a ajuste del gasto. Lo ¨²nico que se dice en el programa es que "llevar¨¢ a cabo en el primer a?o de legislatura una revisi¨®n generalizada del gasto para el conjunto de la Administraci¨®n, de forma que se puedan establecer prioridades dentro de la pol¨ªtica general de austeridad y evitar solapamientos".
Dentro de esa "revisi¨®n generalizada del gasto" entra todo, admiten los populares. Rajoy hizo ayer en su discurso una encendida defensa de la educaci¨®n y la sanidad p¨²blicas, y dijo que el PP est¨¢ comprometido con el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones. Pero el programa tiene una letra peque?a que solo se explica en privado: todo, absolutamente todo, est¨¢ condicionado al cumplimiento del d¨¦ficit, y por tanto lo que ahora parecen compromisos firmes despu¨¦s pueden convertirse en irrealizables por la situaci¨®n econ¨®mica.
Nadie en el PP cree que la cosa pueda llegar tan lejos como en Portugal, donde Pedro Passos Coelho, socio del PP, prometi¨® que no subir¨ªa impuestos y despu¨¦s se invent¨® uno que retira la mitad de la paga de Navidad a todos los portugueses. Los populares creen que no se llegar¨¢ ni mucho menos tan lejos, pero s¨ª admiten que todas las rebajas fiscales que contiene el programa, que son muchas, est¨¢n supeditadas a la situaci¨®n econ¨®mica.
Todo en el PP conduce a 1996. Es el referente que est¨¢ en boca de todos en este partido, incluido Rajoy. Los dirigentes consultados recuerdan que, tambi¨¦n entonces, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Rodrigo Rato se presentaron a las elecciones con una promesa en el programa electoral de una gran rebaja de impuestos, en especial el IRPF. Y luego llegaron al Gobierno, se dedicaron a denunciar la "herencia recibida" y dejaron las bajadas fiscales para m¨¢s adelante. De hecho, una de las primeras medidas fue subir los impuestos especiales. La bajada del IRPF, que fue significativa, lleg¨® a finales de 1998, dos a?os y medio despu¨¦s, y entr¨® en vigor en enero de 1999, al final de la legislatura.
Varios dirigentes consultados creen que es muy posible que suceda de nuevo, y las grandes promesas de rebajas fiscales queden pospuestas por la crisis. De hecho, dirigentes del equipo econ¨®mico del PP insisten en que todo est¨¢ en el aire, tambi¨¦n la reforma fiscal, y solo cuando llegue a La Moncloa Rajoy tomar¨¢ decisiones. Mientras, el l¨ªder del PP insist¨ªa en su discurso de ayer una y otra vez en que no prometer¨¢ nada que no pueda cumplir. Y aseguraba que la tarea que le espera es muy compleja, para evitar r¨¢pidas frustraciones. "Vivimos una situaci¨®n dif¨ªcil, tal vez la m¨¢s complicada a la que se tenga que enfrentar un Gobierno en democracia", asegur¨®. "No todo se resuelve con el cambio pol¨ªtico, pero nada se puede solucionar sin ese cambio", remat¨®.
Algunos miembros de la c¨²pula incluso creen que las decisiones m¨¢s pol¨¦micas podr¨ªan dejarse para m¨¢s adelante, cuando pasen las elecciones andaluzas. Javier Arenas, hombre fuerte del partido y persona de la absoluta confianza de Rajoy, tiene mucho inter¨¦s en que no haya un gran estallido social en los primeros meses, que podr¨ªa volverse contra ¨¦l en las andaluzas, previstas para finales de marzo. Si finalmente el ministro de Econom¨ªa es, como desea una parte de la c¨²pula del PP, Crist¨®bal Montoro, persona de confianza de Arenas, esa podr¨ªa ser la l¨ªnea inicial.
En cualquier caso, lo que s¨ª est¨¢ claro, a dos d¨ªas de empezar la campa?a, es que Rajoy y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba han puesto sus cartas encima de la mesa. El PP apuesta por austeridad, sin especificar sus recortes, bajadas de impuestos y confianza en la recuperaci¨®n econ¨®mica para garantizar el Estado del bienestar. Mientras, el PSOE se centra en subidas de impuestos a bancos o grandes patrimonios precisamente para utilizar ese dinero en la creaci¨®n de empleo o en la garant¨ªa de las pol¨ªticas sociales. Y discute los efectos de la austeridad a ultranza. Rubalcaba arriesga m¨¢s con su apuesta de subida de impuestos, pero el PP asegura que lo hace porque sabe que no tiene posibilidades de ganar.
Rajoy, cada vez m¨¢s seguro de que puede sacar 15 puntos al PSOE, no quiere que nada le desv¨ªe de lo que ¨¦l mismo llama "su libro": la econom¨ªa y el paro. En el programa habla de otros asuntos, pero el l¨ªder trata de evitarlos. Ayer incluso lleg¨® al extremo de leer casi ¨ªntegras las primeras 100 medidas de su programa y saltarse precisamente la reforma de la ley del aborto, un asunto muy delicado. Es muy dif¨ªcil que fuera casual.
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