El 44% de los inmigrantes extracomunitarios est¨¢ sin trabajo
El paro entre los extranjeros de fuera de Europa duplica el de los aut¨®ctonos
Abdelaziz El Amri tiene 35 a?os, vive en Tarragona y busca trabajo. Naci¨® en Marruecos y vino a Espa?a hace 10 a?os y medio con la esperanza de conseguir un empleo bien remunerado. "All¨ª trabajaba de repartidor de filtros de coche, pero era joven y quer¨ªa m¨¢s, as¨ª que hice las maletas y a los dos d¨ªas ya estaba contratado aqu¨ª", cuenta. Durante algunos a?os trabaj¨® a un ritmo fren¨¦tico 17 horas al d¨ªa, cumpliendo dos jornadas por las que cobraba en total unos 780 euros. "De noche era ayudante de panadero y de d¨ªa repartidor, pero perd¨ª mucho peso y tuve que dejarlo", dice El Amri. En 2002, con el ladrillo en pleno apogeo, descubri¨® que en la construcci¨®n pod¨ªa llegar a cobrar m¨¢s de 2.000 euros al mes haciendo de alba?il. "Ten¨ªa varios coches, un piso, me cas¨¦ con una espa?ola... Ahora lo he perdido todo", se lamenta. Lleva un a?o y cuatro meses en paro.
"Los inmigrantes sufren m¨¢s paro porque tienen los peores contratos"
Abdelaziz El Amri no est¨¢ solo en su desgracia. En Catalu?a la tasa de paro, seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa, publicada la semana pasada, es del 19,4%. Esto se traduce en que 737.000 personas de las cerca de 3,8 millones que est¨¢n activas, no trabaja. Pero si se acerca el foco a los inmigrantes la tasa de paro entre los nouvinguts de fuera de la Uni¨®n Europea roza el 40%. Es decir, que 218.670 personas extracomunitarias no tienen trabajo.
El paro se ha ensa?ado con virulencia con la poblaci¨®n extranjera. Los extracomunitarios han pasado de una tasa de desempleo del 13% en 2007 (ya entonces duplicaba la tasa de los aut¨®ctonos), al 27% en 2009 y al 39,7% en el ¨²ltimo registro de la EPA. "LA EPA es el mejor indicador, porque no tiene en cuenta las listas del paro, sino que es una encuesta que pregunta a la poblaci¨®n si trabaja. Por tanto, suele incluir los empleos de la econom¨ªa sumergida", se?ala Daniel Garrell, sociologo del Centro de Estudios e Investigaci¨®n (CERES) de CC OO.
"Los inmigrantes sufren la tasa de paro m¨¢s alta porque tienen los contratos con la peores condiciones. Cuando hay una crisis, se produce un ciclo que comienza con la salida del mercado laboral del personal sin contrato. Despu¨¦s les toca a los que tienen los contratos temporales. Los inmigrantes eran mayor¨ªa en ambos grupos", explica Garrell, autor del estudio del CERES que se hizo p¨²blico en octubre sobre la situaci¨®n laboral de la poblaci¨®n extranjera en Catalu?a. Desde el punto de vista contractual, explica, era m¨¢s f¨¢cil prescindir de los inmigrantes, especialmente en sectores con una elevada precariedad, como la construcci¨®n.
El grueso los parados extracomunitarios son hombres (su tasa de paro es del 44% frente al 3% de las mujeres), se dedicaban a labores que no requieren formaci¨®n elevada como la construcci¨®n y son sobre todo marroqu¨ªes y paquistan¨ªes. "Desde 2009 ha descendido la poblaci¨®n inmigrante: porque han logrado la nacionalidad y porque se han marchado, como corrobora el padr¨®n. Se van sobre todo los hombres sin trabajo y muchos se trasladan a otros pa¨ªses de Europa", explica Garrell.
Adem¨¢s de la temporalidad, los inmigrantes trabajaban en lo que los aut¨®ctonos no quer¨ªan, pero con la crisis ya no siempre hay vacantes, como la recogida de la fruta. La campa?a que comenz¨® en mayo en Lleida, este a?o ha supuesto la contrataci¨®n de 10.251 personas hasta octubre. Del total de temporeros, el 18,2% tiene nacionalidad espa?ola, el 3% m¨¢s que en 2010.
Sin opciones, otra de las v¨ªas para encontrar trabajo entre los extranjeros es hoy el autoempleo, siempre que su documentaci¨®n se lo permita. Solo en septiembre 43.546 personas extranjeras se dieron de alta como aut¨®nomas en Catalu?a. De estas, 25.316 proced¨ªan de fuera de la UE. El grupo m¨¢s numeroso: los chinos, con 8.455 nuevos aut¨®nomos; los marroqu¨ªes, con 2.869, y los paquistan¨ªes, con 2.157.
Pero muchos no est¨¢n en condiciones de poner en marcha un negocio. No tienen ni los medios ni la formaci¨®n, como en el caso de Abdelaziz El Amri. Hasta hace cuatro meses cobraba la ayuda de 426 euros mensuales. Ahora ni eso. "Esta semana fui a rellenar los papeles de la renta m¨ªnima de inserci¨®n (RMI), pero la asistenta social me dijo que no me lo conceder¨¢n porque ya no se lo dan a nadie", dice angustiado. El Amri se separ¨® de su mujer, tiene una hija de tres a?os y un amigo lo ha acogido en su casa. "Solo te ofrecen trabajos espor¨¢dicos y cobrando en negro, como m¨¢ximo te sacas 20 euros. Me arrepiento de haber gastado tanto dinero, pero no sospechaba que llegar¨ªa una crisis", dice. No quiere volver a Marruecos, porque dejar¨ªa de ver a su hija. "Solo me queda rezar. Har¨ªa lo que fuera", concluye.
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