Las teles de los pol¨ªticos
Desde el viernes pasado las televisiones p¨²blicas, e incluso hasta cierto punto las privadas, son un poquito m¨¢s de los pol¨ªticos que de costumbre. ?De todos? No, claro. De los que ya est¨¢n instalados. De los que tienen representaci¨®n parlamentaria. De los que pertenecen a los grandes partidos.
La democracia espa?ola tiene muchos problemas, como cada vez resulta m¨¢s evidente. No s¨®lo econ¨®micos y de productividad. La esclerotizada representatividad de que nos hemos dotado empieza a demostrar signos de evidente fatiga, agravados por una rigidez excluyente que se hace cada vez m¨¢s opresiva. Como ocurre en cualquier sistema decadente, se intentan tapar las primeras grietas apuntalando el modelo. As¨ª, unos partidos pol¨ªticos que se saben con cada vez menos cr¨¦dito han optado por poner la quinta marcha y nos vienen deparando un espect¨¢culo de apalancamiento pol¨ªtico, que no econ¨®mico, fuera de toda magnitud.
En estas elecciones hemos visto a peque?os partidos excluidos por primera vez desde la instauraci¨®n de la democracia. La raz¨®n es una reforma legislativa, validada por el Tribunal Constitucional la semana pasada, que obliga a recoger avales para presentarse a las elecciones, pero que exime de esta exigencia a los partidos ya instalados. Y vamos a presenciar tambi¨¦n, por primera vez en unas elecciones generales, c¨®mo se obliga a medios de comunicaci¨®n privados a repartir sus tiempos informativos a partir de un criterio predeterminado que prima a los grandes partidos y condena a pasar inadvertida, lo merezca o no, a cualquier iniciativa pol¨ªtica de quienes no est¨¦n ya instalados en el Congreso. Una ley mordaza en toda regla que cuestiona la l¨ªnea de flotaci¨®n de cualquier democracia representativa, basada en una opini¨®n p¨²blica libre que pueda discutir sin ataduras de aquello que considere m¨¢s interesante. Sin cuotas. La norma est¨¢ recurrida ante el Tribunal Constitucional. Veremos qu¨¦ decide ¨¦ste en el futuro, pero no es f¨¢cil ser optimista.
En los medios p¨²blicos la prima al que ya est¨¢ tiene m¨¢s tiempo y es norma de conducta que se justifica para alejar toda sospecha de manipulaci¨®n. Los periodistas de TVE llevan criticando las cuotas de pantalla por partido desde hace a?os. Pero no parece que las cosas vayan a cambiar en un futuro pr¨®ximo. Es m¨¢s, como hemos visto, la tendencia es la contraria. Se levantan cada vez m¨¢s barreras. En los informativos y en los debates se introducen todo tipo de reglas que buscan, sencillamente, excluir a quienes no est¨¢n ya dentro. A fin de cuentas, parecen decirnos nuestros representantes, las teles son suyas.
Esta noche Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Mariano Rajoy ocupar¨¢n varios canales, p¨²blicos y privados, con una sucesi¨®n de mon¨®logos que, sobre todo, y en ausencia de debate real sobre ninguna de las cuestiones verdaderamente esenciales para el pa¨ªs, tienen como misi¨®n demostrar que la elecci¨®n se reduce a optar por uno u otro. La televisi¨®n p¨²blica valenciana, asimismo, ha programado tanto los debates como el seguimiento informativo de esta campa?a con una vocaci¨®n muy parecida: tratar de conseguir la invisibilidad de cualquier alternativa.
Aqu¨ª, de momento, no empleamos procedimientos tan salvajes para impedir que la gente pueda decidir como los que han padecido los griegos hace no mucho. Pero no queda tanto.
Blog en http://www.elpais.com/espana/cvalenciana
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