Monumento a la incoherencia
La Xunta lleva invertidos en la Ciudad de la Cultura 400 millones, el triple de lo previsto
Morel, el personaje del novelista argentino Adolfo Bioy Casares, invent¨® la inmortalidad. Se atrevi¨® a construir un museo en lo alto de una colina y le ech¨® un pulso al pasado y al futuro mediante un artilugio que se alimentaba de las mareas. El antiguo l¨ªder del PP Manuel Fraga ide¨® en lo alto del monte compostelano de Gai¨¢s la Ciudad de la Cultura, una obra que iba a ser capaz de tutear a los 800 a?os de la catedral vecina. En diciembre de 1997, al calor de la exitosa inauguraci¨®n del museo Guggenheim de Bilbao, Fraga empez¨® a modelar su sue?o. En 1999 convoc¨® un concurso de arquitectura internacional que gan¨® el estadounidense Peter Eisenman. Y en 2001 se coloc¨® la primera piedra en el monte Gai¨¢s, a casi dos kil¨®metros del casco urbano. Se iban a levantar seis edificios en una extensi¨®n de 60.000 metros cuadrados, la obra costar¨ªa 108 millones de euros, menos que los 126,5 del Guggenheim, y estar¨ªa terminada en tres a?os.
De la invenci¨®n de Fraga se han hecho cuatro edificios de los seis proyectados
Pero hoy ya van invertidos m¨¢s de 400 millones de euros; se han construido solo cuatro edificios -las obras de los otros dos, que son los m¨¢s importantes, estar¨¢n paralizadas como m¨ªnimo hasta 2014- y se ha ocupado una extensi¨®n de 148.000 metros cuadrados, equivalente al casco hist¨®rico de la ciudad. Solo en el mantenimiento de los edificios se gastar¨¢n 4,5 millones de euros al a?o. Wilfred Wang, el ¨²nico arquitecto del jurado que vot¨® en contra del proyecto, calcula que si alg¨²n d¨ªa se terminaran los dos bloques restantes el coste ascender¨ªa a 600 millones. Pero en caso de que la Xunta decida tapar los enormes agujeros ya excavados y desechar la conclusi¨®n del Centro de Arte Internacional y, sobre todo, del Teatro de la ?pera, que estaba concebido como la gran insignia del proyecto, habr¨ªa que indemnizar a las constructoras con unos 20 millones de euros. La disyuntiva oscila entre lo caro y lo m¨¢s caro.
"Era un disparate desde el inicio", recuerda el arquitecto local Pedro de Llano. "?A qui¨¦n se le ocurre construir una biblioteca m¨¢s grande que la Biblioteca Nacional de Berl¨ªn para albergar libros en gallego o sobre Galicia? Si en Alemania, que vienen editando libros desde Gutenberg, no vieron la necesidad de hacerla m¨¢s grande, ?por qu¨¦ nosotros s¨ª? Adem¨¢s, se dise?¨® un Palacio de la ?pera con tres ascensores en el escenario, con capacidad para montar tres ¨®peras en un mismo d¨ªa, como si fuera el Lincoln Center. En Nueva York puedes mantener una temporada de ¨®pera durante todo el a?o. Pero ni en Mil¨¢n ni en Venecia se puede. Y nosotros aqu¨ª, con poco m¨¢s de 90.000 habitantes, pod¨ªamos permitirnos eso. ?De d¨®nde iba a salir el presupuesto para llenar de contenido esos edificios? Y ahora est¨¢n haciendo all¨ª actividades absurdas, a base de conferencias para 60 personas y conciertos para 200; todo eso para hacer ver que all¨ª hay una vida que en realidad no existe".
El barbudo Morel film¨® a sus amigos y a su amada durante una semana de asueto en una isla y ech¨® a vivir para siempre sus im¨¢genes en tres dimensiones, la misma secuencia semanal repiti¨¦ndose eternamente de principio a fin. Ahora, en lo alto del monte Gai¨¢s, dentro del edificio que iba a ser hemeroteca y ahora es archivo, uno puede ver proyectada a tama?o natural la figura del arquitecto Peter Eisenman, vestido de negro y con pajarita roja, explicando su proyecto:
-El reto de la Ciudad de la Cultura consisti¨® en crear un icono contempor¨¢neo como desaf¨ªo al pasado, al presente y al futuro de un proyecto de este tipo en Galicia, en Espa?a y en el mundo...
Una y otra y otra vez, a lo largo de los d¨ªas, sin apenas visitantes, se ir¨¢ repitiendo el mon¨®logo de apenas un par de minutos. En un edificio aleda?o se puede visitar una exposici¨®n de m¨¢quinas de escribir. El lunes a las seis de la tarde solo hab¨ªa all¨ª un paseante. En la inmensa biblioteca ideada para albergar libros gallegos hay carteles donde se ruega silencio, pero no hab¨ªa apenas nadie que pudiera perturbar ese silencio, salvo los empleados. Fuera de los edificios apenas se ve¨ªa alguna pareja de novios. Y todos los consultados conven¨ªan en decir que el proyecto era un derroche, un disparate, una desmesura. "Hay demasiada piedra y poco verde", dec¨ªa una joven.
La piedra rosada tiene su historia negra. Era una cuarcita muy dif¨ªcil de encontrar y se extra¨ªa de una cantera en el pueblo de Muras (Lugo), propiedad del entonces alcalde del municipio coru?¨¦s de Ortigueira, del PP, Antonio Campo. "Nos obligaron a trabajar con piedra de Galicia", declar¨® Eisenman hace un a?o. A mitad de la obra, en 2008, las reservas del fil¨®n resultaron insuficientes y de mala calidad. Supuestamente, no qued¨® m¨¢s remedi¨® que viajar a otra cantera en el Estado brasile?o de Minas de Gerais y traerlas desde all¨ª.
Xos¨¦ S¨¢nchez Bugallo, quien fuera alcalde de Santiago por el PSOE desde 1998 hasta el pasado mayo y ahora es jefe de la oposici¨®n, cree que a¨²n no se puede sacar una conclusi¨®n definitiva. "En la Ciudad de las Artes y las Ciencias, de Valencia, se invirti¨® cuatro veces m¨¢s que aqu¨ª. Sin embargo, no hay la misma sensaci¨®n de derroche porque se abri¨® y se puso en funcionamiento. El problema es que se iniciaron las obras por los edificios menos representativos y menos ¨²tiles. Y ahora faltan los m¨¢s importantes. Ahora es un enorme monumento, pero sin coherencia".
A pesar de las cr¨ªticas, Jes¨²s P¨¦rez Varela, el consejero de cultura que trabajaba con Fraga en aquella ¨¦poca, no reniega de la obra: "Yo defiendo el proyecto en la ¨¦poca en la que se hizo. Aunque es verdad que hoy, con la crisis, ese sue?o habr¨ªa que postergarlo. Pero era una buena idea para poner a Galicia en el mapa de Europa y la modernidad".
?Y no hab¨ªa una forma m¨¢s barata de promover a Galicia? ?Era necesario edificar una biblioteca para un mill¨®n de libros y un teatro de la ¨®pera como el que a¨²n estar por hacer?
El exconsejero de Fraga rebate: "Lo del mill¨®n era solo una forma de hablar
[no obstante, Eisenman sostiene que le encargaron expresamente que hubiera espacio para un mill¨®n]. Y lo de la ¨®pera... Quer¨ªamos que pudiesen representarse aqu¨ª las mismas obras que llegan a Mil¨¢n o a Venecia. Y yo creo que el pueblo gallego tiene derecho a reinventarse y a sacar un poco de musculatura cultural. Ahora no estamos en las mejores condiciones para continuar con las obras. Pero la catedral de Santiago, que ha cumplido 800 a?os, estuvo en constante remoci¨®n un par de siglos".
Fraga justific¨® en 2007 el incremento del coste diciendo que "el tiempo pasa y las cosas tienden a subir". Tambi¨¦n afirm¨® que el d¨ªa en que estuviera acabada Galicia tendr¨ªa, "adem¨¢s del P¨®rtico de la Gloria y las torres barrocas de la plaza, algo que ser¨¢ capaz de sonar en todo el mundo". Puede que sea verdad o puede que al cabo de un siglo lo ¨²nico que perviva de la Ciudad sea la imagen a tama?o natural del arquitecto con pajarita roja repitiendo eternamente que el reto consisti¨® en crear un icono contempor¨¢neo como desaf¨ªo al pasado, al presente y al futuro...
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