La reconstrucci¨®n del partido socialista
Siendo como es la crisis econ¨®mica un eficaz medio de destrucci¨®n de Gobiernos y cambio de mayor¨ªas (no menos de 11 desde 2009, por un solo caso de renovaci¨®n de la saliente, el polaco) no tiene nada de particular que los sondeos que acaban de publicarse a seis d¨ªas de la votaci¨®n anuncien una contundente derrota del partido socialista. Tiene su l¨®gica que as¨ª sea, aunque solo sea por una molesta raz¨®n: el partido est¨¢ hecho unos zorros. Tras la cat¨¢strofe de mayo se avecina la calamidad de noviembre. Que esta sea de este tama?o o de aquel todo apunta que el resultado va a ser derrota por goleada, que sea escandalosa o no es lo que queda por decidir. A mi juicio esa es la peor faceta del legado del Sr. Rodr¨ªguez Zapatero.
Si no tira la toalla, dif¨ªcil lo va a tener Rubalcaba a partir del domingo por la noche
En los d¨ªas que corren est¨¢ de moda se?alar que en la parte positiva de la obra del presidente saliente hay que anotar el progreso de los derechos civiles. Si eso fuera cierto habr¨ªa que concluir que los electores son de una ingratitud monumental; mucho me temo que no sea as¨ª, entre otras cosas porque los derechos civiles no han mejorado gran cosa en los ¨²ltimos siete a?os. A los hechos me remito: no se ha avanzado en la autofinanciaci¨®n de las confesiones religiosas, no se ha hecho una ley de libertad de informaci¨®n, no hay una ordenaci¨®n efectiva que garantice la independencia de las RTV p¨²blicas (con la parcial y fr¨¢gil excepci¨®n de TVE), seguimos siendo los ¨²nicos europeos importantes sin Consejo del Audiovisual, no se ha regulado la huelga, y un largo etc. m¨¢s ?Entonces? El cuento de los derechos civiles significa otra cosa: que el Gobierno saliente ha hecho el matrimonio entre personas del mismo sexo, ha instituido el divorcio expr¨¦s, ha hecho la reciente ley del aborto (en la que, por cierto, es falso que se consagre el aborto como un derecho), y eso es una parte relevante, si no la mayor, de su legado. Las cosas no deben estar tan claras cuando se da muestra de nerviosismo ante la posible decisi¨®n del Constitucional en los dos casos objeto de recurso, entre otras razones porque la compatibilidad de algunas de esas medidas con el principio de igualdad es cualquier cosa menos evidente. Sin embargo, es significativo que se razone as¨ª, porque al hacerlo se se?ala algo que es fundamental en la gesti¨®n del Sr. Rodr¨ªguez Zapatero.
Hace ya seis a?os que un estudioso de los partidos europeos agrupaba al PSOE junto con el New Laborism en el grupo de los partidos socialistas que, a la vista de la crisis de la socialdemocracia tradicional, hab¨ªan optado no por la v¨ªa de renovar las pol¨ªticas propias de esa corriente, aquellas que traen causa del principio del primado del trabajo, sino por desplazar el eje de su acci¨®n de estas ¨²ltimas a una dimensi¨®n distinta: la del conflicto de valores, convirtiendo de este modo el eje de su acci¨®n p¨²blica en el propio de un partido liberal-radical. El autor habla de la centralidad de la "cultura liberal" en el proyecto pol¨ªtico del partido. De este modo se proced¨ªa a una silenciosa sustituci¨®n de fines: los objetivos de procura de la igualdad material se abandonan a favor de remodelaci¨®n de la cultura c¨ªvica sobre la base de un individualismo radical, remodelaci¨®n impulsada, cuando no impuesta, por el Estado. No es solo que se haya evaporado el horizonte ut¨®pico de la socialdemocracia sin que se haya dise?ado un sustituto, es que la emancipaci¨®n de los individuos ha pasado a primer plano y a la procura de la igualdad (que es la dimensi¨®n espec¨ªfica del bienestar socialdem¨®crata) y la emancipaci¨®n de los trabajadores se las ha llevado el viento. Siendo las cosas as¨ª, no debe extra?ar que algo m¨¢s de un mill¨®n de antiguos electores socialistas hayan migrado al PP, y que el PSOE actual tenga una fidelidad de voto del 44%. Y los que se van no son solo, ni principalmente, los centristas de clase media. Buena prueba de esa sustituci¨®n de fines se encuentra en el inquietante dato seg¨²n el cual en siete a?os (de ellos casi tres de crisis) la distribuci¨®n de la riqueza ha crecido en desigualdad, el sistema fiscal sigue pesando casi exclusivamente sobre las rentas del trabajo y la fiscalidad sobre consumo, o que se procure el equilibrio de las cuentas p¨²blicas mediante el recorte, cuando las cinco sextas partes del d¨¦ficit se explican por la insuficiencia fiscal del actual r¨¦gimen impositivo. Que un gran sector del electorado socialista fiel se vaya a casa, vistas as¨ª las cosas, no resulta precisamente sorprendente. Con los datos del CIS en la mano, el voto directo al PSOE ha pasado del 31% al 17,9%, una p¨¦rdida de 13 puntos. A 350.000 votos el punto, hagan n¨²meros.
Nuestros abuelos lo ten¨ªan claro: "Amigo que no da y cuchillo que no corta, aunque se pierda no importa".
La tarea que comienza la noche del pr¨®ximo domingo consiste esencialmente en reubicar al PSOE en el campo que le es propio, el de las pol¨ªticas que desarrollan el principio del primado del trabajo, el de las pol¨ªticas de procura de la igualdad y de emancipaci¨®n de los trabajadores, del Estado de bienestar de orientaci¨®n igualitaria sustentado en una econom¨ªa moderna, en una fiscalidad progresiva y en una democracia de mayor calidad. Ahora bien, ese es un logro que linda con la imposibilidad en tanto en cuanto se mantenga un modelo de partido que puede resumirse en una mixtura de un sindicato de cargos org¨¢nicos y electos, una sociedad de socorros mutuos y una m¨¢quina electoral. Sin un partido con una militancia amplia y activa, con capacidad para desarrollarse como una potente asociaci¨®n civil al efecto de hacerse presente en los diversos escenarios de la vida social, aquella tarea ser¨¢ en extremo complicada, por no decir se ser¨¢ impracticable. El futuro, no solo del PSOE, sino el de la izquierda en su conjunto, se juega en ese reto.
Resulta obvio que la tarea en cuesti¨®n exige no solo recuperar o integrar a militantes cualificados hoy en el exilio interior, sino tambi¨¦n, y sobre todo, reclutar y formar una amplia militancia nueva, cosa solo posible si se les propone un discurso pol¨ªtico diferente y un modelo pol¨ªtico distinto. Como lo es que buena parte de los apparatchiks hoy en ejercicio son ampliamente merecedores de una jubilaci¨®n (no siempre anticipada) para que la reconstrucci¨®n del PSOE sea factible. Una de las iron¨ªas de la actual situaci¨®n radica precisamente en que el no muy abundante personal apto para la reconstrucci¨®n peina canas, cuando tiene algo que peinar, y que buena parte de la renovaci¨®n generacional que ha impulsado el Sr. Rodr¨ªguez Zapatero no habr¨¢ llegado a los cincuenta, pero su calidad es manifiestamente mejorable. Si no tira la toalla, dif¨ªcil lo va a tener el Sr. Rubalcaba a partir del domingo por la noche. Los di¨¢docos del Sr. Rodr¨ªguez Zapatero van a dar guerra. Al tiempo.
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