Una, grande y rica
Franco at¨® con m¨¢s eficacia el futuro de la familia que el del pa¨ªs. la fortuna que su familia conserva hoy prueba que la democracia la ha tratado infinitamente mejor que el dictador a la democracia. Ma?ana se cumple el aniversario de su muerte por primera vez sin actos de exaltaci¨®n hacia su figura
Hace 36 a?os, el 20 de noviembre de 1975, los Franco perdieron todo el poder, pero retuvieron algo m¨¢s importante: el dinero. Como icono, los Franco se desmoronaron con el franquismo. De la c¨²spide, de ser el perejil de cada c¨®ctel y la escopeta de cada cacer¨ªa, cayeron por unos a?os en el foso de los apestados sociales, aquellos a quienes conviene rehuir porque contaminan. Malas compa?¨ªas. Lo peor en un pa¨ªs proclive a favorecer arribistas sociales. Golpeados por la s¨²bita p¨¦rdida de privilegios, unos se dieron al victimismo, otros se replegaron discretamente y alguno hubo que jug¨® a la provocaci¨®n, incapaz de admitir que la democracia les estaba tratando infinitamente mejor que el dictador a la democracia.
Carmen Franco est¨¢ al frente de sociedades domiciliadas en su propia casa
Cuatro d¨ªas de visita al Pazo de Meir¨¢s al mes es el ¨²nico ara?azo p¨²blico a su patrimonio. La Xunta de Galicia lo cerr¨® en agosto para el veraneo de la familia
Su viuda, Carmen Polo, cobr¨® hasta su muerte una pensi¨®n superior al sueldo de los presidentes Adolfo Su¨¢rez y Felipe Gonz¨¢lez. Su ¨²nica hija y su marido disfrutaron de pasaporte diplom¨¢tico hasta que caduc¨® en 1986. El Rey les obsequi¨® con un nuevo t¨ªtulo nobiliario: el ducado de Franco. Hacienda no investig¨® sus cuentas. No fueron empujados al exilio, ni su fortuna fue confiscada, como le ocurri¨® a la familia del dominicano Le¨®nidas Trujillo tras su asesinato en 1961. Ni siquiera aquellos bienes que Franco hab¨ªa recibido como jefe del Estado y que, en puridad, deber¨ªan engrosar el patrimonio nacional fueron reclamados por los nuevos gobernantes. A diferencia de los descendientes de Pinochet -procesados por malversaci¨®n en 2007-, nadie les molest¨®. Tampoco cuando jugaron con la extrema derecha y encabezaban nost¨¢lgicos actos el 20-N. Los Franco se salvaron por uno de los sumideros conciliadores de la Transici¨®n.
Ma?ana se cumplir¨¢ el aniversario de la muerte de Franco sin actos de exaltaci¨®n por vez primera en 36 a?os. Se han prohibido para que no interfieran en la jornada electoral. Habr¨¢, sin embargo, la tradicional misa en el Valle de los Ca¨ªdos en memoria del dictador, a la que, previsiblemente, asistir¨¢ su hija, Carmen Franco Polo, actual cabeza del emporio inmobiliario tejido por la que fuera primera familia espa?ola durante d¨¦cadas. Precisar su patrimonio es complejo. En el guion de los ricos va escrito en letras may¨²sculas la opacidad. Carmen Franco est¨¢ al frente de sociedades domiciliadas en su propia casa de la calle de los Hermanos B¨¦cquer (Madrid), que gestionan alquileres de pisos, explotan aparcamientos (Atocha 70, por ejemplo) y realizan actividades inmobiliarias y financieras, como Fiolasa, Montecopel, Sargo Consulting o Centro de Agentes Unidos del Calzado Espa?ol. Algunas nacieron en democracia, otras se arrastran de los opacos tiempos del r¨¦gimen.
En los 36 a?os transcurridos desde la muerte del dictador, los Franco no han destacado como emprendedores o linces de los negocios. Hasta que la epidemia del ladrillo les engord¨® las cuentas gracias a la recalificaci¨®n en 2003 de la finca Valdefuentes, cerca de Madrid, hab¨ªan tenido que ir aliger¨¢ndose de patrimonio para mantener su tren de vida. Lo describi¨® gr¨¢ficamente el marqu¨¦s de Villaverde en 1989: "Llega un momento determinado en que una vaca se queda sin leche y hay que comerse la vaca". Noqueados seguramente con su nuevo papel en la vida, en las primeras d¨¦cadas hubo sonadas pifias: a Francisco Franco lo detuvieron por furtivismo y le investigaron en Chile por estafa, Crist¨®bal picote¨® en diversos entornos sin sentirse c¨®modo en ninguno (a los anales pasar¨¢ su famosa frase, proferida cuando pertenec¨ªa al Ej¨¦rcito: "El uniforme me pone cara de gilipollas", dicho lo cual el teniente tard¨® dos telediarios en colgar los av¨ªos) hasta que se cas¨® con la modelo y presentadora Jose Toledo; y la madre del clan fue sorprendida en Barajas sacando monedas de oro e insignias para Suiza que jur¨® en rueda de prensa que ir¨ªan destinadas a un reloj. Un tribunal la exoner¨® de pagar la multa por contrabando de 6,8 millones de pesetas.
La vida privada de la mayor, Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨², aliment¨® grandes morbos, teniendo en cuenta que mientras que el pa¨ªs optaba por la v¨ªa reformista de la Transici¨®n, ella se inclinaba por el rupturismo sin contemplaciones. Abandon¨® a su primer marido, Alfonso de Borb¨®n, y a sus dos hijos para irse a vivir en Par¨ªs con el anticuario Jean-Marie Rossi, con quien tuvo una hija, Cynthia. Hoy, casada con el c¨¢ntabro Jos¨¦ Campos, sigue siendo la que tiene el perfil m¨¢s p¨²blico del clan por sus amor¨ªos y sus exclusivas. Tal vez sea la menos esclava del pasado, ya que ha ido poni¨¦ndose la vida por montera a la vista de todos. Es el polo opuesto al grupo de hermanos que eligi¨® la discreci¨®n como se?a de identidad: Mariola, arquitecta sin ejercicio, casada con Rafael Ardid, nieto de un republicano represaliado; Mery (sin doble erre), que huy¨® de lo p¨²blico como un hur¨®n despu¨¦s de la terrible experiencia de estar casada con Jimmy Gim¨¦nez-Arnau, y Arancha, casada con el abogado coru?¨¦s Claudio Quiroga. De forma sorprendente, en los ¨²ltimos a?os ha irrumpido con br¨ªo en el mundo de la carnaza del entretenimiento Jaime, el benjam¨ªn, abogado, exmarido de la modelo Nuria March, denunciado por malos tratos por su novia Ruth Mart¨ªnez, vendedor de exclusivas en programas basura, adicto a la coca¨ªna y contumaz protagonista de trifulcas violentas.
Para Mariano S¨¢nchez Soler, el periodista que mejor conoce el devenir de los negocios de la familia (public¨® un libro, Los Franco S. A., en la editorial Oberon, que es obligada biblia para cualquiera que est¨¦ interesado en el tema), las propiedades de los Franco superaban con creces los mil millones de pesetas en 1975. En las siguientes d¨¦cadas se comieron "algunos trocitos de vaca" y vendieron varios inmuebles, incluido el palacio del Canto del Pico o el chal¨¦ que Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² transmiti¨® a los embajadores de Venezuela por 150 millones de pesetas. Otra estimaci¨®n de su fortuna fue ofrecida por Joan Herrera (IU-Iniciativa per Catalunya Verds) en el Congreso de los Diputados el 25 de septiembre de 2007: "Con un sueldo de humilde general, la familia atesor¨® m¨¢s de 60.000 millones de las antiguas pesetas". Herrera hab¨ªa presentado una iniciativa para reclamar un inventario de las propiedades en manos de los Franco que eran patrimonio del Estado y que se estudiasen las v¨ªas jur¨ªdicas para recuperarlas. "Mucha gente que no entiende c¨®mo la familia Franco puede tener tanta fortuna y el Estado quedarse de brazos cruzados, no entender¨¢ que no aprobemos algo de sentido com¨²n: que auditemos lo que tienen, que intentemos recuperar lo que era del Estado y que ayudemos a la Xunta a conseguir entrar en el pazo de Meir¨¢s". No prosper¨®.
La petici¨®n de Herrera se hab¨ªa tramitado al calor de lo que estaba ocurriendo con el pazo de la escritora Emilia Pardo Baz¨¢n en Sada (A Coru?a), comprado mediante colecta forzosa y regalado a Franco en 1937. Un Gobierno bipartito gallego (PSOE-BNG) lo declar¨® en 2008 bien de inter¨¦s cultural y oblig¨® a abrirlo al p¨²blico. Aunque la familia se resisti¨® todo lo que pudo, los tribunales finalmente ordenaron a Carmen Franco que permitiese las visitas cuatro d¨ªas al mes. Hay lista de espera para pasear por estancias atiborradas de piezas de caza, donde la esencia de Franco se ha comido la de Pardo Baz¨¢n. El refuerzo de la seguridad privada en esos d¨ªas recae sobre el bolsillo de la Xunta, que adem¨¢s permiti¨® cerrar el pazo el pasado agosto para que la familia veranease en ¨¦l sin contratiempos. Cuatro d¨ªas de visita al mes al literario pazo es, pues, el ¨²nico ara?azo de lo p¨²blico sobre el patrimonio privado de los Franco.
La confusi¨®n entre una cosa y otra fue total durante el r¨¦gimen. Franco exhib¨ªa la austeridad propia de un africanista, mientras de su familia podr¨ªamos decir que no hab¨ªa hecho la mili. Su mujer compraba pisos en las zonas m¨¢s selectas de Madrid, como el citado edificio de la calle de los Hermanos B¨¦cquer o apartamentos en el paseo de la Castellana, con el objetivo de regalarle uno a cada nieto. El marqu¨¦s de Villaverde participaba en decenas de empresas por el mero hecho de ser el yern¨ªsimo (entre otras: MKT Plasco, Waimer, Metal¨²rgica Santa Ana, Sanitas, Climesa, Sider¨²rgica del Norte...). Los espa?oles inundaban de regalos al general. De todo tipo. Banales y valiosos. Un d¨ªa, un reba?o de ovejas; otro, el palacio del Canto del Pico, en Torrelodones.
Paremos en ¨¦l. Legado por el conde de las Almenas a Franco por haber puesto a Espa?a en el camino del que nunca deber¨ªa haberse apartado, fue declarado museo del Estado en 1955, en buena parte fruto de la rapi?a de otros monasterios y castillos (esa es otra historia). En este edificio, donde Antonio Maura muri¨® y el general Miaja dirigi¨® la batalla de Brunete, se almacenaron durante a?os los presentes entregados a Franco. Hasta que la Transici¨®n trajo consigo el saqueo an¨®nimo de su contenido, el desinter¨¦s de la familia y finalmente su conversi¨®n en liquidez. Carmen Franco lo vendi¨® por 320 millones de pesetas a un empresario hotelero en 1988.
El Canto del Pico es el perfecto ejemplo del ventajismo de la familia, que aprovech¨® la nula separaci¨®n de la esfera p¨²blica de la privada durante el r¨¦gimen. El dictador derog¨® la ley de patrimonio de la Segunda Rep¨²blica, que en 1931 se hab¨ªa incautado de bienes privados de la familia real, y dict¨® en su lugar una vaga norma. Seg¨²n los expertos, no dec¨ªa ni blanco ni negro, no establec¨ªa fronteras entre lo que deb¨ªa ir a parar al bolsillo de Franco o al del Estado. Y donde no hablaba la ley, actu¨® la familia: los regalos al jefe del Estado de cuatro d¨¦cadas han cimentado parte de la fortuna personal de los Franco. Similar trato recibieron todos los documentos del militar, que sus descendientes se llevaron consigo hasta que se depositaron en la Fundaci¨®n Francisco Franco, donde durante a?os vetaron el acceso a los investigadores de fidelidad no acreditada. La digitalizaci¨®n de los fondos, pagada con una subvenci¨®n del Gobierno en tiempos del PP, permiti¨® que el Estado se hiciese con una copia que puede consultarse en el Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica, en Salamanca, aunque sin la certeza de saber si el material ha sido expurgado respecto al original.
En su d¨ªa, el dictador hab¨ªa temido por los suyos. Desconfi¨® que, tras su muerte, peligrase su fortuna y se cur¨® en salud. Jam¨¢s lo sabr¨ªa, pero at¨® con m¨¢s eficacia el destino de su familia que el de su pa¨ªs. Mariano S¨¢nchez Soler asegura que Franco leg¨® en su testamento dos millones de pesetas (12.000 euros) a cada nieto (Carmen, Mariola, Francisco, Mery, Crist¨®bal, Arancha y Jaime), la cantidad resultante de sus ingresos como militar. El chocolate del loro. Lo jugoso estaba en manos de su hija, Carmen Franco Polo, y sociedades controladas por testaferros como Jos¨¦ Luis Sanchiz, t¨ªo del yerno del dictador, el marqu¨¦s de Villaverde, desde antes de 1975. Otras propiedades, como el palacio coru?¨¦s de Cornide, figuraban a nombre de su esposa desde que Pedro Barri¨¦ de la Maza, pagado con el t¨ªtulo de conde de Fenosa, acudi¨® a una subasta ama?ada para comprar el edificio y regal¨¢rselo a Carmen Polo.
Incluso su nieto Francisco Franco Mart¨ªnez-Bordi¨² confiesa su sorpresa al descubrir la extra?a maniobra legal que ejecut¨® el dictador para blindar la titularidad de su hija sobre la finca Valdefuentes, una explotaci¨®n de 850 hect¨¢reas entre M¨®stoles y Arroyomolinos, comprada en 1952 a Luis de Figueroa, conde de Romanones, mediante un intermediario (el citado Sanchiz). La propiedad, adquirida originalmente para alojar un reba?o de ovejas que alguien don¨® a Franco, se convirti¨®, gracias a la ¨²ltima juerga inmobiliaria de la democracia, en el man¨¢ del clan, feliz ante la decisi¨®n del Ayuntamiento de Arroyomolinos de recalificar 3,3 millones de metros cuadrados r¨²sticos como urbanizables para construir viviendas, un centro comercial y un pol¨ªgono industrial junto al complejo Xanad¨². En vida, el dictador prohibi¨® su desarrollo urban¨ªstico y experiment¨® con cultivos, uno de sus pasatiempos predilectos por su cercan¨ªa a Madrid, incapaz de imaginar que la Transici¨®n la mudar¨ªa en plat¨® de pel¨ªculas er¨®ticas y de terror por decisi¨®n de su nieto favorito, Francisco, y que la explosi¨®n inmobiliaria de comienzos del siglo XXI la convertir¨ªa en un gigantesco pelotazo. El futuro familiar, a la postre, qued¨® bien atado.
"MI ABUELO ERA SOCIALISTA Y LEGALISTA"
La ¨²nica ley feminista de Franco se gest¨® para saciar su ego masculino: en 1954 se aprob¨® una norma que permit¨ªa cambiar los apellidos -y anteponer el de la madre- para facilitar que su tercer nieto -y primer var¨®n- pudiese heredar su nombre. De justicia es aclarar que la propuesta parti¨® del conde de Argillo, padre del marqu¨¦s de Villaverde, procurador en las Cortes franquistas y consuegro jabonoso. Nadie entonces barruntar¨ªa que con el tiempo ser¨ªa una losa tan pesada como la cruz del Valle de los Ca¨ªdos. Francisco Franco Mart¨ªnez-Bordi¨² se ha avergonzado a menudo al escuchar que le llamaban por megafon¨ªa y ha soportado decenas de chistes telef¨®nicos, coronados con el cl¨¢sico "y yo soy Col¨®n, claro". A punto de cumplir 67 a?os, ha decidido que es hora de reivindicar en p¨²blico al hombre que le dio el nombre y que le contagi¨® la devoci¨®n por la caza y la pesca. Y al que no considera un dictador.
En 'La naturaleza de Franco' (La Esfera de los Libros) proporciona el amable semblante de un abuelo en su faceta privada visto por su nieto favorito. Comprensible. El dislate arranca cuando el Franco nieto da pinceladas del Franco p¨²blico. "Y del mismo modo que no temo afirmar que mi abuelo era un socialista, tampoco creo que est¨¦ cegado por la cercan¨ªa y el cari?o cuando afirmo que tambi¨¦n fue uno de los mayores conservacionistas del pa¨ªs". Este protector de hombres, animales y plantas fue tambi¨¦n un "legalista" convencido y un defensor de la meritocracia. Prueba de ello, seg¨²n su nieto, es que "no le importaba que a algunos ministros le gustasen los se?ores" y que mantuviese algunos cargos p¨²blicos en la universidad o la justicia que no simpatizaban con ¨¦l. Se olvida de citar, sin embargo, a los miles de funcionarios depurados de un tajo por su dudosa fidelidad al r¨¦gimen y de la persecuci¨®n legal de homosexuales, internados a veces en centros especiales donde les somet¨ªan a salvajes tratamientos para "curarles".
La historia vuelve a saltar por los aires en otros pasajes del libro donde afirma que defend¨ªa las lenguas "regionales" -el gran ejemplo es que los marineros del 'Azor' hablaban gallego y euskera- y que fue un gran protector de jud¨ªos durante la Segunda Guerra Mundial. (Cita algunos diplom¨¢ticos franquistas que salvaron vidas -los hubo-, pero olvida el campo de concentraci¨®n de Miranda del Ebro donde se internaron a miles de refugiados que hu¨ªan de los nazis). En conclusi¨®n: "Yo no conoc¨ª al aut¨®crata, ni tampoco al h¨¦roe de Africa o de la cruzada nacional. Para m¨ª solo era mi abuelo".
REGALOS P?BLICOS EN MANOS PRIVADAS
Pazo de Meir¨¢s. En diciembre de 1939, con pompa eclesi¨¢stica, la Diputaci¨®n de A Coru?a entrega el t¨ªtulo de propiedad de las Torres de Meir¨¢s en "ofrenda-donaci¨®n al fundador del Nuevo Imperio, jefe del Estado, General¨ªsimo de los Ej¨¦rcitos y Caudillo de Espa?a". La propiedad de 66.792 metros cuadrados, ubicada en Sada (A Coru?a), hab¨ªa sido refugio de la escritora Emilia Pardo Baz¨¢n. Se compra en plena Guerra Civil gracias a donativos p¨²blicos y una colecta forzosa. Se regala a Franco, aunque figura a nombre de su esposa, Carmen Polo.
Palacio del Canto del Pico. Construido en 1920 en Torrelodones (Madrid) sobre una finca de 820.000 metros cuadrados del conde de las Almenas, que decidi¨® leg¨¢rsela a Franco "aun cuando no tengo el gusto de conocerle, por su grandiosa reconquista de Espa?a", seg¨²n consta en el Registro de la Propiedad de San Lorenzo de El Escorial. Carmen Franco lo vendi¨® por 320 millones de pesetas (1,9 millones de euros) en 1988.
Casa de Cornide. Adquirida en subasta en 1962 por Pedro Barri¨¦ de la Maza, fun-dador de Fenosa y propietario del Banco Pastor, ¨ªntimo de Franco, que la cedi¨® a Carmen Polo. A¨²n sirve de residencia de verano de la familia en A Coru?a.
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