Un siglo bien vale una misa
La relaci¨®n entre el Orfe¨® Catal¨¤ y Bach siempre ha sido una relaci¨®n especial que va mucho m¨¢s all¨¢ de la l¨®gica admiraci¨®n que cualquier m¨²sico debe sentir por el Cantor de Leipzig. Para los fundadores del Orfe¨®, Bach era Dios, era el principio y el fin de la m¨²sica, era la cima.
Esta idea pas¨® de generaci¨®n en generaci¨®n y suavizada, matizada, llega hasta hoy mismo y se percibe, por ejemplo, en la displicencia -"s¨ª, ese que hac¨ªa ¨®peras"- con que alg¨²n cantaire, a¨²n hoy, despacha a H?ndel.
Mientras el Liceu, el de Bellini, Donizetti y Verdi (no el de Wagner, por supuesto) era la cueva dorada de la vanidad, el Palau era, a principios del siglo XX, la catedral de la pureza, de los valores nacionales y cristianos de Catalu?a y una de las encarnaciones de eso era el Orfe¨® Catal¨¤ cantando Bach.
The King's Consort
Orfe¨® Catal¨¤. Julia Doyle, soprano. Diana Moore, mezzosoprano. James Gilchrist, tenor. David Wilson-Johnson, bajo. Robert King, director. Misa en Si menor, de Johann Sebastian Bach. Temporada de conciertos Palau 100. Palau de la M¨²sica. Barcelona, 28 de noviembre.
Tanto es as¨ª, que en el Palau de la M¨²sica, que es un lugar relativamente sobrio en placas conmemorativas, hay una, subiendo por las escaleras de la izquierda que conmemora la primera audici¨®n a cargo del Orfe¨® de la Pasi¨®n Seg¨²n San Mateo de Bach. Frente a ella hay otra que conmemora la primera audici¨®n de la Misa Solemnis de Beethoven y, subiendo por las escaleras de la derecha a¨²n hay otra, enorme, que conmemora la primera audici¨®n, siempre a cargo del Orfe¨®, de la Misa en Si menor de Bach. Tres piezas, las tres religiosas, dos de ellas de Bach, conmemoradas en un auditorio supuestamente laico. Menuda declaraci¨®n de principios.
La ¨²ltima de las placas citadas est¨¢ fechada el 28 de noviembre de 1911. Aquel d¨ªa el Orfe¨® cant¨® primera vez y, adem¨¢s, con car¨¢cter de estreno en Espa?a, la Misa en Si menor, la gran misa cat¨®lica, apost¨®lica y romana de ese ferviente protestante que fue Bach. Su mayor exhibici¨®n de poder compositivo, una pieza de dimensiones catedralicias. Tan catedralicias que desarrollar el Kyrie, cuatro palabras -Kyrie eleison, Christe eleison- ("Se?or ten piedad, Cristo ten piedad")- le ocupa a Bach 18 minutos de soberbia m¨²sica con la e, la vocal dominante en las cuatro palabras, subiendo y bajando y tejiendo una fant¨¢stica y embriagadora arquitectura de sonidos. El lunes, al cumplirse d¨ªa por d¨ªa, el siglo exacto del estreno de la obra, el Orfe¨® regres¨® a la Misa en Si menor de su venerado Bach. Un siglo bien vale una misa.
Un siglo, sin embargo, no pasa en vano y hoy Bach se canta de manera muy diferente de como se hac¨ªa en 1911. Hoy Bach es asunto de coros ligeros, especializados en m¨²sica antigua, con articulaciones precisas, afinaciones exactas y clara separaci¨®n de voces que ponga de relieve la trama exquisita del contrapunto. El Orfe¨® aliger¨® su imponente masa vocal hasta reducirse a cuarenta y ocho int¨¦rpretes, el canto quiso dejar de ser una imprecisa nube sonora y se acerc¨® en no pocos momentos a la claridad y ligereza solicitadas desde el podio por Robet King, el especialista en asuntos barrocos llamado al Palau para hacerse cargo de la Misa, pero, en conjunto, no se alcanz¨® en las partes corales la excelencia deseada. En las partes solistas las mujeres, la mezzosoprano Diana Moore y la soprano Julia Doyle funcionaron mejor que los hombres, el tenor James Gilchrist y el bajo David Wilson-Johnson que quedaron apagados y grises.
Robert King al frente de su orquesta, The King's Consort, hizo un Bach muy a la moda actual, con mucha flexibilidad y balanceo y algunos tempi tan blandos y complacientes que a veces sonaban a "tempo di havanera". El Orfe¨® quiz¨¢ no es hoy el tipo de agrupaci¨®n adecuada para la interpretaci¨®n de la Misa en Si menor, pero ellos la estrenaron hace un siglo y a ellos correspond¨ªa el honor de volver sobre la obra. Felicidades y gracias por toda la m¨²sica que han ofrecido a este pa¨ªs en 100 a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.