El ¨²ltimo refugio
La mayor¨ªa es la conspiraci¨®n de los muchos contra los pocos. Una persona decente cuando ve que pertenece a una mayor¨ªa tiene que salirse corriendo. Lo mucho vuelve tonto al particular. Fijarse mucho cansa los ojos y deja hipnotizado. Cuando se lee mucho se puede leer hasta lo que no est¨¢ escrito, y eso ya es una locura, como le pas¨® al Quijote. En el colegio ten¨ªamos un maestro que nos dec¨ªa que no deb¨ªamos ni fumar mucho ni no fumar sino un poco. Entre todos, los viernes rellen¨¢bamos la quiniela del f¨²tbol en la pizarra. Una mayor¨ªa absoluta es igual que una monarqu¨ªa absoluta. No se distingue un manto de votos de un manto de armi?o. Pero Espa?a es un pa¨ªs de mayor¨ªas absolutas, que en teatro se llaman Fuenteovejunas. Lo que en ¨¦pico parece justicia popular en prosa de calendario es masa devoradora. ?Qui¨¦n vot¨® al comendador? Fuenteovejuna, se?or. La mayor¨ªa silenciosa oculta un voto silencioso como otros sufren en silencio ese dolor que se alivia con Hemoal Forte. (Resulta extra?o ponerse a escribir de pol¨ªtica y acabar citando una pomada rectal). En las elecciones se practica un ocultismo de voto oculto, y cuando el voto oculto se manifiesta da un golpe. El espiritismo es el arte de dar golpes (en una mesilla) sin que se vea qui¨¦n los ha dado, y as¨ª se descubre que nuestro sistema econ¨®mico es el espiritismo del dinero. Lo dijo McLuhan en la cola de Annie Hall: el m¨¦dium es el mensaje.
La mayor¨ªa absoluta es una carta en blanco en manos de un cartero ciego. Hay que huir de ella de uno en uno
La mayor¨ªa absoluta la tienen siempre los otros. Uno es compa?¨ªa y dos son multitud. La mayor¨ªa absoluta es el subconsciente colectivo. El onirismo de la masa est¨¢ hecho de sue?os premonitorios, y cuando el Predictor se ti?e de azul en el cuarto de ba?o es que algo gordo va a pasar. Por la fila de Barcelona ya est¨¢ el domin¨® completado: Merkel (seis doble), Rajoy (seis blanca), Mas (blanca pito), Duran (pito doble) y Trias (pito, pito, gorgorito). Lo cantaba Siniestro Total cuando nos ten¨ªan a todos con el alma en Vigo: m¨¢s vale ser punk que maric¨®n de playa, que traducido al planeta de los signos se pronuncia: prefiero llamarme Jordi a llamarme Mohamed. Lo chocante de esta preferencia es que saliera del democristiano Duran Lleida, que se llama Josep Antoni, pues todo el mundo sabe por qu¨¦ en tiempos del hombre del rifle a tanta gente se le pon¨ªa el nombre de Jos¨¦ Antonio. Nadie elige su nombre como nadie elige el ambulatorio que se va a encontrar cerrado.
Luis XIV lo dijo y los tuiteros lo saben: la mayor¨ªa soy yo, y por eso siguen en mogoll¨®n el Twitter de alguien que se hace llamar @masaenfurecida. Unos opinan que tuitea en serio y otros ven en ¨¦l una caricatura tipo Mart¨ªnez el Facha. El ultraderechismo de autor en Espa?a solo ha dado humoristas, desde Donoso Cort¨¦s hasta las figuras de Intereconom¨ªa, pasando por Federico, que tiene nombre de poeta fusilado por quienes dicen que eso de la memoria hist¨®rica no viene al caso. La mayor¨ªa absoluta es un pelot¨®n de fusilamiento, porque la mayor¨ªa absoluta, a diferencia de Hacienda, no somos todos.
La mayor¨ªa absoluta, por ejemplo, no es toda la gente que est¨¢ en Facebook, sino el fan¨¢tico que consigue cerrarle a alguien el muro y el sistema que lo permite. Con un par de hombres y un destino, en lo universal, basta para formar una mayor¨ªa absoluta. O un hombre y una mujer. Unamuno dec¨ªa que le dol¨ªa Espa?a, y ahora lo que se sufre son Dolores de Cospedal. El destino es la metaf¨ªsica del cartero, que en realidad se debe a un destinatario. Ni siquiera las cartas de amor tienen destino, aunque esas siempre han sido las que menos. La mayor¨ªa absoluta es una carta en blanco en manos de un cartero ciego. La mayor¨ªa absoluta no la forman todos los ojos del mundo sino una venda gigante en los ojos del mundo. De la mayor¨ªa absoluta hay que huir uno a uno, cada cual a su manera, como sal¨ªan los rehenes del asalto al Banco Central: corriendo con las manos en la cabeza, en cuclillas como cosacos bailando, arrastr¨¢ndose por el suelo guarro de La Rambla. La mayor¨ªa absoluta condena a sus disidentes a la soledad absoluta.
Un internauta es un solitario que por antifaz lleva una pantalla. El internauta es alguien que ha pasado al otro lado del cristal como Alicia se col¨® por el espejo. Se da un hablar, una comunicaci¨®n con los espectros, por parte del internauta, y estos se le manifiestan para decir que s¨ª, que existen, que son reales, y le golpean en los ojos con el brillo del monitor y en el cerebro con los misterios de Internet. Y a cada golpe el internauta responde con el repicar de sus dedos sobre el teclado. El ordenador es una bola de cristal a la inversa, que convierte en esp¨ªritus a gente que realmente existe.
A prop¨®sito de esto, acaba de salir una novela soberbia y nuestra, porque es de nuestro tiempo y porque entra de lleno en nuestra desesperaci¨®n. Se titula Otra dimensi¨®n y la firma Grace Morales. Sus protagonistas llevan una vida normal con la impresi¨®n de llevar una vida de mierda, y viceversa, y se meten Internet por la vena para convertirse en monstruos de hoy (igual que en Escalofr¨ªo, una pel¨ªcula de finales de los cincuenta, Vincent Price se inyectaba en la sangre un par¨¢sito extra?o que se alimentaba del miedo). En Otra dimensi¨®n lo virtual es el camino m¨¢s corto para pasar de una realidad a otra. Los personajes se mojan en la vida, la buscan continuamente y se hunden en ella hasta donde m¨¢s cubre. Los chats, las p¨¢ginas web, Internet..., todo eso es la droga que utilizan para conseguir transformarse en la persona que de verdad hab¨ªan querido ser. El ojo del hurac¨¢n est¨¢ en los ordenadores, pero nada es virtual en esta novela como nada de lo que ocurre en la vida sucede de modo irreal. A Grace Morales los lectores llevamos mucho tiempo sigui¨¦ndola en el fanzine Mondo Brutto y ahora tambi¨¦n en la web El Butano Popular. Ha creado un nuevo articulismo de costumbres que viene directamente de Larra (pero esto fue el cr¨ªtico Jordi Costa el primero que lo dijo), y en todo lo que escribe palpita su sentido del humor, que es el sentido com¨²n de la inteligencia, y un sentimiento de fracaso, de impotencia... ante la mayor¨ªa absoluta. Porque la mayor¨ªa absoluta es el ¨²ltimo refugio de los canallas, por parafrasear lo que dec¨ªa Samuel Johnson del patriotismo. La victoria de la mayor¨ªa absoluta se celebra con un desfile de tambores y un solo de bater¨ªa.
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