El PP suelta lastre
La Comunidad Valenciana gobernada por el PP ha venido siendo una estrella medi¨¢tica generadora de noticias aflictivas provocadas por la corrupci¨®n pol¨ªtica que nos ha devorado. Pudo pensarse con sobrado fundamento que ¨¦ste era un para¨ªso judicial en el que toda trapacer¨ªa ten¨ªa asiento a la sombra de unos jueces laxos y lentos, adem¨¢s de un electorado cautivo y contento de que le metiesen la mano en el bolsillo. Tan es as¨ª que la gravedad de los delitos y la audacia de los delincuentes fue creciendo hasta convertir esta autonom¨ªa en una ladronera y un referente del mal gobierno. Una hipoteca que obviamente no interesa a los responsables del partido que acaban de llegar al poder y tienen las manos limpias. L¨®gico es que, liquidadas las elecciones, comiencen a largar lastre.
Por lo pronto, Carlos Fabra, el jovial cacique castellonense, ha dejado de estar ungido por la suerte y el halo de la impunidad. Como es sabido, el Tribunal Supremo le ha dado esta semana un buen tantarant¨¢n a la dom¨¦stica Audiencia de Castell¨®n, oblig¨¢ndole a que le juzgue por los cuatro delitos fiscales, que antes hab¨ªa dado por prescritos, y que se suman a los de fraude fiscal, tr¨¢fico de influencias y cohecho. Un benem¨¦rito. Todo al tiempo, quien tambi¨¦n fuera presidente de la diputaci¨®n alicantina, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, ha tenido que comparecer ante el juez que investiga el caso Brugal por un presunto soborno en una contrata de basura. No declar¨® una palabra, acogi¨¦ndose el derecho que le ampara. Pero ?qu¨¦ decir, despu¨¦s de haberse publicado las elocuentes transcripciones policiales que le incriminan?
En sinton¨ªa con lo dicho -y no casual a nuestro parecer- a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, tambi¨¦n le han apretado las clavijas en las Cortes, record¨¢ndole, al decir de la diputada de Comprom¨ªs, Mireia Moll¨¢, que "el banquillo la est¨¢ esperando" por las trapisondas que comparte con su hermano y un constructor a prop¨®sito del Plan de Ordenaci¨®n Urbana de la ciudad. Una maldad parlamentaria que podr¨ªa ser irrelevante, pero que en estos momentos adquiere visos alarmantes despu¨¦s de que el presidente Alberto Fabra haya dado la venia para que se investigue el inaudito saqueo de Emarsa, la empresa depuradora de las aguas de Valencia, y que incluso la Generalitat se persone como acusaci¨®n en el caso. ?Quien hubiera dicho que el gran l¨ªder se invistiese un d¨ªa de justiciero!
Y es que, como corolario de estas novedades, resulta coherente deducir que tanto Mariano Rajoy como el titular del Consell quieran librarse de estos pesos pol¨ªticamente muertos que les hieren como un indeseado cilicio. No es extra?o que los jueces as¨ª lo hayan comprendido y t¨¢citamente les est¨¦n echando una mano para limpiar las sentinas del partido. Habr¨¢ que estar atentos a las andanzas del diputado Federico Trillo, experto en trabar la justicia cuando afecta a sus cofrades. Si no cabildea por los pasillos y las salas es que, en efecto, quienes mandan han se?alado la condena con el pulgar hacia abajo.
S¨®lo cabe hacer votos por que esta suerte de gl¨¢snost o transparencia informativa no sea un espejismo e ilumine todos o muchos de los asuntos opacos que han afamado al pa¨ªs valenciano como madriguera de chorizos. Los millones pagados a Santiago Calatrava por edificios no construidos, los dineros del viaje del papa, las cuentas de la "tele" y los que se encubren con el pretexto de la confidencialidad, esa secuela franquista. Quiz¨¢ haya llegado la hora de la luz y de la justicia.
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