Guerra a las bicicletas

Tras sus exitosas campa?as contra los habitantes de m¨²ltiples barrios de la ciudad, que no pueden dormir por la escandalera constante montada por los pubs ilegales consentida por la inacci¨®n municipal, el Ayuntamiento l¨ªder en Espa?a en condenas judiciales por no defender los derechos de sus vecinos ha decidido emprenderla con los ciclistas. Lleva la Polic¨ªa una semana con una campa?a de multas de entre 90 y 500 euros por cometer infracciones tales como circular por aceras o jardines p¨²blicos. Los sancionados son ya varios centenares sin que nadie entienda muy bien a santo de qu¨¦ se desencadena la ofensiva en una ciudad donde las infracciones consentidas a los coches en materia de aparcamiento o velocidad son constatables en cualquier calle a cualquier hora del d¨ªa por docenas. Se trata, simplemente, y eso es lo triste, de una cuesti¨®n de sensibilidad.

?Van a solucionar las multas los problemas, grav¨ªsimos, que la ciudad de Valencia tiene en materia de movilidad urbana? ?Conseguir¨¢n que aparezcan m¨¢gicamente carriles-bici en todas las avenidas que no los tienen? ?Lograr¨¢n que se pacifiquen las calles de un solo carril con una limitaci¨®n de velocidad m¨¢s acorde a su tipolog¨ªa que los actuales 50 km/h? Como todos sabemos la respuesta, podemos aventurar sin mucho temor a equivocarnos que muchos ciclistas seguir¨¢n circulando por aceras y por parques y jardines, ante la ausencia de alternativas seguras. As¨ª que nada van a conseguir las multas. Excepto disuadir a algunos ciudadanos de usar la bicicleta. ?Es de eso de lo que se trata?

Obviamente, los ciclistas en ocasiones cometemos infracciones. Y bien est¨¢ que sean sancionadas. Pero debiera analizarse muy seriamente qu¨¦ tipo de faltas comete mayoritariamente el colectivo, porque no es muy dif¨ªcil comprobar que tienen que ver con conductas defensivas adoptadas ante las evidentes carencias en materia de infraestructuras que padece la ciudad. Carencias que el Ayuntamiento se empecina en no resolver. Hace nada Rita Barber¨¢ gast¨® varios millones de euros en cambiar las baldosas de las Grandes V¨ªas y se neg¨®, en cambio, en destinar unas m¨ªseras decenas de miles en aprovechar para hacer el necesario carril bici en esa peligrosa v¨ªa de gran circulaci¨®n. ?Alguien se extra?a de que muchos ciclistas usen el jard¨ªn central en lugar de jugarse la vida en la calzada?

Hablar de jugarse la vida, adem¨¢s, no es una exageraci¨®n. Valencia lidera gracias a la sabia pol¨ªtica municipal en materia de tr¨¢fico las muertes de ciclistas y peatones. Los atropellos mortales se suceden mes a mes sin que, en cambio, se haya iniciado campa?a alguna para multar por exceso de velocidad en las calles de la ciudad. Por lo visto hay quien entiende que consentir velocidades de 100 km/h en las Grandes V¨ªas es necesario para la sostenibilidad y la convivencia, pero que multar a quien va en bici por una acera es imprescindible.

Contra la desidia municipal y para reivindicar lo que de verdad hace falta, que son carriles bici que permitan circular en condiciones de seguridad (en las citadas Grandes V¨ªas, en la ronda interior, en cualquier gran avenida...) hay una bicifestaci¨®n convocada para el pr¨®ximo domingo 11 de diciembre. Hay que reventar las calles de la ciudad con la exigencia festiva de que los vecinos tenemos derecho a pasear y circular seguros. Todos.

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